En una ocasión, un colega mío, Ricardo García Conde, me dio una explicación muy sencilla de lo que es el crédito: “Es como una cuerda, te sirve para amarrar, cargar y escalar, pero también para ahorcar”. A través de él, una persona puede construir y hacer crecer su patrimonio si lo utiliza de manera adecuada, si no, puede llegar a padecer con las deudas.
Incluso, muchos terminan pagando más y se quedan con menos. Por ejemplo: Alguien pide $100 para comprar un electrodoméstico, luego paga $130 ($100 que le prestaron más $30 de intereses); después de usarlo, si lo quisiera vender, difícilmente obtendría los $100 que le prestaron, quizás lo vendería en $80; así que, después de cierto tiempo tendría $50 menos.
De acuerdo con la última ‘Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF)’ de 2018, 57% de la población adulta posee un crédito: el 22.6% lo destina a gastos de comida, personales o pago de servicios; 9.8% lo usa para el pago de otra deuda; 9% para cubrir gastos de salud; 8.2% se apoya en esta herramienta para atender emergencias e imprevistos; y 4.5% para vacaciones y diversión.
Es común escuchar a personas que trabajan los temas de finanzas personales recomendar no contraer deudas. ¿Qué pasaría si, por ejemplo, alguien pide un crédito de $100, paga $110 y algo hace para que esos primeros $100 se conviertan en $130? Entonces tendría $20 más de lo que pagó. ¿Sería conveniente que no se endeudara? Gracias a ese crédito y cómo lo manejó ganó 20 pesos más.
Pedir créditos no es malo, en realidad, el detalle reside en qué se emplea ese dinero y la forma en que se paga.
Cuando alguien al terminar de pagar su crédito se queda con más dinero, en realidad ganó gracias a lo que solicitó. Este es un crédito ganador. Un ejemplo es cuando solicitas un crédito para un negocio en el que obtienes más de lo que contrajiste con la deuda. Por el contrario, cuando se queda con menos dinero del que pagó, tendría un crédito perdedor.
Este último, como se ha definido aquí, no es necesariamente malo. Por ejemplo, puedes estar dispuesto a asumir cierto costo por tener un bien que te brinda satisfacción o tranquilidad en este momento, en lugar de tenerlo después de cierto tiempo. Lo importante es conocer ese costo, saber que lo puedes asumir y estar consciente de lo que obtienes.
La importancia de la planeación financiera
La falta de planeación puede ser el causante de los problemas financieros en las familias mexicanas. Citando el documento de la ENIF, en México, solo el 35% de las personas lleva un presupuesto, mientras que el 58% lo hace mentalmente. Esto genera que cualquier gasto que esté fuera de lo normal suponga un contratiempo importante.Al 42.5% de los mexicanos no le alcanzó durante el año previo a la encuesta para cubrir el total de sus gastos con sus ingresos y 63% tuvo que pedir prestado a familiares o conocidos.
Estos datos nos muestran la importancia de llevar un control sobre nuestro dinero y más aún cuando se contrata un crédito. Aquí te cuento cómo aprovecharlos al máximo para hacer crecer tu patrimonio.
Saca provecho a los créditos
Usualmente, la tarjeta de crédito es la puerta de entrada que permite empezar a forjar un historial crediticio. Entre los diferentes beneficios que ofrece, están: financiamiento gratuito de hasta 50 días, acceso a promociones a meses sin intereses, generación de puntos cash back, el domiciliar el pago de servicios y, en algunos casos, hasta descuentos especiales.
El secreto para un buen manejo de la tarjeta es conocer y estar atento de las fechas de corte límite de pago, además de considerar el pago de al menos el doble mínimo o, preferentemente, total para no generar intereses.
Si desde tu primer crédito muestras ser cumplido con el pago, seguramente te será mucho más sencillo acceder a otro que ofrezca mejores condiciones.
