Es identificado como uno de los grandes decanos del crédito hipotecario en México, toda vez que ha contribuido para que miles de familias hayan podido adquirir una casa o un departamento y, de esa manera, forjar un patrimonio. Asimismo, ha contribuido para que se construyan cientos de casas, haciendo honor a su título de ‘Forjador del mercado hipotecario mexicano e impulsor de la vivienda’.
Cuando se le pregunta por él a colegas del medio financiero especializado en crédito hipotecario y a aquellos que en diversas épocas han laborado a su lado, todos expresan su respeto y admiración por su persona y trayectoria profesional.
Los reconocimientos profesionales pasan por su expertise financiero, por haber sido un arrojado emprendedor, un empresario visionario y un ahora gran banquero.
Entre algunos de sus logros, podemos mencionar la visión que tuvo al ser uno de los tres Fundadores de Hipotecaria Nacional, la Sociedad Financiera de Objeto Limitado (Sofol) especializada en crédito hipotecario y crédito puente, que surge en el momento en que la banca se retira de ese mercado luego de la crisis de 1994-1995, y a la postre se convierte en la número uno del mercado. Años más tarde encabezó la fundación del Banco Inmobiliario Mexicano (BIM).
Por todo ello, Real Estate Market & Lifestyle, a través de estas páginas, le hace un homenaje muy respetuoso a su persona y trayectoria, la cual sin duda es un gran ejemplo de superación, esfuerzo, perseverancia, visión, talento y profesionalismo.
El origen de un gran hombre
En la localidad de Guadalupe Victoria, en Durango, nació don Víctor Manuel Requejo Hernández en 1937. En aquel entonces, su madre era costurera y su padre buscaba la forma de emplearse para solventar la economía de la familia.
Su origen humilde no lo limitó, al contrario, fue la sólida raíz que lo impulsó a ser, desde pequeño, muy trabajador y emprendedor hasta convertirse en un profesional exitoso del sector financiero y reconocido hombre de negocios. Eso sí, sin perder nunca la sencillez y lo respetuoso que le caracteriza.
Para el pequeño nunca fue una limitante andar descalzo. Así pasó diez años de su niñez, sin zapatos, ya que los clavos de la suela de su calzado, en repetidas ocasiones, se le incrustaban en sus inquietos pies.
Nunca ha negado el origen de su familia de pocos recursos y recuerda que vivían en un cuarto redondo, donde no contaban con agua, drenaje ni energía eléctrica.
Para quien fue el también fundador de Hipotecaria Nacional, los negocios le son naturales. No vio en la pobreza impedimento para salir adelante. Su pueblo lo vio vender pan y también refrescos en los estadios; tocó de puerta en puerta de las casas para vender ropa y se convirtió en abonero (persona que cada semana cobraba el pago semanal de las ventas de diversos productos).
Recuerda su primer trabajo, que fue a los siete años, en una panadería frente a su casa que le abrió las puertas; asistía desde las 7 de la mañana y hasta las 5 de la tarde; desde entonces surgió en el niño Víctor Manuel una habilidad: la de saber sumar bien.
Vivió en Durango apenas siete años porque la familia se trasladó a Torreón, Coahuila en donde vivió hasta los diecisiete.
Requejo recuerda como una de sus mejores ejemplos y enseñanzas el que su madre confeccionaba vestidos que vendía en 50 centavos y que con el tiempo subió a un peso. “Un peso apenas nos alcanzaba para comer”. A los 73 años su madre tomó un curso para hacer muñecos de peluche. “Es un ejemplo que siempre ha sido muy revelador y por eso siempre he trabajado”, afirma.
Inicios de una carrera ejemplar
Posteriormente, estudió la licenciatura de Derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). “Soy generación 55-59 pero me recibí en 1974. Pasé un tiempo sin ir a la escuela porque tenía que trabajar para mantenerme y ayudar a mis padres. Nunca pude estudiar y trabajar, porque si estudiaba, estudiaba todo el día y si trabaja, trabajaba todo el día”.
