|SPI, DBOX SILVERSTEIN PROPERTIES
Si todo sale bien el proyecto estaría completado para 2012 y brindará al Downtown de Nueva York unos 8.8 millones de pies cuadrados de nuevos espacios de oficinas.
A cinco años del trágico septiembre negro, el pasado 12 de septiembre la elite inmobiliaria de Nueva York se reunió para analizar las consecuencias reales de los atentados que un día antes dañaron edificios con un total de 3 millones 228 mil pies cuadrados de espacios, que de momento habían sido eliminados del mapa de la zona comercial más cotizada de la “Gran Manzana”.
El éxodo fue evidente. En total, los ataques terroristas afectaron 22 edificios de oficinas y a sus inquilinos, que de manera rápida se trasladaron a ciudades como New Jersey y Coneccticut.
Con esta migración la tasa de disponibilidad de espacios en Midtown aumentó a 12 por ciento en el 2003, contra 4 por ciento del 2000, según documentó la oficina local de la firma de corretaje Cuhsman & Wakefield. El “must be” se transformó en temor.
Quienes siguen el desempeño del gran mercado neoyorquino dicen que incluso firmas como Cantor Fitzgerald, que perdió más de 600 empleados en los ataques, sólo tardó un año en restablecerse. Actualmente tiene dos edificios en el vértice que conforman la Avenida 59 y Park Avenue.
Hay quien dice que la recuperación del mercado corporativo en esa zona, que ha reducido a 11.2 por ciento la tasa de recuperación, aún es frágil, y que la zona de Midtown se ha recuperado más rápido que Downtown, justo donde destaca la prestigiosa Wall Street.
Sin duda, la construcción de los nuevos edificios en la Zona 0 han dado un nuevo ánimo al mercado.
El proyecto
Tres días antes del quinto aniversario del 11 de septiembre los arquitectos británicos Norman Foster, Richard Rogers y el japonés Fumihiko Maki dieron a conocer los planos de tres nuevos rascacielos que se alzarán junto a la llamada Torre de la Libertad en los terrenos del World Trade Center (WTC) de Nueva York, donde se encontraban las Torres Gemelas.
Las torres formarán un semicírculo, gradualmente descendente en altura, alrededor del monumento a las víctimas de los atentados. Los últimos diseños completan los planes para el nuevo complejo que se levantará en el lugar donde se encontraban hasta 2001 las destruidas Torres Gemelas. En el centro estará la Torre de la Libertad en construcción.
Cada una de las edificaciones estará recubierta de vidrio y la mayor de ellas igualará en altura a la famosa torre Empire State.
La mayor de las torres, y la última en construirse, estará coronada por cuatro estructuras en forma de diamantes que apuntarán hacia el parque conmemorativo.
Diseñados por Foster, los diamantes alumbrarán la zona sur de Manhattan por la noche. Los tres edificios develados complementarán a la Torre de la Libertad, que con sus 541 metros de altura, se convertirá en el edificio más alto de Estados Unidos.
La construcción de estas torres comenzará entre el 2007 y el 2008, y se terminará en el 2012, pero su incorporación al mercado hace a muchos soñar en el futuro, como dice Richard Rogers.
Lento pero seguro
La vista panóramica a futuro|SILVERSTEIN PROPERTIES
La obra del WTC fue tan discutida que se tuvo que crear un organismo para dirigir la planeación, que se llamó Lower Manhattan Corporation, y es tan enorme que por primera vez hay un grupo de coordinación para la supervisión de obra, llamado Lower Manhattan Construction Command Center (LMCCC).
Mientras el plan político económico de Lower Manhattan va tomando forma en el nuevo World Trade Center (WTC) y su área de influencia, después de una atribulada historia de riñas políticas y afectivas, se empieza a ver el foco en la construcción de los más de 29 proyectos individuales con costos estimados por 21 mil millones de dólares.
