Gigante asiático que respira a grandes bocanadas modernidad y vanguardismo.
Siete de diciembre de 1978. Para muchos un día más en la vida, para algunos otros la fecha que marcará un parteaguas en la historia moderna y que muy posiblemente será recordado como el día en que se gestó un nuevo cambio en el orden mundial; un cambio que, -según los especialistas-, podría llevar a la República Popular China, a la hegemonía económica en poco más de un decenio.
Aquel día fue celebrado en la ciudad de Pekín la Tercera Sesión Plenaria del XI Congreso del Comité Central del Partido Comunista de China. En esa reunión el líder histórico del partido, Deng Xiaoping se hizo de las riendas del poder, para luego emprender las reformas económicas que permitirían años más tarde, alcanzar a esa nación impresionantes cotas de crecimiento económico, mismas que hoy dejan perpleja a la comunidad internacional.
Roberto Sánchez de la Vara, Coordinador de la maestría en administración en la UIA.
Nace una súper potencia
Para entender en qué contexto se realizaron estas innovaciones, Roberto Sánchez de la Vara, coordinador de la maestría en Administración, de la Universidad Iberoamericana (UIA), dijo que habrá que recordar brevemente que tras el nacimiento de la República Popular China -en 1949-, sus dirigentes apostaron en un primer momento por el modelo soviético de desarrollo, apoyados en un pacto de cooperación económica con la entonces Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas; sin embargo, estas políticas resultarían todo un fracaso. Entonces fue que comenzó el distanciamiento con aquel país, lo que incluso derivó en serias tensiones con la potencia comunista.
Sánchez de la Vara agregó que tras la muerte de Mao Tse Tung, el primer movimiento de Den Xiaoping fue el reestablecimiento de las relaciones diplomáticas con los Estados Unidos en enero de 1979, y con ello comenzó el abandono de las políticas de nacionalización y colectivización que habían caracterizado la época maoísta. Las características de renovación económica se basaron en que no obstante el viraje, el Estado conservaría su función planificadora -bajo la dirección del Partido Comunista-,lo que comenzó a fomentar la creación de empresas privadas, mientras que se alentó la entrada de capital extranjero acompañado de enormes incentivos fiscales, pues esta acción se vio como una circunstancia fundamental para financiar el desarrollo de infraestructura y de una base industrial que en ese momento -finales de los años 70- aún era muy precaria.
Aunque el gobierno mantuvo una retórica comunista, la operatividad económica sugería un sustento de corte capitalista. Así, el sistema de comunas fue desmantelado progresivamente y los campesinos comenzaron a tener mayor libertad para administrar las tierras que cultivaban y vender sus productos en los mercados; situación que a la postre derivó en una apertura de la economía china al exterior, explicó el catedrático de la UIA.
Dr.José Antonio Cerro Castiglione, Academico del Departamento de Estudios Empresariales de la UIA.
Tras la confirmación de que la política económica -emprendida por Xiaoping-, la economía alcanzó tasas de crecimiento sin precedentes. De esta manera, para el año de 1992 el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) alcanzó una cifra de 14.2 por ciento, y se mantuvo en torno al 10 por ciento durante los años siguientes y hasta nuestros días. Una de las estrategias implementadas por la administración de Xiaoping, decretó que para fomentar la inversión extranjera, se crearían "zonas económicas especiales" en la franja costera -donde se concentró el desarrollo industrial-; proveyendo de esta manera al Estado de grandes inversiones en instalaciones, servicios públicos, además de crear centros habitacionales para los trabajadores, con lo que al paso de unos cuantos lustros China se convirtió en la mayor potencia manufacturera del mundo, sobre todo en el sector de la producción de electrodomésticos y textiles debido al bajo costo de la mano de obra, cuyo salario en las regiones industriales ronda en torno a los 105 dólares mensuales.
"China tuvo una visión de largo plazo y no esta jugando al desarrollo."
Economista, catedrático de la UIA y ex miembro del cuerpo diplomático de México.
