Te parece oneroso lo que estás pagando por tu crédito hipotecario y quieres mejores condiciones? ¿Quieres comprar un lote y construir pero no cuentas con dinero suficiente? ¿Sobrepasaste tu nivel de endeudamiento de tarjeta de crédito y las tasas de casi 40 por ciento ahogan tu flujo de efectivo mensual?
¡No te preocupes! La división hipotecaria de los bancos, diversas Sofoles y Sofomes ofrecen, además de los tradicionales créditos hipotecarios para comprar una vivienda nueva o usada, cuatro opciones de financiamiento que pueden mejorar tu posición financiera personal. Todo, con el respaldo de tu propiedad inmobiliaria.
Pago de pasivos
Si ya cuentas con un crédito hipotecario, pero te has dado cuenta de que no tomaste la mejor decisión porque resultó ser financieramente más caro de lo que parecía, puedes solicitar en el banco de tu preferencia un crédito para pago de pasivos. El respaldo o garantía del crédito es la propiedad, como sucede en cualquier crédito hipotecario inicial.
El crédito destinado al pago de pasivos permite mejorar las condiciones (en términos de costo y plazo) de un crédito hipotecario tomado con anticipación gracias a la liquidación de pasivos contraídos con otra institución o instituciones en la adquisición o construcción de vivienda en terreno propio.
El acreditado tiene la opción de cambiar de intermediario financiero cuando no esté satisfecho con el servicio, con el factor de pago o con cualquier otra condición con la que no esté conforme.
El monto a financiar en este tipo de crédito va de 80 a 90 por ciento del valor de la vivienda para créditos en unidades de inversión o de 80 a 100 por ciento en el caso de créditos denominados en pesos. El monto del crédito nuevo será equivalente al remanente de la deuda original del que, por supuesto, se debe estar al corriente en los pagos.
Al igual que en los créditos para adquisición de vivienda, el pago mensual de cualquier otro tipo de crédito de la banca hipotecaria (construcción, liquidez, remodelación, pago de pasivos y compra de terreno residencial) no puede rebasar en 30 por ciento el ingreso mensual bruto del acreditado, aunque algunos aceptan que el porcentaje sea de hasta 40 por ciento. Los plazos para pagar van de 5 a 20 años.
Es importante anotar que al contratar un crédito de pago de pasivos tienes acceso a todos los beneficios que ofrecen los bancos en sus créditos directos para compra de vivienda. Por ejemplo, si eres un cliente cumplido puedes entrar a un programa de reducción de tasas de interés o te puedes ahorrar el pago de una mensualidad al año en el pago de tu crédito.
Liquidez
Al contrario de lo que mucha gente piensa, tu casa es un activo líquido. ¡Sácale ventaja! Sobre todo ahora que la oferta de créditos hipotecarios se ha incrementado y el mercado registra un comportamiento altamente dinámico.
Si por algunas circunstancias de la vida resulta que llevaste una colección de tarjetas de crédito a tope y ahora ya no te alcanza ni para realizar el pago mínimo y te urge liquidar tus deudas para "disponer de efectivo" y cubrir tus gastos cotidianos, como pagar la mensualidad de tu auto o la colegiatura de la escuela de tus hijos, tu casa puede ser tu mejor aliada.
Algunos bancos ofrecen créditos de liquidez (con la garantía de tu propiedad inmobiliaria) en condiciones mucho más benignas de lo que puede ser una tarjeta de crédito. No es lo mismo pagar una tasa de interés anual de 12 a 15 por ciento que una de 40 por ciento, aun mejor, a pagos fijos por plazos que van de 5 a 10 años, condiciones que pueden mejorar sensiblemente tu disponibilidad de dinero hoy y emprender otros proyectos personales.
Cierto que también existen en los mercados los créditos personales y de nómina, pero no se comparan en nada con las condiciones de costo y plazo que puedes lograr con un crédito de liquidez con garantía hipotecaria. Además, este tipo de crédito puedes utilizarlo para cualquier destino: pagar deudas, dar el enganche de otra propiedad, cubrir gastos médicos mayores, etcétera. Claro, sólo recuerda que es indispensable el cumplimiento de tus pagos, lo que te exigirá una mejor planeación de tus finanzas personales, pues está en juego el destino del patrimonio familiar más importante: la casa.
Para tomar en cuenta: si aún estás pagando tu casa, también puedes solicitar un crédito hipotecario de liquidez, siempre y cuando el saldo de tu crédito hipotecario sea menor a 70 por ciento del valor de la propiedad. En esas condiciones puedes solicitar un crédito por la diferencia hasta este porcentaje a través de un crédito de liquidez con garantía hipotecaria.
En esta modalidad de crédito hipotecario la tasa de interés causa IVA, como sucede por ejemplo con el de tarjeta de crédito, y no pueden deducirse del pago de impuestos los intereses reales pagados, como sí sucede con el resto de los créditos hipotecarios.
