La colección de arte de la Fundación Carlos Slim incorporó cien nuevas obras a su acervo y ahora las exhibe en la sala 2 de Museo Soumaya en Plaza CARSO. Las piezas fueron adquiridas una a una –como la mayor parte de los fondos del Soumaya– en casas de subasta en México y el extranjero. Se ha recuperado arte mexicano que permaneció fuera del país. Académicos y especialistas investigan y documentan los fondos para dar nuevos discursos a las colecciones del museo.
México recibe cien obras inéditas de distintos géneros, épocas y estilos. La muestra es testimonio de uno de los derroteros del coleccionismo, desde lo personal e íntimo hacia lo público. Como apunta Jean Baudrillard […] donde la prosa cotidiana de los objetos se vuelve poesía, discurso inconsciente y triunfal.
La exposición reúne grandes temas de la colección del Ing. Carlos Slim. Antiguos maestros europeos como Bartolomé Esteban Murillo y Luc van Gassel conviven en el relato de la vida de Cristo. Asimismo, Jan, nieto de Peter el fundador de la célebre dinastía de los Brueghel, pintó una serie de alegorías sobre la vida de Adán y Eva que decoraron el Palacio de Saint-Germain-en-Laye, a petición del rey francés Luis XIII y su esposa Ana de Austria.
De la tradición novohispana proviene un bellísimo tríptico dedicado a la Asunción de María realizado por el pintor oaxaqueño Miguel Cabrera, así como una selección de crucifijos tallados en marfil por las escuelas hispano-filipina e indo-portuguesa.
El retrato ocupa un lugar importante en la Historia del Arte. Por primera vez en México, una obra del artista británico sir Joshua Reynolds que combina pudor y liviandad: Retrato de Elisabeth Kerr, marquesa de Lothian, junto con sutiles imágenes femeninas del mexicano Alfredo Ramos Martínez y del célebre francés Edouard Vuillard.
En el diálogo del Impresionismo y la Vanguardia se da cuenta del cuerpo y sus múltiples formas. Pinceles cómplices de la luz de Berthe Morisot y Mary Cassatt. Sumadas a los óleos de Eva Gonzalès, el Soumaya cuenta con las tres pintoras que abrieron nuevos caminos para las mujeres en el arte. Frente a la sensualidad manifiesta de Edgar Degas, Alfred Boucher y Auguste Rodin, de quien el Soumaya sigue creciendo la colección del escultor más importante fuera de Francia.
Paisajes y pasajes donde los escenarios provienen, en ocasiones, del interior del artista frente al registro de la naturaleza. William Turner, también por primera vez en Latinoamérica, y sus ruinas del evocador Castillo de Dover; las marinas románticas de Jules Dupré y la mirada fauvista de Kees van Dongen en el mar de la intensa emoción. Este lienzo lo realizó para su primera exposición en solitario en el taller de Pablo Picasso. Vistas mexicanas de sensibilidad extranjera como James Walker y Conrad Wise Chapman dan cuenta de la conformación de la identidad nacional en la primera mitad del siglo XIX. Resulta siempre interesante ver en la colección del museo obras anónimas –que no muchas colecciones privadas optan por sumar–, las cuales recuerdan usos y costumbres de México como el Asalto a la diligencia.
De las vanguardias en el arte se expone la mirada surrealista de Joan Miró con sus referencias metafísicas en la imponente Torre II de Giorgio de Chirico. Junto, Diego Rivera y José Clemente Orozco de discurso indigenista se insertan en la universalidad de la Escuela Mexicana de Pintura. Un atrevimiento en la colección es sin duda su primer Roberto Matta: Felicidad sólida, de geniales azules y amarillos entre las discretas huellas de zapatos del propio artista.
Los discursos actuales en los museos apuestan por exhibir de un modo diferente las obras, que más allá del sentido que poseen en sí mismas, construyen nuevos significados para la institución, el coleccionista y los públicos. Compromiso y acción social. Arte para todos, ahí donde cantan las palabras del poeta zacatecano Ramón López Velarde: sólo lo que se hace con pasión da frutos.
Texto:Maestro Alfonso Miranda