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La Inteligencia Artificial tiene el potencial para hacer del mundo un lugar mejor si se usa con responsabilidad.

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En un encuentro con distintos líderes empresariales y académicos, que tuvo como objetivo analizar el potencial de la IA en las organizaciones desde la perspectiva de la ética corporativa, se llegó a la conclusión de que “no hay que tener miedo a la IA. La ética es el gran reto”. El peligro real está en el uso que las personas quieran darle.

 

Las empresas que cuenten con la figura responsable del uso ético de la tecnología serán las que verdaderamente aprovechen la oportunidad de la transformación digital.

 

Brian Green, director de Ética Tecnológica en el Centro de Markkula de Ética Aplicada de la Universidad de Santa Clara (Estados Unidos), apuntó que “la Inteligencia Artificial tiene el potencial para hacer del mundo un lugar mejor si se usa con responsabilidad y bajo estándares éticos que analicen y castiguen las malas prácticas. Por esta razón, es esencial impulsar en los líderes de negocios de México, la educación sobre IA”.

El eticista aseguró que es importante considerar a la ética como factor clave en Inteligencia Artificial a partir de una estructura sólida. Además, subrayó la necesidad de que las organizaciones empiecen a pensar en la incorporación de un “responsable del uso ético de la tecnología” para aprovechar el impacto de los avances en IA en la productividad de las organizaciones.

A continuación, se enlistan cinco pasos para ser una compañía de IA éticamente responsable, según Brian Green:

  1. Compromiso. Los directivos deben comprometerse e involucrarse con la ética en IA, desde managers hasta CEOs, todos los que tengan un rol de liderazgo.
  2. Diagnóstico. Analizar dónde se encuentra ahora la empresa y, preguntarse si existe realmente la cultura ética en la compañía.

 

  1. Estrategia y plan de acción. Descubrir hacia dónde quiere ser dirigida la empresa al implementar una cultura ética en IA.

 

  1. Talento / habilidades. Contar con un responsable del uso ético de la tecnología y contar con planes de upskilling y reskilling de aplicación ética de la IA. La ética debe estar integrada en las prácticas organizacionales para que se utilice con regularidad y coherencia.
  2. Medición y mejora continua. Establecer métricas claras y objetivas para evaluar el impacto ético de la IA en la empresa y en la sociedad en general. Utilizar estos datos para identificar áreas de mejora y ajustar continuamente las prácticas y políticas relacionadas con la ética en IA.