Remodelación
Si necesitas capital para remodelar tu casa, ya sea para mejorar las instalaciones o ampliación, también puedes acudir a una institución bancaria y solicitar un crédito para remodelación.
El requisito es que debes ser dueño de la propiedad. No puedes solicitarlo si aún estás pagando el crédito hipotecario con el que obtuviste la vivienda, porque el inmueble a remodelar actúa como garantía del préstamo.
En casa-habitación es importante darle mantenimiento a las instalaciones eléctricas y a los acabados para mantener o extender la vida útil de la vivienda. Darle constante mantenimiento a tu casa facilitará e incrementará las posibilidades de obtener liquidez por esta vía.
El crédito solicitado para remodelar sólo puede ser utilizado para este destino. Los bancos pueden darte el financiamiento en más de dos exhibiciones y condicionar el avance de obra para liberarte los montos restantes hasta completar el monto de crédito que te va a otorgar.
La casa a remodelar debe tener una antigüedad máxima de 30 a 40 años y con remodelación una vida útil remanente de 25 años.
Construcción
Algunos bancos aplican las mismas condiciones en el caso de la remodelación al financiamiento destinado a la construcción. Respecto del monto de crédito a financiar, éste es menor de lo que darían al solicitar un crédito hipotecario tradicional para adquirir una casa.
Terreno residencial
A veces tenemos la idea de adquirir un terreno urbanizado con fines de inversión o con el objetivo de construir la casa que soñamos en un futuro cercano. Los bancos también otorgan créditos para comprar terreno. Si eliges una zona de alta plusvalía la utilidad que puedes lograr a futuro será muy alta.
Por otra parte, cabe señalar que el plazo de los créditos hipotecarios, hasta 30 años, hace muy probable que se modifiquen las condiciones financieras (a nivel de comportamiento de las tasas de interés y del ingreso personal del contratante) en el tiempo, por lo que es importante estar atentos a identificar oportunidades que permitan reducir la carga financiera que genera.
También, dejemos de percibir las propiedades inmobiliarias como activos poco líquidos. Tu casa puede ser la mejor aliada a la hora de enfrentar imprevistos financieros o tu mejor fuente de financiamiento si necesitas capital para emprender un negocio.
Los otros créditos hipotecarios
Tradicionalmente cuando hablamos de crédito hipotecario, de inmediato consideramos la adquisición de un inmueble, ya sea una casa o un departamento. Sin embargo, la oferta hipotecaria va mucho más allá de la adquisición, hay un abanico amplio de posibilidades.
Te parece oneroso lo que estás pagando por tu crédito hipotecario y quieres mejores condiciones? ¿Quieres comprar un lote y construir pero no cuentas con dinero suficiente? ¿Sobrepasaste tu nivel de endeudamiento de tarjeta de crédito y las tasas de casi 40 por ciento ahogan tu flujo de efectivo mensual?
¡No te preocupes! La división hipotecaria de los bancos, diversas Sofoles y Sofomes ofrecen, además de los tradicionales créditos hipotecarios para comprar una vivienda nueva o usada, cuatro opciones de financiamiento que pueden mejorar tu posición financiera personal. Todo, con el respaldo de tu propiedad inmobiliaria.
Pago de pasivos
Si ya cuentas con un crédito hipotecario, pero te has dado cuenta de que no tomaste la mejor decisión porque resultó ser financieramente más caro de lo que parecía, puedes solicitar en el banco de tu preferencia un crédito para pago de pasivos. El respaldo o garantía del crédito es la propiedad, como sucede en cualquier crédito hipotecario inicial.
El crédito destinado al pago de pasivos permite mejorar las condiciones (en términos de costo y plazo) de un crédito hipotecario tomado con anticipación gracias a la liquidación de pasivos contraídos con otra institución o instituciones en la adquisición o construcción de vivienda en terreno propio.
El acreditado tiene la opción de cambiar de intermediario financiero cuando no esté satisfecho con el servicio, con el factor de pago o con cualquier otra condición con la que no esté conforme.
El monto a financiar en este tipo de crédito va de 80 a 90 por ciento del valor de la vivienda para créditos en unidades de inversión o de 80 a 100 por ciento en el caso de créditos denominados en pesos. El monto del crédito nuevo será equivalente al remanente de la deuda original del que, por supuesto, se debe estar al corriente en los pagos.
Al igual que en los créditos para adquisición de vivienda, el pago mensual de cualquier otro tipo de crédito de la banca hipotecaria (construcción, liquidez, remodelación, pago de pasivos y compra de terreno residencial) no puede rebasar en 30 por ciento el ingreso mensual bruto del acreditado, aunque algunos aceptan que el porcentaje sea de hasta 40 por ciento. Los plazos para pagar van de 5 a 20 años.
