Lombardía invita a descubrir el pasado de uno de los lugares más ricos en tradición de toda Europa.
Conocida como el epicentro de la moda internacional, en donde calles como la Via Manzoni y Napoleón, con una sucesión de escaparates de reconocidas firmas del haute culture como Versace, Dolce & Gabbana, Gucci y Armani, entre otras, atraen visitantes de todos los rincones del mundo; también se distingue como un eje financiero y comercial de gran relevancia. Sin embargo y aun cuando estos importantes referentes hacen de Milán una ciudad cosmopolita, su importancia va más allá de las compras y los negocios, pues conserva una atmósfera de cultura, arte e historia las cuales son inherentes al origen mismo de esta vivaz metrópoli.
Medir este conjunto representativo con referencias puntuales no es objeto fácil, sobre todo cuando pensar en Milán es sinónimo de una capital universal a la que se añaden actividades de tipo pictórico, musical, teatral, cinematográfico y escultórico. Prueba de su preponderancia fue Expo Milán 2015, evento que, el tema Alimentar el planeta, energía para la vida, dejó una huella positiva en materia alimentaria. Del 1 de mayo al 31 de octubre pasado, Milán se convirtió en un escaparate mundial donde más de 140 países participantes mostraron lo mejor de su tecnología en pro de propuestas para solucionar el problema de falta de alimento en el mundo. Este evento internacional, organizado y decidido el 31 de marzo de 2008 durante la 143ª Asamblea General de la Oficina Internacional de Exposiciones, celebrada en el Palacio de Congresos de París, Francia, refleja la relevancia de la ciudad italiana; sin embargo, es tan solo una pequeña parte de lo que este ícono europeo puede ofrecer al mundo.
Símbolos de la cultura milanesa
Tras estos últimos y cruciales acontecimientos ocurridos, es imposible no destacar, además, la existencia de un gran número de monumentos y lugares que permiten redescubrir la época renacentista en Milán. Ejemplo de ello son la iglesia de Santa Maria delle Grazie, histórica construcción situada en la plaza del mismo nombre y el corazón de Milán, declarada Patrimonio Mundial de la Unesco, y Corso Magenta, la avenida más típica de la ciudad, en donde la modernidad convive de la mano con la historia.
El reducto religioso delle Grazie cuya construcción llevó 27 años (1463-1490), fue erigido por precepto del duque de Milán, Francisco Sforza, cuyo hijo, Ludovico Maria Sforza, il Moro, un personaje clave para el desarrollo cultural de la ciudad. Tuvo bajo sus órdenes a Leonardo da Vinci durante 20 años, durante los cuales pintó obras maestras como
La Última Cena, joya artística pintada entre 1494 y 1498, y una de las obras más célebres del mundo, la cual se conserva en el refectorio del convento dominico. Durante el reinado de la dinastía Sforza (la cual llegó al poder en 1447, al extinguirse la línea masculina de los Visconti), florecieron las artes y Milán se llenó de hermosos murales, iglesias extraordinarias y otras bellezas arquitectónicas.
Por su parte, los Visconti, cuyo poder alcanzó su auge alrededor de 1395, encargaron la construcción de joyas arquitectónicas como la Catedral de Milán, cuyo levantamiento inició en 1386 y concluyó en 1805. Ubicada en la Piazza del Duomo, por lo que también es conocida con ese nombre, con 157 metros de longitud y espacio para 40,000 personas en su interior es una de las catedrales católicas más grandes del mundo. A unos pasos se encuentra el Museo del Duomo, junto con el cual, esta imponente catedral es espejo identitario de la gran Milán.
El Castello Sforzesco, uno de los monumentos más emblemáticos del casco antiguo de Milán, hoy es un museo que cuenta en sí mismo, la historia de las familias Visconti y Sforza, que reinaron entre los siglos XIII y XVI, distinguiéndose como destacados mecenas de literatos y artistas de la talla de Francesco Petrarca, Da Vinci y Bramante, entre otros.
Actualmente, esta fortaleza construida en el siglo XIV, resguarda importantes obras de Miguel Ángel, además de contar con la Pinacoteca de Brera, una de las galerías de imágenes más destacadas del mundo, pues alberga trabajos de pintores y escultores como Rafael, Tiziano, Rubens, Rembrandt, Canaletro, Mantegna, Piero della Francesca, entre otros.