Laboró en un despacho de abogados algún tiempo y posteriormente se incorporó al Banco del Ejército (Banjército). En este último “estuve del 62 al 64. Con la salida de Adolfo López Mateos hubo un cambio en la dirección general y el nuevo director trajo a su gente; es lo que se acostumbra en el gobierno. Es una buena manera de desperdiciar experiencia –comenta irónico–. Cuando uno está aprendiendo, lo quitan. A mí me dio mucho coraje, dije que no volvería a trabajar en gobierno y me fui a la Iniciativa Privada”.
Tiempo después, se desempeñó en Bancomer como gerente de oficina y luego incursionó en el Banco del Atlántico, que fue donde le tocó vivir la nacionalización de la banca el 1 de septiembre de 1982, bajo la controversial gestión de José López Portillo.
Nunca se dio por vencido, al contario, convirtió la adversidad en oportunidades. “Cuando tenía 56 años renuncié y empecé a buscar empleo. Nadie me quería contratar porque ya era viejo. Busqué en todos los bancos, en casas de bolsa, por todos lados, quería seguir en el área financiera y un día dije: «¿Por qué les ando viendo la cara a estos mensos? Si nadie me quiere ocupar entonces voy a hacer mi empresa», y fue cuando fundó, con tres socios, Hipotecaria Nacional.
Hipotecaria Nacional, que fue un gran éxito profesional y dejó huella en el mercado hipotecario del país; muchos años después fue vendida a Bancomer por 375 millones de dólares.
Aunque su esposa le insistió permanecer en casa posterior a la venta de Hipotecaria Nacional en 2004-2005, el empresario mexicano –ahora de 84 años– no dudó en ese momento en iniciar una nueva aventura empresarial. Su encomienda y visión siguió y sigue siendo otorgar créditos para que los mexicanos construyan su casa.
Seguir emprendiendo
El incansable Requejo, en 2009, creó la Sofom (Sociedad Financiera de Objeto Múltiple) Hipotecaria Apoyo Integral Inmobiliario; un par de años después (2011) adquirieron a Hipotecaria Casa Mexicana, fortaleciendo su presencia nuevamente en el mercado hipotecario e inmobiliario.
Posteriormente, el 1 de octubre de 2013, la fusión de esas dos Sofomes fue certificada como banco por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) dando paso a la creación de la primera institución de banca múltiple especializada del sector inmobiliario mexicano: Banco Inmobiliario Mexicano (BIM). Desde ese año, BIM es un pilar en el sector de la vivienda.
A pesar de toda su trayectoria y logros, Víctor Manuel Requejo sigue teniendo presente su niñez. Aún disfruta caminar descalzo cuando tiene oportunidad de hacerlo para mantener los pies bien puestos sobre la tierra. Por eso hacemos referencia a una frase que le escuchamos un par de veces en las diversas entrevistas que hemos tenido la oportunidad de tener con él a lo largo de los años: “Los hijos se crían mejor con un poco de hambre, un poco de frío, algo de escasez y mucho amor. Siempre hay que luchar por todo, la vida es lucha y siempre gana el que está mejor preparado”.
Retos al inicio de BIM
No fue sencillo dar el gran brinco de una Sofol a una institución de crédito, lo que sucedió el 1 de octubre de 2013. “No fue fácil, teníamos que demostrar a la autoridad que estábamos organizados para poder dar un buen servicio y que los intereses del público iban a estar garantizados. Debíamos tener un capital de más de 500 millones de pesos. Los socios pusieron esfuerzo y dinero, no sé cómo en lugar de poner el dinero no me corrieron, en fin, yo también aporté; el dinero que había ganado en la venta de Hipotecaria Nacional lo metí aquí”, y así se fundó Banco Inmobiliario Mexicano.
Reconoce que el negocio bancario es de mediano y largo plazo, y no es un negocio que ofrezca ganancias al final del año. Sin embargo, afirma don Víctor Manuel Requejo, hay que ver las cosas positivas y no hacerlas con miedo.
Como parte de su visión empresarial, considera que el que hace una empresa tiene una responsabilidad con la gente a la que invita. Tiene que sacarla adelante, al igual que a sus colaboradores. No puedo decir «voy a bajar los brazos», hay que seguir luchando.
