El concepto de uso mixto es súper abierto, no es rígido y no tiene límites. Lo “bonito” de estos proyectos es que la imaginación es el límite.
Aun cuando no hay muchos jugadores, se están invirtiendo grandes e importantes fuentes de capital en proyectos de uso mixto, lo que ha generado que los proyectos que se llevan a cabo sean muy grandes. Obviamente los proyectos grandes corresponden a las ciudades grandes, mientras que en las localidades pequeñas los proyectos son de menor dimensión con una mezcla de cosas simpáticas. Por ejemplo, “puedes hacer un desarrollo de entretenimiento el cual, a lo mejor, cuente con teatro, además puede tener cine, restaurantes y hasta quizá un hotel; esto ya es un proyecto de usos mixtos”, señala Javier Sordo Madaleno, director de Sordo Madaleno Arquitectos.
Actualmente hay muchos proyectos de uso mixto y cada día son más diversos, diferentes, tienen más vertientes y también más interés.
En mi opinión hay que tener siempre visión y hay que tener ganas de hacer cosas, buenos proyectos, pero también mucho cuidado de no hacer tantos al mismo tiempo y juntos, que es lo que hoy está pasando en la Ciudad de México.
Ante ello es indiscutible que muchos proyectos serán exitosos y otros, los que no tengan la fuerza y no estén bien hechos, van a acabar siendo muy flojos y podrían terminar mal; es decir van a perderse. Con todo ello, los que nacen fuertes no deben perder de vista que se tendrán que ir renovando para continuar siendo desarrollos sólidos.
Por lo mismo, reitero que es muy importante que los desarrolladores veamos a los proyectos con los pies en la tierra y que hagamos un análisis muy profundo de este tema.
Encaminados a la conquista
Para que un proyecto tenga notoriedad se requiere de una suma de diversos elementos, entre los cuales de la ubicación dependen mucho las condiciones del éxito. Considero que la mejor fórmula es aquella que contempla totalmente lo que los usuarios y los residentes del proyecto van a vivir.
En lo personal, en lo que más me fijo hoy es en la experiencia que la gente va a tener cuando llegue a este lugar y la manera en que se va a mover, cómo es la entrada a su vivienda (en sí, cómo es su vivienda), la forma en que funciona en su coche, etc., porque estas partes son las que hacen la gran diferencia; son las más sencillas, pero son las que cambian realmente todo el concepto de vida y de los proyectos.
Aunque insisto que en este tipo de proyectos la imaginación es importante, también se debe evitar volar demasiado, más bien debemos tener los pies en la tierra. De la misma manera, hay que poner atención y escuchar a la ciudad, se debe procurar oír muchísimo a nuestro entorno, nuestros vecinos… Hay que tener una gran capacidad para percibir todo lo que sucede alrededor y estar muy empapado de la zona.
No debemos centrarnos sólo en el proyecto, para mí ése es un gran error; hay que considerar qué se va a implantar en una zona, qué va a integrarse en este proyecto y entonces eso cambia completamente la visión.
El error se da cuando crees que vas a hacer una obra maestra y al final resulta que no, porque no se integra en la ciudad.
Ahora bien, la versatilidad de este tipo de desarrollos inmobiliarios, permite que se puedan ir ajustando con el tiempo. En los grandes proyectos, el mercado te va enseñando para dónde ir, sobre todo en aquellos que son desarrollos de 10 a 15 años. Por ejemplo, en el concepto original de Antara (en la época en que se edificó), quería hacer un hotel, de hecho tenía permiso de hotel, pero todos los que me interesaban y que fui a ver en aquel tiempo me dijeron que no, que la zona era baja. Entonces, si no ponía un hotel del target que queríamos, bajaba de inmediato el nivel de calidad de Antara, por eso no hice hotel.
En la parte residencial sucedió algo similar, aunque desde entonces había demanda de vivienda en la zona que hoy se conoce como Nuevo Polanco, también en esa época no era del nivel de lo que queríamos hacer; hoy es distinto, ya se puede efectuar, debido a la gran transformación que experimentó la zona; pero en aquella época no, porque primero había que transformar el lugar.
Cuando se trata de grandes proyectos, quizá se puede complicar la parte financiera, pero también te permite mucha versatilidad, entre ellas la del tiempo de desarrollo, puede ser por etapas y en esos periodos definir lo que uno puede invertir.
Ligado a esto, debo decir que no necesariamente uno debe ser dueño de todo, no puedes ser el único participante; los usos mixtos te dan esa gran cualidad, donde puedes tener un segmento. A mí me gusta el shopping, pero quizá no sea dueño del hotel –sino el hotelero–, tampoco del área residencial y las oficinas, a lo mejor cada uno será dueño de su especialidad, todo dependerá de la capacidad y habilidad de cada desarrollador.
Mi mejor recomendación es que siempre hay que hacer algo que cuando tú mismo lo visites, te sientas orgulloso de estar ahí, que supere tus expectativas, porque si las supera, vas a superar las de todos los demás.
Texto:Arq. Javier Sordo Madaleno
Foto: Sordo Madaleno Arquitectos