En el castillo también se encuentra el Museo d’Arte Antica, donde se pueden apreciar frescos de la familia Sforza y esculturas del Medievo y el Renacimiento; una pieza distintiva del alcázar es la Piedad Rondanini, última escultura –inconclusa– de Miguel Ángel.
Otros museos en el castillo son el de Historia y Protohistoria con exhibición de objetos que muestran las principales culturas que se sucedieron en Lombardía, desde el Neolítico hasta el periodo de la romanización; el Museo de Artes Decorativas con la presentación del trabajo de maestros en tallado, ceramistas, escultores, tapiceros y tejedores de los siglos XI al XVIII; el Museo de Instrumentos Musicales, que atesora curiosos instrumentos procedentes de diferentes partes del mundo, y el Museo del Mueble, donde piezas creadas entre los siglos XV y XX nos muestran la evolución de objetos decorativos y de uso diario.
Por su parte, el Teatro alla Scala de Milán o simplemente La Scala, es un recinto que no sólo alberga a los mejores espectáculos europeos, sino que en la actualidad, ha cobrado gran importancia para la ciudad debido a su gran colección de pinturas, bustos, trajes y diferentes elementos relacionados con el mundo de la ópera. En La Scala se presentaron los estrenos de óperas como Otello y Nabucco de Verdi, y Madame Butterfly de Giacomo Puccini. Este diciembre La Scala se viste de gala al presentar Giovanna d’Arco, ópera estrenada el 15 de febrero 1845 y que en esta ocasión correrá bajo la batuta del reconocido director de orquesta Riccardo Chailly.
Para disfrutar Milán
Hoy recorrer Milán es disfrutar de su arquitectura y tradición, las cuales se mezclan con una acelerada vida empresarial y comercial, revestidas a la última moda; sin embargo no se pueden pasar por alto sus exposiciones de talla internacional, como Una hermosa confluencia: Anni y Josef Albers y el Mundo de América Latina, en Museo delle Culture (MUDEC), en donde la obra de dos grandes artistas del siglo XX, se compone de una curaduría de objetos precolombinos que fueron coleccionando mientras vivían en Estados Unidos.
Entre 1934 y 1967, Anni y Josef Albers hicieron 14 viajes en los que visitaron países como Cuba, México, Perú y Chile, durante los cuales consolidaron la fuerte conexión que ya sentían con los artesanos anónimos que vivieron en estas regiones siglos atrás. Esta exposición permanecerá hasta el 21 de febrero de 2016.
También en el MUDEC, se presentará Gauguin, Cuentos del Paraíso, una colaboración ítalo-danesa vigente hasta febrero de 2016. Organizada por 24 ORE Cultura – Gruppo 24 Ore y con curaduría de Ny Carlsberg Glyptotek, Copenhagen, Gauguin; esta exposición, es una muestra de cerca de 70 obras provenientes de museos y colecciones privadas de todo el mundo, la cual ofrece un panorama completo que documenta los lugares visitados por el reconocido pintor postimpresionista, Paul Gauguin (1848-1903).
Desde el 2 de septiembre y hasta el 10 de enero de 2016, el Palazzo Reale de Milán, que durante muchos siglos fuera sede del gobierno y residencia de los regentes de la ciudad; actualmente convertido en un importante centro cultural, sede de muestras y exposiciones, abriga una muestra que ha sido definida por los expertos como “una exposición histórica e irrepetible”, por la extraordinaria calidad de las catorce pinturas seleccionadas. Se trata de Giotto, l’Italia, exposición sigue los pasos del pintor y arquitecto italiano Giotto di Bondone (1266-1337), de Asís a Milán.
En el mismo Palazzo Reale se encuentra Da Raffaello a Schiele.
Capolavori dal Museo di Belle Arti di Budapest, una exposición que recoge trabajos pertenecientes a la colección del Museo de Bellas Artes de Budapest. La muestra se incluye 76 pinturas que van del Renacimiento hasta el siglo XX, todas las obras maestras del arte europeo. Este exhibición estará vigente hasta el 7 de febrero de 2016.
Texto:Yajaira Soria