Sobre los cambios que se observan en el país, jamás puso en duda su continuidad, nunca dijo «si llega fulano me voy del país y me llevo mi dinero». Opina que quien lo hace es como si escupiera para arriba y les quita el futuro a sus hijos, les quita su país. Y se cuestiona sobre esas personas: “¿A dónde van? ¿Al país del norte para que los discriminen? Yo aquí me quedo, en donde me conocen”.
Hablando de futuro, sobre los nuevos retos en el sector vivienda, don Víctor Manuel afirma que se debe mirar al sector informal, es decir, a los que no son derechohabientes del Infonavit o Fovissste. Está seguro que esa es una gran asignatura pendiente: necesitamos darle vivienda a la gente de la economía informal. “Se les regatean los créditos y ser miembro de la economía informal no significa no tener ingresos. Hay mucha gente con capacidad de pago; ahora, también hay gente de la economía formal que no tiene seguridad social y no está cobijada por las entidades”.
El futuro como oportunidad
Un hombre admirable como Don Víctor Manuel Requejo, también tiene una lista importante de grandes personalidades a quien admira, como Lázaro Cárdenas, Daniel Cosío Villegas, Octavio Paz, Frida Kahlo, Diego Rivera y Benito Juárez. De éste, afirma: “Admiro su tozudez, el no desmayar jamás, el correr tantos riesgos como corrió lo que permitió que conserváramos el país frente a la invasión extranjera”.
Incansable e inquieto, estudió la maestría de Historia de México en la Universidad Iberoamericana. “Era el más viejo de la Ibero. Un día un maestro presumió que era de los más grandes, tenía 72 años. Le dije: le llevó casi diez años, así que no me ande presumiendo. Mucha gente que no me conocía me decía maestro, es obvio, aun cuando andaba de jeans y con mochila. También me causó sorpresa que los alumnos tutean al profesor, yo no puedo y he tenido maestros que me lo han pedido, pero no puedo, estoy educado de cierta manera con el respeto al docente y a la autoridad. Ahora es diferente, las nuevas generaciones son menos ceremoniosas y eso está bien. Por lo pronto, presentaré el examen para recibirme de Maestro en Historia el 4 de octubre, y confío en salir bien”.
Don Víctor Manuel Requejo Hernández es un gran ejemplo y un gran ser humano al que le debemos aprovechar y aprenderle mucho.
Frases para recordar
Estudia siempre. Requejo aconseja estudiar siempre y prepararse para los retos. “Hay que estudiar de forma constante y aprender de contabilidad, leyes y administración, pero también de las personas”, explica.
Trabaja mucho. El empresario confiesa que para hacer crecer tu propia empresa debes destinarle más tiempo que un empleado normal. 12 horas diarias de trabajo son necesarias y, sobre todo, cuando uno es dueño de la empresa. “Hay que orientar a la gente y enfrentar los problemas”.
Enfócate. Víctor Manuel aconseja no ser disperso. “Para los emprendedores que hagan una empresa, apriétense el cinturón y no caigan en desánimo, hagan una sola cosa, pero bien”.
No es tan saludable trabajar en el gobierno. “Es una buena manera de desperdiciar experiencia. Cuando uno está aprendiendo, lo quitan. A mí me dio mucho coraje, dije que no volvía a trabajar en gobierno y por eso me fui a la Iniciativa Privada”.
Ante el impago de sus clientes durante la pandemia. “Tenemos fe en nosotros, en nuestra organización, por supuesto en nuestros compañeros de trabajo, en los clientes y en el país. Estamos preparados para afrontar el reto”.
Sobre los hijos y las empresas. “Los hijos se crían mejor con un poco de hambre, un poco de frío, algo de escasez y mucho amor. Siempre hay que luchar por todo, la vida es lucha y siempre gana el que está mejor preparado”.
El empresario responsable. “Necesitamos defender nuestras empresas y a nosotros mismos; ver dónde están las oportunidades para hacer negocios y convencer al actual gobierno de que queremos trabajar, invertir en nuestro país y crear las fuentes de trabajo que México necesita”.
Texto:Mario Vázquez
Foto: Banco Inmobiliario Mexicano (BIM). / IMAGEN PROPORCIONADA POR VÍCTOR MANUEL REQUEJO / RT / unam / revista armas / ARCHIVO