Son los estrategas de las obras más espectaculares en la historia pasada y presente en el mundo. Sus propuestas tienen gran impacto en la infraestructura de las comunidades cuando han sido ejecutadas.
Desde el rey de los puentes, hasta el liderato de los faros, los ferrocarriles contemporáneos y las bases de la mecánica de suelos, en esta edición planteamos el eje que permitió ubicarlos como las figuras más destacadas en el orbe.
Robert Stevenson.
Su relación con la ingeniería se remonta a su juventud. Tras la muerte de su padre, su madre obtuvo nupcias con Thomas Smith, un ingeniero miembro del recién creado Northern Lighthouse Board, fue él quien lo introdujo en el mundo de los faros tras contratarlo como aprendiz. Cuando tenía apenas 19 años, le dejó a cargo de la construcción del Faro de Little Cumbrae.
Tras esa experiencia decidió continuar con la carrera de ingeniería civil, durante los trabajos en el Little Cumbrae estudió dibujo arquitectónico, matemáticas y física en el Anderson Institute de Glasgow. Luego de finalizar su responsabilidad ahí, se trasladó a las Islas Orcadas para inspeccionar obras, a la par estudió matemáticas, filosofía natural, química, historia natural, lógica y agricultura en la Universidad de Edimburgo.
Su vida profesional inició cuando la de su padrastro terminó. Tras su retiro en 1979, Thomas Smith recomendó a Stevenson para ser parte del Northern Lighthouse Board y al poco tiempo comenzó a diseñar la obra por la que sería recordado: El Faro de Bell Rock.
Robert Stevenson nació en Escocia el 8 de junio de 1772, durante su carrera construyó 23 faros en la costa escocesa y fue pionero en la implementación de los reflectores catóptricos. También desarrolló puentes, ferrocarriles y canales, además del acceso a la ciudad de Edimburgo conocido como Regent Road. Murió en Reino Unido en 1850 dejando una larga familia dedicada a la ingeniería civil que llegó hasta finales del siglo XX.
El faro de Bell Rock.
Una leyenda dice que en el siglo XIV una campana que se activaba con el oleaje fue colocada en el arrecife de Bell Rock, en Escocia, para alertar a los navegantes sobre el estado de la marea, el lugar siempre fue temido debido a la cantidad de navíos que se impactaban ahí. Si bien, nunca se ha comprobado la existencia de tal sistema, sí es un referente de la preocupación sobre los riesgos de su navegación.
En 1797 Robert Stevenson diseñó un faro de piedra dentro del mar que apenas quedaba seco durante la marea baja. La dificultad de la construcción y su costo hicieron que fuera rechazado en una primera instancia, pero en 1799 una tormenta provocó el naufragio de 70 barcos, el acontecimiento fortaleció la idea de la necesidad de un faro en la región y tras un debate financiero y técnico fue aprobado en 1806 para iniciar su construcción al año siguiente.
Tras doscientos años de su edificación aún sigue en pie a 18km de la costa de Escocia, tiene 35 metros de altura, cuenta con un diámetro de 12.8 metros en la base y 4.11 metros en su última planta; es el faro construido en mar adentro más antiguo del mundo y sólo ha suspendido su servicio de manera intencional durante la primera y la segunda guerra mundial.
Obras de Robert Stevenson
1811 Faro de Bell Rock
1816 Faro de la Isla de May
1818 Faro de Corsewall
1819 Puente Regend
1828 Faro de Cabo Wrath
1831 Faro de Punta de Dunnet
1833 Faro de Cabo de Barra
1833 Faro de Lismore
Robert Stephenson.
La obra de Robert Stephenson está muy ligada a la de su padre George Stephenson, ambos fueron pioneros en el desarrollo del ferrocarril. A George se le atribuye la invención de la locomotora y a Robert se le recuerda como ingeniero civil. Durante su carrera se encargó de perfeccionar el trabajo de su progenitor y fue más allá involucrándose en problemas de infraestructura. Se ocupó, en gran medida, de la elaboración de las vías ferroviarias de Inglaterra, las cuales a su vez sirvieron de inspiración para las de otras naciones.
Comenzó trabajando con en él en la línea de Stockton a Darlington y en 1833 ambos fundaron la empresa de locomotoras Robert Stephenson and Company. El éxito alcanzado les permitió obtener el contrato para crear máquinas para la vía de Liverpool a Mánchester. También fue el encargado del túnel que atravesaba Primrose Hill.
En el mismo año se quedó con el puesto de ingeniero en jefe de London and Birmingham Railway, una de las primeras líneas ferroviarias de Reino Unido. Su especialización en el tema le dio la autoridad para inspeccionar a ingenieros franceses durante la construcción del ferrocarril de Gard de Beaucaire a Alés. También asesoró a España en la línea de Vizcaya a Madrid. Trabajó en la Sociedad de Estudios del Canal de Suez y elaboró el ferrocarril de Alejandría a El Cairo en Egipto.
