Una gran variedad de los edificios antiguos -originalmente planeados como mansiones para la aristocracia- se conservan aún, ya sea después de haber sido renovados y convertidos en viviendas o reacondicionados como negocios o galerías.
Por esta razón, resulta fácil encontrar estilos diversos en una misma calle. Muchos de sus edificios actuales son el resultado de estilos y tendencias de épocas antiguas, por lo que es posible observar una gran combinación de ellas dentro de la evolución o desarrollo de la ciudad.
Es fácil admirar la arquitectura más famosa de la ciudad, desde el esplendor gótico de Notre Dame hasta la zona ultra moderna de La Defense. Los edificios más característicos y abundantes en París, sin embargo, muchas veces pasan desapercibidos. En este artículo se mencionarán cuatro ejemplos de edificios emblemáticos de la arquitectura cotidiana parisina. Hoy en día, estos edificios albergan hoteles de lujo por lo que es posible visitarlos y explorar el aspecto tradicional de la ciudad a través de sus detalles.
El siglo XVIII
La arquitectura en París durante el siglo XVIII se caracterizó por dos grandes tendencias: el Rococó y el Neoclasicismo, estilos que se contraponen en muchos aspectos. En términos generales, la arquitectura durante este emblemático siglo continuó las tendencias clasicistas del siglo anterior, pero con mayor cautela y refinamiento. El Neoclasicismo se consolidó como respuesta adversa a las tendencias decorativas del Rococó.
Los fundamentos ideológicos del Neoclásico estaban íntimamente ligados al deseo de revivir las virtudes del mundo antiguo, especialmente, los valores relacionados con héroes de Roma y Grecia. Los valores clásicos-heroicos venían acompañados por el deseo de resaltar la intelectualidad en contraste con la emoción exaltada que caracterizó al Rococó, consecuentemente, el estilo Neoclásico se caracteriza por materiales básicos, un mínimo de ornamentación y una estructura lógica.
Hotel Castille
El hotel Castille se encuentra en un edificio típico de la arquitectura parisina del siglo XVIII. Ubicado en el corazón histórico de París -en Rue Cambon, en el primer distrito de la ciudad-, el Castille es la plataforma ideal para explorar tres de las plazas más famosas de la ciudad: la Concorde, Vendôme y Madeleine.
Rue Cambon fue creada en 1719 con el propósito de unir Grands Boulevard al Jadin des Tuileries. En ese entonces, las únicas construcciones en esta zona fueron mansiones privadas del estilo típico del siglo XVIII con patios interiores característicos de estos edificios. La calle Cambon cobró fama mundial cuando en 1910 Coco Chanel inauguró su primer atelier en el número 31 de Rue Cambon, que aún se encuentra aquí.
El corazón de París, de su cultura y arquitectura, es evidente en esta zona de la ciudad y permite una exploración a pie para descubrir o redescubrir sus secretos. A unos cuantos pasos del Jadin des Tuileries, la Ópera y Campos Elíseos, el Castille ofrece la posibilidad de disfrutar los tesoros arquitectónicos más famosos de la ciudad, pero también nos permite ver su aspecto cotidiano y discretamente bello. Pasear tranquilamente por Rue Cambon y observar los detalles de su arquitectura es una forma de situarnos en el París del siglo XVIII con sus tendencias a la intelectualidad y la sobriedad.
El interior del hotel está decorado con obras de arte de los siglos XVIII y XIX, propiciando un ambiente de tranquilidad e intimidad, y conservando la atmósfera original de la antigua mansión en la que se encuentra. En el lobby es posible apreciar varias obras de arte de estilo clasicista, principalmente de inspiración italiana y holandesa. El resto de la decoración es una combinación de diseños modernos y contemporáneos inspirados en la ciudad de Milán, lo cual resulta en una interesante fusión de estilos.
El encanto de este hotel radica también en que las habitaciones se encuentran distribuidas en dos edificios distintos tanto en diseño como en inspiración. Uno de los edificios cuenta con una decoración tradicional al estilo veneciano, mientras que el otro ofrece un diseño elegante y contemporáneo.