El destino de los 16 acres y 70 pies de profundidad que mide la zanja que quedó de los atentados en el corazón de Manhattan y el todavía maltrecho esqueleto del edificio del ex Deutsche Bank comienza a tomar forma.
A pesar de las mejores intenciones, la reconstrucción se llevó cinco años de pura planificación y acuerdos, para recién ahora contar con la Torre WTC7 y el inicio de los trabajos subterráneos.
Por lo menos se terminó de definir el master plan del ganador del concurso, arquitecto Daniel Libeskind, así como el diseño de los detalles. Las torres, formando una espiral descendente hacia el Memorial, reconstruirán el horizonte restaurando el esplendor histórico de Nueva York.
Aunque lento, este proceso abre una nueva ventana de confianza a que la reconstrucción pueda realmente proceder y en el que, aun a costa de la desgracia, se abrieron oportunidades para modernizar, con la reconstrucción, tanto el viejo sistema de tránsito como el parque de oficinas.
A esto se le suma un poco de marketing inmobiliario: el edificio más alto del país, la estación de tren para combinaciones más cara –2 mil 200 millones de dólares–, el complejo para la memoria más caro –unos 740 millones de dólares–, el centro de vehículos seguro tecnológicamente más avanzado –unos 478 millones de dólares– y algunos adecuados nombres de arquitectos internacionales, como el español Santiago Calatrava, los lores ingleses Richard Rogers y Norman Foster y el japonés Fumihiko Maki.
El sitio tendrá cinco torres. La Torre de la Libertad o Torre 1, protagonista absoluta, primero ideada por Libeskind pero finalmente diseñada por SOM. Las Torres 2, 3 y 4 en el 200, 175 y 150 de la calle Greenwich, respectivamente.
La recientemente inaugurada Torre 7 World Trade Center o WTC7, revivida de la original. Además, se construirá un memorial denominado Reflecting Absence (Ausencia reflejante), dos museos, el International Freedom Center y el Drawing Center, así como una estación de conexiones denominada PATH.
Puntapié inicial
El 23 de mayo de este año el desarrollador neoyorquino Larry Silverstein inauguró los 52 pisos de 1.7 millones de pies cuadrados de la Torre llamada WTC7, el mayor evento del año para toda la ciudad, aunque todavía con sólo 20 por ciento de la ocupación, a rentas iniciales de 40 a 50 dólares por pie cuadrado. Entre los primeros inquilinos se encuentran la New York Academy of Sciences, Ameriprise Financial (empresa de American Express), Moody, que firmó por 15 pisos, y la editora Mansueto Ventures LLC, que se mudará desde la avenida Lexington el año próximo.
Silverstein está en una loca carrera por atraer inquilinos, para lo que ideó el China Center, que pretende cubrir por lo menos 200 mil pies cuadrados de la Torre para que las compañías chinas ubiquen sus oficinas corporativas en Nueva York.
Entre el WTC y la revitalización que se ve en todo Lower Manhattan, los memoriosos saben que la idea está inspirada en la que David Rockefeller concibió para reposicionar el liderazgo de NY en los negocios internacionales con el primer WTC. Una de las preocupaciones de los especialistas es el foco extremo de Silverstein en crear espacios de oficinas, lo que puede deprimir el mercado por generar sobreoferta de espacios, pero según los memoriosos, el WTC original sufrió las mismas acusaciones.
La Torre de la Libertad
Vista panorámica de lo que será el WTC|RRP TEAM MACARIE SILVERSTEIN PROPERTIES
La Torre de la Libertad, símbolo de la recuperación y optimismo de la ciudad, debería estar terminada para 2010, con mil 776 pies de altura y 2.6 millones de pies cuadrados de espacios para oficina. Su diseño final está bastante lejano de aquél ganador diseñado por Libeskind, en el que una torre espiralada ascendente y elegante saluda como un espejo a la Estatua de la Libertad.