El siguiente golpe
De esta manera, China brincó de un largo periodo oscurantista, a acaparar los reflectores internacionales. Al respecto, José Antonio Cerro Castiglione, académico del departamento de Estudios Empresariales de la UIA, dijo en entrevista por separado, que las transformaciones de China no han terminado, sino apenas comienzan, y aunque se verá paulatinamente ralentizado su crecimiento, aún le quedan varios años de crecimiento acelerado, de esos a los que ya nos tienen acostumbrados, y que no dejan de sorprendernos.
El académico prevé que en el año 2020, el crecimiento de China sea tal que desplace a los Estados Unidos como el país que más contribuya al aumento en el crecimiento del consumo privado mundial, pues dice, alcanzará una cifra de crecimiento de 21 por ciento sobre el total, lo que demostrará que el nivel de la población china estaría cambiando de forma sustancial -ya que en la actualidad el diferencial en términos de PIB con Estados Unidos es aún sensible. Hoy día el consumo de China representa 6.0 por ciento del total global, y se coloca en un cercano tercero o cuarto puesto, peleado con Alemania y seguido de Japón.
Ese río que fue el corazón de Shanghai en el pasado se encuentra como un dragón en continua transformación.
Es importante remarcar que no obstante la celeridad del crecimiento de aquella nación y los buenos pronósticos para su economía, ésta ya comenzaría a disminuir la velocidad de su desarrollo. Cerro Castiglione pronosticó que para el 2008 las exportaciones chinas caerían hasta representar tan sólo 12 por ciento de su PIB, desde el 25 por ciento que ha representado en los últimos quinquenios.
El catedrático universitario dice que tal desaceleración en el crecimiento se vería motivada por la situación de crisis energética mundial, el mal momento que vive la economía de la Unión Americana y en general la reducción en la capacidad de compra de las naciones desarrolladas.
Energía, Infraestructura y comunicaciones, su fuerza
Diversos especialistas alrededor del mundo coinciden que no hay posibilidad de que un país obtenga un grado adecuado de desarrollo económico, social y político, sin que evolucione su sector energético, de comunicaciones e infraestructura; por ello China desde la segunda mitad de los años 70 emprendió cuantiosos planes con visión a mediano y largo plazo, que han contribuido como ellos esperaban, a quintuplicar el valor de su PIB a la llegada de la primera década del siglo XXI.
"En el 2002 China abrió su sector energético a la inversión extranjera".
En "Obras Prioritarias del Estado", una publicación escrita por Li Ning y editada por el gobierno central chino, explicó a lo largo de sus 137 páginas, que desde el ungimiento de Den Xiaoping como líder de su país, se debían "definir estrategias para desarrollar como prioridad la agricultura, los recursos energéticos, el transporte, la educación y las ciencias".
A partir de ese periodo y en tan sólo 15 años, el gobierno chino desplegó una gran construcción de infraestructura civil, para la defensa, las ciencias y tecnología, industria y el transporte; y tras invertir 205 mil 200 millones de yuanes (poco menos de 29 mil mdd ), y poner a trabajar a cuatro millones de personas en sus proyectos, fundó más de mil 100 empresas mineras e industriales, así como de investigación científica, la cuales convirtieron al centro y occidente chino, en la locomotora de la industrialización.
Asimismo, en la década de los 80 el estado chino invirtió mil 600 mdy (2,207 mdd) para proyectos de investigación científica tales como el Colisionador Electrón-Positrón; el Sistema de Tratamiento de Datos de Satélites Meteorológicos, el laboratorio de Simulación para la Navegación Espacial -mediante el cual prevén llegar a la luna en el 2020-, entre otras acciones, con lo cual acortaron la distancia en varias ramas de la ciencia con respecto a los países desarrollados.
Arturo Gonzáles y Sánchez, Economista, catedratico de la UIA y ex miembro del cuerpo diplomatico de México
"Para 2020 China prevé llevar a su primer hombre a la Luna".