¿Has soñado con adquirir un auto, un departamento o una casa? Dependiendo de tu necesidad, puedes aprovechar un crédito personal, automotriz o hipotecario. Cada uno ofrece condiciones específicas pensadas en ayudarte a lograr tu objetivo.
Es muy importante que compares, analices y elijas el crédito ideal para ti. Es decir, no es recomendable financiar la compra de un automóvil con un crédito personal o tarjeta de crédito, pues, seguramente, la tasa de interés de un crédito automotriz será menor.
Es cierto que los créditos tienen muchas bondades y nos ayudan a cumplir nuestros objetivos, pero no son herramientas ilimitadas de las que siempre podemos disponer. Para hacer uso de ellos, es necesario conocer nuestra capacidad de endeudamiento y tener en cuenta nuestros ingresos y gastos con exactitud.
Una vez tengamos este registro, es importante identificar cuáles son gastos fijos (aquellos que, pase lo que pase, se tienen que desembolsar mes con mes —el pago de servicios, transporte, renta, seguros, colegiaturas, alimentación, etc.—). A la cantidad que queda, después de restar los gastos fijos a los ingresos mensuales, se calcula el 35%, que es una proporción adecuada máxima de capacidad de endeudamiento.
Por ejemplo: Si una persona con un sueldo neto mensual de $8,000 tiene gastos fijos de $4,500, el remanente es de $3,500, por lo que sobre esta cantidad hay que calcular el 35%. El resultado, $1,225 mensuales; esto significa que la suma del pago de todas las deudas del mes no deben rebasar esa cantidad.
Ahora bien, si por la situación actual, o por la razón que sea, te encuentras en una contingencia, el crédito puede ser tu aliado, sobre todo si cuentas con un bien inmueble que sirva como respaldo.
El crédito de liquidez con garantía hipotecaria es un préstamo donde las tasas de interés anuales resultan atractivas y menores a otros tipos de crédito, por lo que es una opción adecuada, en especial si necesitas financiamiento a largo plazo de un monto considerablemente alto. Por supuesto, que no se te olvide que esta es una deuda, y deberás usarla adecuada y responsablemente para sacar el mayor provecho posible; ten en cuenta que es tu inmueble el que queda como garantía y que, de no pagar, podrías perderlo.
Tips para ordenar tus finanzas
Una vez iniciada tu vida en el mundo de los créditos, es tu deber mantener una buena reputación. Considera los siguientes tips:
Lleva un control de tus ingresos y tus gastos, de preferencia anótalos, ya sea con lápiz y papel, en una computadora o celular.
Evalúa los créditos con los que vas a comprometerte y asegúrate de que sean los ideales para ti. Calcula tu capacidad de endeudamiento, coteja plazos, costos y beneficios, y consulta los comparativos oficiales que ofrece la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef).
Programa los pagos de tus créditos de manera puntual. Recuerda que el crédito no es una extensión de tu ingreso, es una obligación por la cual debes responder, y de no hacerlo incurrirás en registros negativos en tu historial crediticio. Ten presente tu fecha de pago y evita retrasos para no generar intereses moratorios.
Aumenta pagos, una buena opción es aprovechar tus ingresos extras por concepto de utilidades, prima vacacional, fondo de ahorro, aguinaldo, etc. para liquidar deudas o destinar lo más posible a su pago.
Asegúrate de que los créditos que solicites sean de instituciones financieras formales, si tienes duda puedes consultar el Sistema de Registro de Prestadores de Servicios Financieros (Sipres) de Condusef, que te permite saber si la institución está regulada por las autoridades.
Utiliza esta poderosa herramienta a tu favor y recuerda no contraer deudas para sostener un estilo de vida mayor al que tu ingreso permite.
* Director de Educación Financiera Citibanamex. Las opiniones expresadas por el autor son personales e independientes de sus funciones en Grupo Financiero Citibanamex.
Texto:Juan Luis Ordaz*
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