La versión plena de retórica y estética fue muy aceptada por el público, pero Libeskind fue obligado a “casarse” con David Childs, consultor y socio de la firma Skidmore, Owings & Merrill (SOM), especialista en rascacielos, quien sometido a otras presiones (por ejemplo el espacio para oficinas y normas de seguridad) terminó definiendo los parámetros finales del diseño de hoy.
Ahora el desafío que tendrá el propietario, la autoridad portuaria, es el de conseguir inquilinos comerciales. Sobre todo, teniendo en cuenta que el simbolismo de la Torre la podrían hacer blanco de nuevos ataques. Para paliar todo esto, el gobernador George Pataki facilitó un nuevo paquete de incentivos en el Downtown, que incluyen exensiones impositivas, reducciones en costos de todo tipo, particularmente generosas en el WTC y sus edificios adyacentes, lo que produjo una suba de la actividad en los últimos dos años por parte de pequeñas empresas que llegan desde el Midtown y de las afueras.
Un poco de historia
El WTC se creó como un matrimonio de intereses públicos y privados entre David Rockefeller, cuyo Chase Manhattan Bank abrió sus oficinas centrales en un Lower Manhattan de los años sesenta en declive y el entonces director de la Autoridad Portuaria, que vio una rentable posibilidad de expansión. Para formar el complejo gigante de oficinas y compras fue financiado con bonos del gobierno, la autoridad modificó calles y creó una súper manzana, donde se irguió el WTC. Cuando fue edificado en 1973 fue criticado por su monumentalismo arquitectónico.
En los años noventa fue renovado y ocupado en su totalidad, cuando la autoridad se salió de la actividad inmobiliaria para hacer foco en el transporte regional.
El arquitecto Minoru Yamasaki fue el diseñador del WTC original. Silverstein era entonces el propietario de la original 7 World Trade –inaugurada en 1987–, a la sombra de las Torres Gemelas, así como jugador del mundo inmobiliario de la Nueva York de entonces. Fue invitado a la jugosa licitación para la concesión del WTC, la que ganó. Dos semanas antes de los atentados había contratado al arquitecto David Childs para actualizar el WTC.
La tierra pertenece a la autoridad portuaria de Nueva York y Nueva Jersey, y el Sr. Silverstein, su concesionario, paga por su uso, que fue de 530 millones de dólares desde 2001, por la tierra vacía.
Sucede que firmó el contrato de leasing más grande en la historia de Nueva York, por 3.25 mil millones en 99 años, sólo seis semanas antes de los ataques.
Legalmente está obligado a pagar 10 millones mensuales en concepto de renta y el derecho de reconstruir como quiera el WTC.
Sus intenciones de hacer 10 millones de pies cuadrados de oficinas y seis propuestas de masterplan fueron descartados por cuenta de la “democracia”. La queja de la gente condenaba la densidad y escala de la proporción para usos comerciales. Por eso se tuvo que llegar a un acuerdo público-privado entre Silverstein y la nueva entidad estatal, Lower Manhattan Development Corporation, que tomaría el control de la planeación del sitio, quienes en 2002 convocaron un concurso para una búsqueda visionaria e internacional.
El WTC2 requerirá
907 mil 338 millones de concreto
222 mil 437 toneladas de acero
5 mil 900 trabajadores
17 grúas
La Torre de la Libertad utilizará
190 mil yardas cúbicas de concreto
53 mil 700 toneladas de acero
El culebrón neoyorquino
El proceso de rediseño y reconstrucción del WTC fue poco fluido. Larry Silverstein, el desarrollador inmobiliario, concesionario del sitio, batalla con las aseguradoras sobre la cobertura y tamaño del pago que debe recibir. Los arquitectos Daniel Libeskind y David Childs se enfrentaron por el diseño y control del proyecto. Algunos familiares de víctimas protestaron sobre el contenido planeado en los museos y memoriales. Los oficiales del gobierno, liderados por el alcalde Michael Bloomberg, iniciaron campaña para minimizar el rol de Silverstein en la reconstrucción.