En los ocho años previos a 1989 ?dice el libro-, las obras de infraestructura sumaron un total de 319, con una inversión acumulada de 248 mil 600 millones de yuanes, es decir 34 mil 300 mdd. La obra señaló que para China el área energética sería un punto nodal de la economía, por lo que se invirtió en la construcción de centrales hidroeléctricas como las de Gezohuba, Longyangxia (la primera sobre el Río Amarillo) y la central nuclear de Qinshan, misma que fue la primera en ser investigada, diseñada y construida de forma independiente por China. Con ello "a finales de 1989, la capacidad nacional instalada alcanzó los 135 millones de kilovatios, lo que les permitió figurar entre los pocos países con una capacidad eléctrica superior a los 100 millones de kilovatios".
A lo anterior hay que agregar que actualmente China lleva a cabo uno de los proyectos hidráulicos más grandes de la historia: la central hidroeléctrica de las Tres Gargantas, ubicada en las inmediaciones del río Changjiang (el tercero más grande del mundo con un cauce de 800 mil millones de metros cúbicos anuales). La represa tiene una longitud de dos mil 209 metros y una cortina de 185 metros. Obras Prioritarias del Estado dice que tendrá un costo de 22 mil millones de dólares y al terminarse en el año 2009, será el complejo hidroeléctrico más grande del mundo. El proyecto de Tres Gargantas, fue concebido hace 70 años, llevó 40 años de investigación, 30 años de pruebas científicas y 10 años de construcción, precisó Li Ning.
Es importante hacer notar, como lo comentó Ning, que la construcción de Tres Gargantas no solo contó con la participación estatal sino que en buena parte de ella intervino la iniciativa privada, lo que denota el pragmatismo de sus políticos, quienes adoptaron una visión de largo plazo sobre las necesidades prioritarias de la economía, situación que se vio inalterada no obstante el cambio de dirigentes o el corte comunista de su actual régimen.
Las regiones del Este de China son las de mayor desarrollo económico; sin embargo, son pobres en minas de carbón, elemento que en buena medida "mueve" al país. Para ello el gobierno proyectó una arteria de conducción de energéticos denominada "Conductor de Gas de Oeste a Este", la cual finalizó en 2007 y tiene una longitud de cuatro mil 200 kilómetros.
Para tal obra, la empresa estatal PetroChina tuvo la idea de abrir a la inversión extranjera la construcción del tendido de gasoductos y posteriormente no impuso ninguna modalidad de restricciones en la cooperación, con lo cual el 4 de Julio del 2002 el Gupo Financiero Shell y PetroChina celebraron el Convenio Marco de Administración Conjunta de la obra, con un valor de 8 mil 700 millones de dólares.
Ciudades mas urbanizadas de todo el mundo, donde el cemento y acero deben luchar por cada pulgada
En el proyecto de inversión mixta PetroChina domina el 50 por ciento de las acciones, mientras Shell, Gazprom y Exxon-Mobil poseen 15 por ciento cada uno, y el restante 5 por ciento quedó en manos de la firma Sinopec. Li Ning aclaró que el periodo del convenio durará 45 años.
Con relación a lo anterior, hay que comentar que en cuanto a hidrocarburos, China es actualmente el segundo importador, tercer consumidor y quinto productor mundial, y el crecimiento en el consumo ?debido a su fuerte expansión económica, crece a una tasa de 5.77 por ciento al año, mientras que los suministros sólo se incrementan en 1.67 por ciento, dijo Ning; sin embargo sus inversiones e investigación en la materia los ha llevado a ubicar el "oro negro" y gas en generosísimas proporciones en los valles de Junggar, Tarim y otros 27 cuerpos petrolíferos en Lunnan, Donghe, Fanhadexun y Tazhong, entre otros, con lo que el gigante asiático garantizará una reserva muy superior a los 12 mil millones de barriles de petróleo y una garantía de abasto de más de 15 años.
