En febrero de 2016, Calatrava fue anunciado ganador del concurso para el diseño de una torre de observación para el puerto Dubai Creek. Su diseño: Mega alta y súper delgada “tan grande como el Burj Khalifa y la Torre Eiffel”, la describió en ese entonces el arquitecto español.

“Tiene una clara referencia al arte clásico del pasado y la cultura del lugar, y sirve como un gran logro tecnológico […] En toda mi carrera, he percibido la tecnología como un vehículo hacia la belleza y el arte, inspirado en dar la bienvenida a personas de todo el mundo. Es un símbolo de una fe permanente en el progreso”, continuó.

Cuatro años después, a unos días de terminar 2020 y según información dada a conocer por Reuters, el desarrollador del proyecto, Emmar Properties −que también es dueño del Burj Khalifa− “detuvo los nuevos trabajos de construcción, después de que en los últimos años el auge de la construcción provocara un exceso de oferta en la ciudad del Golfo”.

“El mercado inmobiliario de Dubái, donde la oferta ha superado la demanda durante gran parte de la última década, se ha visto sometido este año a una presión adicional por la crisis del Coronavirus”, explicó Mohamed Alabar, presidente de Emmar.

Cabe destacar que una de las grandes características de esta torre, sería The Pinnacle Room, que ofrecería magníficas vistas del cielo, a través de balcones giratorios y acristalados que se extienden hacia afuera; además de un hotel boutique de clase mundial para los visitantes. La iluminación jugaría un papel importante al buscar enfatizar su forma de ‘capullo de flor’, que no solamente brindaría un espectáculo de luces flotantes a lo largo de su estructura, sino que funcionaría como faro de luz por la noche.

La torre contaría también con características ambientales y de sostenibilidad gracias a un cuidadoso diseño ecológico que también incluye una serie de corredores verdes para el acceso peatonal y conectividad con el puerto de Dubai Creek.