Comodoro del club de yates de Yucatán y miembro del consejo de BTERRA
Estoy firmemente convencido de que, en el futuro, en el contexto económico general de la zona —no solo el inmobiliario—, el estado debe tener una creciente y estrecha relación con el mar y sus bondades.
Mérida, en particular, tiene una gran bondad como ninguna otra ciudad en el país: Su cercanía con el mar. Quizás Veracruz vive una situación similar, aunque no cuenta con la misma capacidad de inversión y desarrollo, ni la seguridad; incluso, el clima de aquí, en el sureste de México, es muy bondadoso.
En particular, resultará estratégica la inversión en mejorar la infraestructura del puerto, porque ello generará más trabajos, no solo temporales en la ampliación del mismo, sino los futuros empleos permanentes y diversos por el incremento de la actividad productiva que conlleva. Desde 2020, el gobierno federal anunció una inversión privada de 4 mil millones de pesos en la ampliación y modernización de Puerto Progreso, que iniciará en noviembre de este año, lo cual será un detonador de actividad económica de la zona.
El reciente anuncio de la llegada de una naviera al Puerto de Progreso es un ejemplo de ello, pero también debemos considerar otras actividades náuticas e inmobiliarias vinculadas a la playa y el mar que, hasta ahora, han pasado desapercibidas.
Por ejemplo, el yucateco, hasta hace unos ocho o diez años, no había descubierto que tenemos un mar para aprovechar el año entero; lo hacíamos solo en el verano. En mi opinión, hay que cambiar el enfoque de éste de solo bañarse por lo caliente de sus aguas.
Debemos partir de que en Mérida se ha cambiado la percepción de que la playa está muy lejos por el crecimiento de la ciudad hacia el norte, Progreso ya no está a 30 kilómetros de Mérida, sino a 18. Por lo tanto, ahora la ciudad tiene una relación más estrecha con el mar, lo que permite que tengamos una vida muy diferente a cualquier otra ciudad del país.
Por ejemplo, hoy día, se puede ir en la mañana a pasear en lancha, esquiar, velear, kayakear o hacer lo que te guste en el mar, pero también después ir a trabajar, y por la tarde o noche al cine con tu familia u otras actividades. Ninguna de éstas las tienes que planear para el fin de semana y eso ofrece una gran calidad y estilo de vida; incluso, a la escuela de vela diario van los niños a practicar.
Actualmente la relación económica que se tiene con el mar, que es la pesca, desde mi punto de vista, es equivocada. Cada vez hay más pescadores y menos peces, por lo que dicha actividad de los habitantes de la costa está condenada a morir. Bajo este contexto, debemos colaborar para que puedan migrar de ésta a la industria turística náutica.
Puerto Progreso.
Mejores empleos
La maravilla de la actividad náutica de Yucatán, en la parte de empleos, es que no es un turismo que dependa del visitante internacional, sino de los locales. Los barcos, veleros y lanchas, en su gran mayoría, son de habitantes de Yucatán.
Por lo tanto, se requiere personal de vigilancia, mecánicos de mantenimiento al sistema eléctrico, quién los lave, los pinte, etc. Este tipo de empleo es mucho mejor pagado que la pesca, más seguro, porque salgas o no salgas con el barco, hay que cubrir todas las necesidades señaladas de forma permanente.
Visto de diferente manera, no se trata de un trabajo temporal. Toda la actividad que se hace con relación al barco es económicamente más dinámica, bien pagada y para siempre.
Visión gubernamental
Sin embargo, se requiere del impulso del gobierno, porque hace falta mucha infraestructura de marinas e, incluso, de una escalera náutica para toda la Península de Yucatán.
No se trata de una visión elitista, sino de infraestructura que generará mucho empleo, bien remunerado y mejor que la pesca de hoy. En el momento que haya más espacio para que la gente pueda tener sus barcos, para que puedan hacer más actividades en ellos, habrá más personas que puedan dedicarse a esto.
Por ahora, no hay nada concreto por parte del gobierno, pero hay un proyecto de los particulares, porque se requieren instalaciones para recargar combustible, descanso, bahía segura, agua, comunicaciones, etc. Entonces hay que reactivar los puertos de abrigo, porque no hay bahías naturales, todo es costa en Yucatán.
Equipo de vela juvenil del Estado.
Grandes oportunidades
Estoy convencido de que hay muchas oportunidades de hacer negocios y generar economía en torno al mar, y veo la posibilidad de que Mérida sea como el Fort Lauderdale mexicano. El que empieza a ver a Mérida como opción de vivir o descansar, debe considerar al mar como parte de la vida.
Desde mi visión, se verá una gran transformación en el uso de la casa de playa en los próximos años. Luego de la pandemia del nuevo Coronavirus, se observó un cambio en la filosofía del yucateco, donde muchos locales que tienen la posibilidad de tener su casa de descanso en Progreso y solo la usan dos meses al año, le hicieron ajustes para poder usarla de forma permanente y se mudaron ante la cercanía que hay con Mérida.
También, recientemente, canadienses y estadounidenses vienen a pasar su invierno en Progreso.
Hoy en día, hay algunos proyectos inmobiliarios en torno a la playa, pero se debe seguir densificando Progreso y Chicxulub con nuevas edificaciones; el potencial es enorme.
Texto Juan Ignacio Ponce
Foto: BTERRA