En cuanto al transporte, dentro de las obras más sobresalientes destacan la construcción de un extenso sistema ferroviario de casi dos mil kilómetros de longitud, que une a las poblaciones de Xining y Lhasa -la capital de la región "autónoma" del Tíbet-, en la cual se han batido varios récords mundiales por situarse en tierras congeladas (a más de cinco mil metros de altura), lo que dificultó arduamente su construcción.
Asimismo sobresale la ampliación del aeropuerto de Pekín, el cual hoy día es un punto nodal y centro de distribución de la zona asiática, con más de 300 mil vuelos al año en sus tres pistas y una superficie de 902 mil metros cuadrados. Para su realización, Ning comentó que se requisaron más de mil 280 hectáreas de terreno y se reubicó al menos a 10 mil aldeanos de las áreas circunvecinas.
En cuanto a puertos, la construcción del ubicado en la ribereña zona de Shangai vino a posicionarse como el tercero a nivel mundial -solo detrás de Hong Kong y Singapur-, con un nivel de carga y descarga de 21 millones de contenedores y 465 millones de toneladas al año. Aunque simultáneamente se planearon y construyeron 11 puertos marítimos adicionales.
El reto para México
Para Arturo González y Sánchez, economista y catedrático de la UIA, ex miembro del cuerpo diplomático de México, "es claro que nos encontramos en un punto de transición en el que se nota una pérdida de hegemonía relativa por la superpotencia dominante, es decir, Estados Unidos por lo que México deberá de hacer uso de todas sus ventajas como la geopolítica y sus recursos naturales, además de sus acuerdos comerciales, si es que quiere competir en el nuevo entramado global que se viene creando".
González y Sánchez definió este momento histórico diciendo que "anteriormente China temía al lobo, luego se quitó el miedo y quiso bailar con el lobo y ahora ellos quieren ser el lobo", por lo que habrá que estar muy pendiente de los movimientos que hagan y adaptarnos a las circunstancias que el mundo exige; ya que sólo los que se adaptan, sobreviven, aclaró.
El ex embajador de México en Polonia comentó que "ellos tuvieron una visión a largo plazo y no están jugando al desarrollo. Saben qué es lo quieren, saben qué es lo que tienen que hacer y lo hacen". Una muestra de ello son las Olimpiadas, en las que después de varias ediciones, desbancaron a Estados Unidos del primer puesto en el medallero mientras que, aclara, que el modelo chino de desarrollo trae detrás un sistema de fuerzas que se basa en su mentalidad y en su nacionalismo así como en su planteamiento de competitividad.
Desde los 60 -dice González y Sánchez-, ya tenían un modelo de nación, y aunque su política dice ser comunista, se abren más que los mismísimos países capitalistas, sin embargo y a diferencia de países como el nuestro, el gobierno no le deja todo a las "fuerzas del mercado".
González y Sánchez comentó que cuando tuvo la oportunidad de estar en China durante la década de los 70, la gente de la clase trabajadora ya tenía la conciencia del advenimiento del milagro chino y decían: ?"Yo ahorita no estoy trabajando para mí? estoy trabajando para mis nietos", y si usted va a China en este momento, un obrero o un campesino le dirá lo mismo que a mí hace 30 años.
Por lo tanto, el catedrático universitario señaló que las llaves para que México enfrente al "dragón", es no tenerle miedo y aprovechar las oportunidades que un mercado de mil 300 millones de personas ofrece. Perderle miedo al mar y voltear desde ya a ver otros mercados y no enfocarnos en el mercado americano; así como replantearnos nuestro modelo de desarrollo económico y de competitividad.
González y Sánchez es optimista. Cree que México ha tenido muchas oportunidades y las seguirá teniendo. Somos privilegiados, dice, mientras refiere que la cercanía que nos da la lengua española con los países latinoamericanos, debería de permitir un mayor acercamiento con sus economías. Mientras, dejó muy en claro que si tenemos tantos tratados comerciales por qué no tomar ventajas de ellos: -"China lo hace y sin tratados de por medio", dijo.
"El mundo se ha transformado, el orden mundial está cambiando y ante lo inevitable, si no lo puedes evitar, disfrútalo", finiquita reflexivamente.