Los últimos records más importantes de ventas son por obras de pintores posteriores a la Segunda Guerra Mundial e incluso alguno todavía vivo. Claro que no llega ninguno de ellos a las exageraciones mencionadas en notas anteriores sobre los cuadros más caros del mundo, pero no cabe duda de que serán los Picasso y los Van Gogh del futuro próximo.
El viejo adagio, de que el artista debe estar muerto y enterrado para llegar al éxito, cada vez tiene menos sentido, del desconocimiento total al museo y de éste a la casa de remates en unos pocos decenios es ya un hecho común. Como constataremos más adelante al desvelar las cotizaciones logradas en las más recientes subastas de New York.
Los Nuevos Records en New York
En Sotheby's se vendió el 15 de mayo Centro blanco, rosa y lavanda sobre rosa, de Mark Rothko, que pertenecía a la colección de David Rockefeller, en nada menos que 72 millones de dólares, superando con creces los 40 estimados, y cuadruplicando su anterior récord de 2005. El récord fue doble porque también se trató de la mayor cifra pagada en una subasta pública, no de ventas privadas, por una obra de posguerra, es decir posterior a 1945.
Christie's, por su parte, había anunciado la puja prevista para el 16 de mayo como "la más valiosa venta de arte contemporáneo de la historia". Desde luego una obra de Warhol, de un lote de diez, Coche verde chocado (Coche ardiendo I) de 1963 alcanzó los 71 millones de dólares, superando con creces su anterior cotización.
White center (Yellow, Pink and Lavender on Rose) 1950.
También en Christie´s de New York, el cuadro de Francis Bacon Estudio para el papa Inocencio X de 1962, parte de una gran serie de por lo menos cincuenta piezas, inspirada en el famoso cuadro de Velázquez, consiguió 52 millones de dólares, estaba estimado en 30 millones. Parece ser que el cuadro pertenecía al productor italiano Carlo Ponti, quien al morir recientemente se lo heredó a su afamada esposa Sofía Loren, el chisme se menciona en el periódico británico The Daily Telegraph.
Otros precios notables conseguidos por artistas contemporáneos en esta misma subasta fueron: Alberto Giacometti, con L´homme qui chavire (1950) en 19 millones de dólares, Juan Gris con la pintura Maceta de geranios (1915) en otros 19 millones, y Joan Miró con la escultura Proyecto para monumento (1981) en casi 10 millones.
Francis Bacon, Estudio el Retrato del papa inocencio x 1953.
Desde Londres
Por su parte, en Europa, la subasta de Sotheby´s del pasado mayo en Londres recaudó más de 130 millones de dólares.
En esa ocasión el récord se lo llevó el pintor Chaim Soutine con la obra titulada El hombre con la bufanda roja vendida en más de 12 millones, casi el doble de lo esperado.
Otras obras que alcanzaron precios elevados fueron La feria de las cebollas de
Raoul Dufy, en casi ocho millones de dólares, otra pintura de Alfred Sisley casi llegó a los seis millones de dólares, una obra de Naum Gabo, Construcción lineal en el Espacio Número 3, en rojo obtuvo 2 millones y medio de dólares, y El marinero con guitarra de Jacques Lipchitz superó los 2 millones de dólares.
Andy Warhol, Coche verde chocado 1962-64
En Christie's de Londres el extraordinario artista catalán Joán Miró (1893-1983) alcanzó el precio más alto jamás visto por una de sus obras, más de 13 millones y medio de dólares, muy arriba de lo sospechado. El colorido cuadro Le coq (el gallo) de 1940 fue pintado en Francia, donde el artista se exiló tras la guerra civil en su natal España. Pero mucho más allá fue una obra de Claude Monet (1840-1926), El Puente de Waterloo, vendida en casi 37 millones de dólares, segundo cuadro más caro del pintor, padre del Impresionismo y conocido por sus caleidoscópicos paisajes.
Todo se compra y se vende y los artistas se han convertido en marcas como Gucci. Pero el mercado a lo que aspira es a perpetuar el arte de pedestal, no le interesa el cambio que se produce cuando los objetos se caen del pedestal y entran en el mismo espacio de acción del sujeto, cambiando ese equilibrio (?). Los objetos por su naturaleza se convierten en mercancías, pero ésa es una idea muy convencional y reaccionaria."