Stephenson también alcanzó prestigio por los puentes que construyó, entre los cuales se incluyen el Puente de Alto Nivel en Newcastle upon Tyne, el Puente de Britania y el Puente Fronterizo Real de Berwick-upon-Tweed.
Nació el 16 de octubre de 1803 en Inglaterra, a lo largo de su vida también tuvo una vida política activa, fue elegido miembro del Parlamento por Whitby como militante del Partido Conservador. Fue comisario de la Comisión Metropolitana de Alcantarillado y presidente de la Institución de Ingenieros Civiles de 1855 a 1857. Tras su muerte, el 12 de octubre de 1859, sus restos fueron colocados en la Abadía de Westminster. El Museo Ferroviario Stephenson en North Shields tiene ese nombre para recordarlo a él y a su padre.
London and birmingham railway.
Fue una de las primeras empresas de ferrocarriles del mundo, operó en Reino Unido de 1833 hasta 1846 cuando se fusionó con London and North Western Railway.La línea entre Londres y Birmingham fue propuesta por primera vez por el ingeniero John Rennie en 1823, él formó una compañía para construir una ruta a través de Oxford y Banbury, después una empresa rival dirigida por Francis Giles planeó un camino entre Watford y Coventry. Al final ninguno de los dos proyectos se concretó debido a la falta de apoyo. Ante eso decidieron unirse y nombraron como ingeniero en jefe a Robert Stephenson quién decidió ir por Coventry. La nueva ruta de 112 millas se inauguró en 1838 y fue la primera en entrar a Londres.
Karl von Terzaghi.
Reconocido como el padre de la mecánica de suelos y la ingeniería geotécnica, Karl von Terzaghi nació el 2 de octubre de 1883 en Praga, en aquel tiempo provincia de Austria. Al provenir de una familia de militares, se esperaba que siguiera la misma tradición, pero al cumplir los 14 años un problema en la visión le impidió enlistarse.
Estudió ingeniería mecánica en la Universidad Técnica de Granz y se graduó en 1904. Desde estudiante sintió que la ingeniería mecánica no satisfacía su curiosidad, así de que tras su graduación regresó a la universidad para concentrarse en el estudio de la geología.
Luego puso en práctica sus conocimientos durante tres años en una compañía de construcción civil en Austria. Mientras preparaba un artículo sobre un proyecto hidroeléctrico en las montañas Kars, en Croacia, un amigo le platicó de las dificultades en la cimentación de un edificio en San Petersburgo, Terzaghi no dudó en hacerse cargo del problema. Esa experiencia en Rusia lo convenció para ocuparse de las deficiencias en la ingeniería de cimentaciones.
Convencido de que las técnicas para edificar en tierra más sofisticadas del mundo se encontraban en Estados Unidos, atravesó el Atlántico para conocerlas personalmente. A su arribo a Nueva York, solicitó información sobre los problemas más importantes durante las construcciones y emprendió un viaje para revisarlas, para financiarse aceptó empleos de todo tipo: ingeniero, supervisor de perforación y hasta perforista. Así aprendió de las arcillas del delta de Mississippi, las de Oregon y las de Washington, las causantes de la inestabilidad de los taludes.
En 1913 volvió a Austria, mientras continuaba con su investigación se desató la Primera Guerra Mundial. Al terminar su participación en el frente se reencontró en Turquía con uno de sus antiguos profesores de la Universidad Técnica de Graz quien propuso que lo nombraran Profesor de Ingeniería de Cimentaciones en la Escuela Imperial de Ingeniería de Constantinopla. Ahí permaneció por diez años y durante ese tiempo concibió y fundó la mecánica de suelos.
En 1924, durante el Primer Congreso Internacional de Mecánica Aplicada, en Holanda, presentó su Teoría de Consolidación de Arcillas. La posterior publicación de su trabajo le valió el reconocimiento de la comunidad científica y fue invitado a la Universidad de Massachusetts para exponer sus descubrimientos. Así comenzó su segunda visita a Estados Unidos, la cual se extendió hasta 1929 y marcó la etapa de mayor asenso de su carrera. En ese lapso de tiempo su reputación creció a nivel internacional y fue solicitado como consultor por varios países, incluso buscó trabajos en América Central para conocer los suelos tropicales.
A pesar de su prestigio, nunca pensó establecerse definitivamente en los Estados Unidos, en 1930 regresó a Viena para dar clases. En 1935 fue conferencista en la Universidad Técnica de Berlín. Un año después fue Presidente de la Primer Conferencia Internacional de Mecánica de Suelos e Ingeniería de Cimentaciones en Pierce Hall. En 1946, la Universidad de Harvard le dio el título de Profesor de la Práctica de la Ingeniería Civil, se retiró en 1956 con el grado de Profesor Emérito; eso no lo limitó para seguir estudiando geología y ejercer su vocación por varios años más.
