En el corazón del desierto saudí, donde el granito ha resistido cinco millones de años de historia, emerge Desert Rock Resort, un nuevo paradigma del turismo de lujo sostenible.
Situado en el remoto valle montañoso del Hiyaz, este proyecto no solo es una proeza arquitectónica, sino también un símbolo tangible del ambicioso plan Visión 2030 de Arabia Saudita, cuyo objetivo es transformar la economía nacional a través del turismo cultural y la sostenibilidad.
Diseñado por Oppenheim Architecture, Desert Rock cuenta con 54 villas y diez suites. El interiorismo, liderado por Paolo Ferrari, sigue la misma filosofía: Materiales locales como piedra caliza, bronce y yeso se combinan en formas orgánicas, con espacios que honran la espiritualidad del paisaje.
A nivel medioambiental, Desert Rock se posiciona como referente: El material removido durante la construcción fue reutilizado en las propias estructuras y la iluminación nocturna está calibrada para no contaminar el cielo, manteniéndolo óptimo para la observación astronómica.
Para Timothy Archambault, director del proyecto, Desert Rock representa una declaración de principios: “Arabia Saudita apuesta por un turismo de lujo consciente, cultural y profundamente conectado con su tierra”.