Decía recientemente el afamado escultor Richard Serra en entrevista con El País, tras la inauguración de su muestra en el MOMA de New York, que incluía un clon de la monumental pieza de 38 toneladas Equal-Parallel / Guernica-Bengasi, que desapareció misteriosamente del Museo Nacional Reina Sofía de Madrid hace un par de años.
De ferias, bienales y demás
Este año 2007 es muy especial porque excepcionalmente se han juntado en Europa cuatro de los eventos artísticos más importantes del mundo: la Anual Art Bassel de Basilea, la Bienal de Venecia, la Documenta de Kassel, que se celebra cada cinco años, y la Skultur Projekte de Münster, cada diez. La primera de estas ferias es cita obligada para los coleccionistas de todo el mundo, en Bassel se reúne arte y especulación, obra y mercado en un evento magno. Es un encuentro que tiene un sesgo más comercial que otros eventos internacionales, donde se arriesga más y se concede menos al arte convencional.
La Bienal de Venecia en cambio tiene una tradición de más de cien años e intenta recuperar la fuerza de antaño un poco debilitada últimamente por la organización un tanto anacrónica de los pabellones nacionales que de ningún modo nos dan cabal cuenta del arte que se hace a nivel global, se ha quedado anticuada aunque todavía nos depara grandes sorpresas. Hace 57 años, cuando se cumplía un siglo de la Bienal, David Alfaro Siqueiros obtuvo el Segundo Premio Internacional de Pintura, el primer lugar se lo quitó un anciano Matisse al final de su carrera. Precisamente sobre esto, Fernando Gamboa, a la sazón curador del pabellón mexicano, escribía en una carta: "Darle el premio a Siqueiros hubiera representado para París la pérdida del control artístico que lucha por sostener a todo trance, y que de hecho ya estaba perdido sin remedio, el centro del universo artístico cruzaba irremediablemente el océano para asentarse en New York."
Joán Miró, Le Coq 1940
La Documenta, con sesenta años a cuestas, es tal vez la más vanguardista y conceptual, despreocupada del mercado del arte se lanza con las propuestas más atrevidas y alternativas, tratando de cuestionar tanto al creador como al espectador sobre la verdadera naturaleza del arte actual, provocando una gran diversidad de experiencias estéticas.
La Skulptur Projekte inició en 1977 con apenas 12 escultores y ha ido creciendo cada decenio, ofreciendo proyectos escultóricos que sobrepasan la pura propuesta formal incorporando asuntos políticos y sociológicos.
Además de todos estos eventos debemos mencionar la última exposición del Enfant Terrible de las artes en la pérfida Albión. En Londres, Damian Hirst (uno de lo artistas vivos más cotizados en el mundo y sólo tiene 41 años), presentó, entre otras muchas obras típicas de él, animales seccionados o suspendidos en formol, una calavera auténtica recamada de diamantes. El cráneo, que nos recuerda un tanto al arte huichol y se titula Por el amor de Dios, está recubierta de platino y tiene más de ocho mil diamantes perfectamente cortados incrustados.
Siempre he pensado que el arte es el mapa de la vida de una persona. Supongo que desde que soy padre pienso sobre el final incluso más que antes, aseguraba el controvertido y multimillonario artista. El costo de producción fue de casi treinta millones de dólares, su precio de venta al público supera los cien millones. He aquí un juego de cifras que merece cierta reflexión.
Claude Monet, Puente de Waterloo 1904.
Para cerrar, una nota aún más curiosa, los empleados de los servicios de limpieza de la ciudad de Kassel destruyeron sin darse cuenta una obra de arte de la Documenta. La instalación de la artista chilena Lotty Rosenfeld titulada Una milla de cruces sobre el pavimento fue retirada al confundirla con vulgar basura. Se trataba de cintas adhesivas blancas pegadas perpendicularmente a la línea discontinua de una calle lo que lograba una efectiva perspectiva de cruces.