Las renovaciones haussmannianas y el periodo Art Deco
Haussmann es posiblemente la figura más relevante en lo que a arquitectura y planeación urbana de París se refiere. Durante la época conocida como el Segundo Imperio, el París que conocemos hoy en día realmente comenzó a delinearse, y todo esto se debió al Barón Georges Eugène Haussmann.
Pero el artífice detrás de esta enorme empresa urbanística fue el emperador Louis Napoleón, sobrino del primer Napoleón. Durante el siglo XIX, Louis intentó tomar el trono francés en dos ocasiones -en 1836 y 1840- fracasando en ambas. Después de sus intentos, Louis terminó preso pero logró escapar, refugiándose en Londres. Su oportunidad llegó finalmente en 1848, cuando Francia se encontraba en una nueva crisis política; fue entonces cuando volvió y logró ser elegido para el parlamento y más tarde la presidencia. Sin embargo, sus ambiciones no terminaron ahí. Su verdadero deseo era convertirse en emperador y poco después -en 1851- logró su cometido por medio de un golpe de estado, convirtiéndose en el emperador Napoleón III.
Arco del Triunfo.
Con su sueño realizado, lo único que necesitaba el nuevo emperador era una ciudad digna de su grandeza. La ciudad se encontraba en un estado deplorable cuando Louis tomó el poder, destacando el no contar con un sistema sanitario apropiado.
Inspirado por los años que pasó en Londres, el emperador soñaba con convertir su gran ciudad en una joya urbana ejemplar, con espacios verdes e imponentes mansiones. Fue con esto en mente que decidió enlistar la ayuda del Barón Haussmann y, a juzgar por los resultados, no pudo haber elegido alguien mejor.
A pesar del corto tiempo durante el cual fungió como planeador de la ciudad, Haussmann logró transformarla exitosamente. Su legado continúa vivo y hoy en día el estilo haussmanniano es visible en toda la ciudad, especialmente en los edificios de apartamentos con típicos patios interiores.
Para finales del siglo XIX y principios del XX, comienzan a surgir nuevos estilos, entre ellos, el llamado Art Deco. El surgimiento de este estilo coincidió con el fin de la Primera Guerra Mundial y el ambiente de optimismo que generó este acontecimiento. En esa época, París contaba siempre con visitantes importantes y famosos, y se consolidaba como la capital mundial de los movimientos culturales más importantes. El Art Deco buscaba ser un reflejo de este optimismo.
Hotel Napoleón
Hotel Napoleón.
Este hotel es un hermoso ejemplo de la arquitectura Art Deco, existe desde 1928, y en el origen de su historia se encuentra un episodio amoroso. Los protagonistas de esta anécdota fueron un adinerado hombre de negocios de origen ruso llamado Alexander Pavlovich Kliaguine y una joven francesa estudiante de arte. Después de conocerse en un salón literario en 1928, se enamoraron, y el señor Kliaguine decidió comprarle este hotel a su amada como regalo de bodas. El hotel todavía pertenece a la familia Kliaguine en la actualidad.
Desde sus inicios, el hotel se colocó en el centro de la vida parisina de la época de oro del Art Deco y el Modernismo. Debido al interés por la cultura de los dueños, muchos personajes del momento se hospedaron aquí. Entre los huéspedes más destacados se encuentran Audrey Hepburn, Steinbeck, Hemingway, Dalí, Errol Flynn, Jean Gabin y Orson Wells.
Respecto a la gran tradición que envuelve a este hotel, existe una anécdota curiosa: en un par de películas del legendario actor francés, Jean Gabin, es posible ver cómo el protagonista da instrucciones a un taxista para llevarlo "al Napoleón", sin tener que especificar la dirección.
El tema decorativo del hotel está inspirado en el periodo napoleónico, exhibiendo litografías originales del siglo XIX. Las habitaciones fueron redecoradas recientemente con un diseño más moderno pero apegado al estilo imperial que siempre lo ha caracterizado.
