Sin embargo, cerca de 200 empleados de dirección de área y mandos medios de la dependencia se encuentran ante la incertidumbre de su liquidación y argumentan que no existe una fecha definitiva ni condiciones claras que les indiquen cuándo recibirán su pago.

“Se ha rumorado que varios empleados quedarían fuera de Promexico a partir del 1 de enero de 2019 y esto nos ha motivado a preguntar en distintas áreas con nuestros propios jefes de unidad y de alta dirección en qué situación estamos, pero ha sido un teléfono descompuesto porque se asignó a un encargado de la dirección general, Faustino Cruz, que tomó posesión el día de ayer, y dice no saber nada”, comentó a Expansión un empleado que pidió no ser identificado.

Hasta el momento 20 altos mandos, como titulares y directores generales, se les liquidó desde el pasado 31 de diciembre, de acuerdo con el empleado, además que cientos de empleados no han podido ingresar a las oficinas con sus huellas dactilares.

La instancia, que se dedicaba a atraer inversiones extranjeras en México y promocionar productos mexicanos en el exterior se encuentra en proceso de extinción por petición del Presidente Andrés Manuel López Obrador. “La extinción es un hecho, pero la liquidación no se ha clarificado, nos han dicho que a finales de enero o principios de febrero. No hay una comunicación por escrito de que nosotros dejamos de ser empleados de Proméxico”, argumentó el empleado.

Como se recordará, la secretaria de Economía, Graciela Márquez, confirmó la desaparición de ProMéxico desde mediados de diciembre, sin embargo, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) propuso al Congreso de la Unión un presupuesto para ProMéxico de 908.8 millones de pesos en 2019, lo que representaría un alza de 14% interanual.

Márquez dijo que para sustituir a ProMéxico se crearía una Unidad de Innovación y Promoción, que retomará las funciones de la dependencia, así como las del Instituto Nacional del Emprendedor (Inadem).

Según la funcionaria, ProMéxico “no atendía las necesidades del país, porque aproximadamente ocho de cada 10 proyectos que se apoyaban tenían que ver solamente con la industria automotriz y la mayoría era para grandes empresas como BMW y podrían haber sido más efectivos para otras cadenas de valor".