El espacio de 5,574 metros cuadrados —ubicado en Times Square— apuesta por la arquitectura como un elemento clave en la experiencia del museo, conjugado con diversas estrategias en iluminación, materialidad y transparencia reforzarán esta atmósfera, estimulando una sensación de descubrimiento y observación.
Inspirado por los espacios ocupados por las organizaciones de espionaje más significativas del mundo, los interiores del edificio recrean un pequeño pueblo. La circulación lleva a los visitantes a través de una serie de puntos panorámicos, donde juegan con las percepciones del usuario.
El resto del programa del museo incluye una cafetería, salas para eventos privados, espacios de exhibición y una librería que contendrá más de 1,000 libros inéditos y antiguos sobre espionaje, detalló ArchDaily.