Uno de los más grandes atractivos del hotel es su excelente ubicación, a tan sólo unos metros del Arco del Triunfo. La mitad de las habitaciones tienen vista a la Avenue de Friedland. Algunas habitaciones cuentan con una imponente vista del Arco del Triunfo y la Torre Eiffel; las que se encuentran en el primer piso, tienen una terraza privada con vista a Campos Elíseos. Las habitaciones restantes tienen una vista del patio interior: uno de los elementos arquitectónicos más representativos de las mansiones tradicionales parisinas.
Hotel Marignan
Lobby Hotel Marignan.
El hotel Marignan se encuentra en otro edificio Art Deco en una de las zonas más populares de la ciudad. A unos pasos de la avenida Campos Elíseos en Rue Marignan, este lugar es una excelente opción para explorar la ciudad.
El edificio fue construido en el siglo XVIII, originalmente para convertirse en la residencia de los príncipes de Faucigny-Lussinge. Más adelante fue convertido en un hotel con el nombre de Elysée Palace. En 2003, el hotel fue comprado por la familia Richard.
La decoración del hotel fue hecha por el reconocido diseñador Olivier Gagnère, cuyo nombre está asociado a prestigiados edificios en Francia y el extranjero. Entre sus clientes se encuentran Bernardaud y Café Marly en Paris se caracteriza por ser una de las ciudades más polifacéticas en lo que a arquitectura se refiere. Como pocas otras ciudades en el mundo, esta ciudad es un museo de la historia de la arquitectura europea a gran escala, desde el medioevo hasta las construcciones más modernas y contemporáneas.
El trabajo de Gagnère transformó el aspecto interior de este edificio con fachada Art Deco. Sus diseños son de estilo contemporáneo, con tonos predominantes de ciruela, verde musgo y gris. Las figuras ovales dominan los muebles elegidos por este diseñador con la finalidad de crear un efecto suave y acogedor. Las lámparas y los candelabros son creaciones de vidrio soplado de Murano con diseños originales de Gagnère.
La Torre Eiffel, el Arco del Triunfo y el Trocadero se encuentran todos muy cerca del hotel. La Avenue Montaigne está a unos cuantos pasos, aquí es posible visitar las tiendas más importantes y reconocidas de la moda en el mundo. También es fácil caminar hasta el Museo de Louvre, la plaza de la Concorde y el Jardin des Tuileries. Otra de las atracciones cercanas al hotel es el Grand Palais, un museo parisino poco frecuentados por turistas que bien merece una visita. Muy cerca de aquí se encuentra otro secreto bien guardado de la ciudad: las grandes galerías de arte en Avenue Matignon y las famosas casa de subastas Sotheby?s y Christie?s, por cuyas manos han pasado importantes obras de grandes maestros como Rembrandt y Picasso.
Hotel Montalembert
Entrada del Hotel Montalembert.
Construido en 1926, este hotel se encuentra en el hermoso barrio parisino Saint Germain des Prés, uno de los centros culturales de la ciudad. El hotel está rodeado de tiendas exclusivas, galerías de arte, tiendas de antigüedades y cafés. Muy cerca del museo de Orsay y del Louvre, la ubicación de este hotel es uno de sus principales atractivos.
Reabierto en 1990 después de una completa renovación, este hotel fue uno de los primeros hoteles boutique de París.
El edificio tiene una fachada que evoca los detalles más estéticos de la arquitectura parisina:los balcones de hierro, los tejados y las ventanas.
El interior del hotel contrasta armoniosamente con la fachada. La decoración es de estilo contemporáneo, con colores suaves y luminosos. Sin embargo, los elementos clásicos también están presentes en la decoración en la forma de antigüedades Louis Philippe complementadas con diseños contemporáneos.
Cada habitación tiene iluminación diseñada por Eric Schmitt y la decoración gira alrededor de fotografías de Jean-Pierre Godeaut y grabados de Giuseppe Castiglioni. Todos los baños tienen pisos de mármol de Cascais y tonos cromados. La decoración de todas las habitaciones gira alrededor de tonos canela y tabaco. Las suites en el piso octavo tienen una hermosa vista de la Torre Eiffel.
Museo de Loure.