Karl von Terzaghi murió el 25 de octubre de 1963 en Winchester, en Massachusetts. En 1958, cerca del final de sus días y con la experiencia de toda una vida, habló para los jóvenes sobre cómo orientar su profesión: si lo que buscan es el éxito financiero y el prestigio, lo que deben hacer es convertirse en consultores y fundar una organización, así se convertirán en empresarios, aumentarán sus ingresos, además de presiones y riesgos de desarrollar úlceras; de los contrario, si deciden ejercer la ingeniería, deberán pasar la mitad de su tiempo investigando y haciendo observaciones de campo, su economía será austera, pero vivirán con menos angustia y mayor libertad. Él confesó que eligió la segunda.
Santiago Calatrava.
Este español ha diseñado los puentes más espectaculares en el mundo. Sus formas audaces dieron vida a la Torre de Telecomunicaciones de Montjuic en Barcelona, el Pabilón Quadracci, la nueva adición al Museo de Arte de Milwaukee y el Puente del Alamillo en Sevilla, España.
La visión de las obras enfocadas a la ingeniería parten de su formación multidisciplinaria: arquitecto, ingeniero, matemático y algunos más le han catalogado como artista.
Museos, edificios, auditorios, torres, aeropuertos, estaciones de ferrocarril y puentes son las edificaciones que Calatrava ha trabajado a lo largo de su vida.
Describir a este genio de 60 años, llevaría varias páginas. Su biografía es extensa y quizá habría que resumirla a que nació en Valencia, España, el 28 de julio de 1951; que desde 9 años estudió en la Escuela de Bellas Artes donde empezó formalmente su preparación como dibujante y pintor.
Posteriormente estudió la carrera de arquitectura y también tiene estudios de ingeniería civil realizados en Zúrich, cuyo título en España equivale a Ingeniero de Caminos, lo que da esa versatilidad que puede verse en su trabajo.
En 1983 le fue adjudicada su primera obra de importancia. Es la Estación de Ferrocarril de Stadelhofen, situada junto al centro de Zürich donde también había establecido su despacho.
Al año siguiente, diseñó el puente Bac de Roda en Barcelona que fue el primero que empezó a darle cierto reconocimiento internacional. A éste seguirían el Puente Lusitania de Mérida, Alamillo de Sevilla y el 9 de Octubre en Valencia.
Su estilo es marcado por sus estudios en ingeniería, pues contrario a lo que es habitual en muchos arquitectos, que ocultan las estructuras de sus edificios, Calatrava las convierte en elementos esenciales de su propuesta.
Puente de la mujer.
Es una estructura giratoria en la Ciudad de Buenos Aires, Argentina. Es la única de sus obras en América Latina y se encuentra ubicada en el Dique 3 de Puerto Madero, en Pierina Dealessi y Manuela Gorriti.
Fue pensado por el empresario Alberto González, miembro del Grupo Madero. Él donó el dinero para su construcción. Fue fabricado por la empresa Urssa en la ciudad de Vitoria, en el País Vasco, debido a que el acero con el que se construyó no se fabrica en Argentina.
El diseño es una síntesis de la imagen de una pareja bailando tango. Su costo fue de unos 6 millones de dólares y se inauguró el 20 de diciembre de 2001.
En 2008 recibió, en la ciudad de Ámsterdam, un premio internacional por parte de la Federación Internacional de Bienes Raíces, una red mundial que agrupa a los profesionales del sector de la construcción e inmobiliario (FIABCI): el Prix D´Excellenceen, en la categoría Sector Público.
Puente atirantado de Jerusalén.
Fue inaugurado en 24 de junio de 2008. Se sitúa al noroeste de Jerusalén (Israel) y marca la entrada a la ciudad.
El conjunto de los cables y la forma de la estructura sugieren un arpa gigante, “El Arpa de Rey David”, como un símbolo de la ciudad sagrada. Haciendo alusión a ello muchos habitantes lo llaman “El Puente de Cuerdas”. Calatrava es además el creador del puente Petah Tikva, en la misma localidad.
Esta obra servirá para el futuro tranvía previsto para inicios de 2011 y ofrece una llamativa entrada a la ciudad.
Algunas obras de Santiago Calatrava
Puente del Reloj de Sol (2004)
Puente Peatonal Campo Volantín Zubizuri (1997)
Puente del Alamillo (1992)
Texto:Efrén Belmont
Foto: WORDPRESS, PRESSING, STOCKTO, PZNORAMIO