En febrero, las autoridades de Francia levantarán la mayoría de las restricciones impuestas para evitar el contagio de Covid-19 por la variante Ómicron, de forma paulatina.
Así, el uso de cubrebocas en la calle dejará de ser obligatorio a partir del 2 de febrero, además, se considera un cambio radical de la política de semiconfinamiento.
Las principales medidas incluyen un mayor aforo en espacios abiertos y que el trabajo en casa no sea obligatorio para todos los ciudadanos, anunció el primer ministro Jean Castex.
“Existe una evolución esperanzadora, aunque no ignoramos las tensiones en nuestro sistema de salud”, dijo el funcionario y añadió que el anuncio se debe a que la Ómicron es menos grave que la variante Delta.
Esto supondría una vuelta gradual a las oficinas del país, aunque las autoridades considerarán esta modalidad como ‘recomendable’ para evitar los contagios en horarios laborables.
Las actividades de ocio verán su vuelta a partir del 16 de febrero; los franceses volverán consumir de pie en bares y restaurantes siempre que presenten el certificado de vacunación.
Y las discotecas, cerradas desde diciembre, abrirán; los ciudadanos también podrán asistir a los conciertos de pie, con el cubrebocas correctamente colocado.
Referente al regreso escolar, a finales de febrero, el gobierno estudiará la eliminación de la obligatoriedad de los cubrebocas para los alumnos de primaria y el fin del autotest.
El Dato:
De acuerdo con agencias de noticias internacionales, Francia cuenta con cerca del 80% de su población vacunada, uno de los porcentajes más altos de Europa.