Es importante anotar que al contratar un crédito de pago de pasivos tienes acceso a todos los beneficios que ofrecen los bancos en sus créditos directos para compra de vivienda. Por ejemplo, si eres un cliente cumplido puedes entrar a un programa de reducción de tasas de interés o te puedes ahorrar el pago de una mensualidad al año en el pago de tu crédito.
Liquidez
Al contrario de lo que mucha gente piensa, tu casa es un activo líquido. ¡Sácale ventaja! Sobre todo ahora que la oferta de créditos hipotecarios se ha incrementado y el mercado registra un comportamiento altamente dinámico.
Si por algunas circunstancias de la vida resulta que llevaste una colección de tarjetas de crédito a tope y ahora ya no te alcanza ni para realizar el pago mínimo y te urge liquidar tus deudas para "disponer de efectivo" y cubrir tus gastos cotidianos, como pagar la mensualidad de tu auto o la colegiatura de la escuela de tus hijos, tu casa puede ser tu mejor aliada.
Algunos bancos ofrecen créditos de liquidez (con la garantía de tu propiedad inmobiliaria) en condiciones mucho más benignas de lo que puede ser una tarjeta de crédito. No es lo mismo pagar una tasa de interés anual de 12 a 15 por ciento que una de 40 por ciento, aun mejor, a pagos fijos por plazos que van de 5 a 10 años, condiciones que pueden mejorar sensiblemente tu disponibilidad de dinero hoy y emprender otros proyectos personales.
Cierto que también existen en los mercados los créditos personales y de nómina, pero no se comparan en nada con las condiciones de costo y plazo que puedes lograr con un crédito de liquidez con garantía hipotecaria. Además, este tipo de crédito puedes utilizarlo para cualquier destino: pagar deudas, dar el enganche de otra propiedad, cubrir gastos médicos mayores, etcétera. Claro, sólo recuerda que es indispensable el cumplimiento de tus pagos, lo que te exigirá una mejor planeación de tus finanzas personales, pues está en juego el destino del patrimonio familiar más importante: la casa.
Para tomar en cuenta: si aún estás pagando tu casa, también puedes solicitar un crédito hipotecario de liquidez, siempre y cuando el saldo de tu crédito hipotecario sea menor a 70 por ciento del valor de la propiedad. En esas condiciones puedes solicitar un crédito por la diferencia hasta este porcentaje a través de un crédito de liquidez con garantía hipotecaria.
En esta modalidad de crédito hipotecario la tasa de interés causa IVA, como sucede por ejemplo con el de tarjeta de crédito, y no pueden deducirse del pago de impuestos los intereses reales pagados, como sí sucede con el resto de los créditos hipotecarios.
Remodelación
Si necesitas capital para remodelar tu casa, ya sea para mejorar las instalaciones o ampliación, también puedes acudir a una institución bancaria y solicitar un crédito para remodelación.
El requisito es que debes ser dueño de la propiedad. No puedes solicitarlo si aún estás pagando el crédito hipotecario con el que obtuviste la vivienda, porque el inmueble a remodelar actúa como garantía del préstamo.
En casa-habitación es importante darle mantenimiento a las instalaciones eléctricas y a los acabados para mantener o extender la vida útil de la vivienda. Darle constante mantenimiento a tu casa facilitará e incrementará las posibilidades de obtener liquidez por esta vía.
El crédito solicitado para remodelar sólo puede ser utilizado para este destino. Los bancos pueden darte el financiamiento en más de dos exhibiciones y condicionar el avance de obra para liberarte los montos restantes hasta completar el monto de crédito que te va a otorgar.
La casa a remodelar debe tener una antigüedad máxima de 30 a 40 años y con remodelación una vida útil remanente de 25 años.
Construcción
Algunos bancos aplican las mismas condiciones en el caso de la remodelación al financiamiento destinado a la construcción. Respecto del monto de crédito a financiar, éste es menor de lo que darían al solicitar un crédito hipotecario tradicional para adquirir una casa.
Terreno residencial
A veces tenemos la idea de adquirir un terreno urbanizado con fines de inversión o con el objetivo de construir la casa que soñamos en un futuro cercano. Los bancos también otorgan créditos para comprar terreno. Si eliges una zona de alta plusvalía la utilidad que puedes lograr a futuro será muy alta.
Por otra parte, cabe señalar que el plazo de los créditos hipotecarios, hasta 30 años, hace muy probable que se modifiquen las condiciones financieras (a nivel de comportamiento de las tasas de interés y del ingreso personal del contratante) en el tiempo, por lo que es importante estar atentos a identificar oportunidades que permitan reducir la carga financiera que genera.
También, dejemos de percibir las propiedades inmobiliarias como activos poco líquidos. Tu casa puede ser la mejor aliada a la hora de enfrentar imprevistos financieros o tu mejor fuente de financiamiento si necesitas capital para emprender un negocio.