El antes y el después del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, es una clara muestra de la búsqueda del ahorro energético a través de la luz natural, producto de una necesidad de espacio aprovechado en subterráneos conscientes y pensados.
No me es posible hablar del nuevo Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, saltándome los pasos de su historia, la cual no dejo de admirar; aclaro que este reportaje lo inicié en el 2009, porque visité personalmente el Hospital todo un sábado en la mañana, por motivos profesionales y sobre todo para: entender el por qué se había hecho esa disposición tan especial, y ese respeto a los edificios del arquitecto Lluis Domenech i Muntaner.
Él inició la obra en 1902, la cual se terminó completamente en 1930, su estructura es totalmente del estilo llamado “modernista catalán”, y el edificio está hecho basado en pabellones, exactamente 27 unidades, y un edificio principal dedicado a la administración del hospital.
En aquel momento histórico se concebía el esquema de funcionamiento y distribución, ya que la tecnología médica estaba en la prehistoria conceptual, así era cómo se debía hacer, aparte de que es una obra totalmente decorada con molduras, detalles, esculturas, vitrales y una riqueza mas que nada estética, propia de la época y coherente con su tiempo.
Dicho conjunto fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1997, sin embargo, para la ampliación o actualización se tuvo que conservar su estado lo más natural posible, pues no es un edificio susceptible de cambiar en su estilo, en sus obras de arte y artesanía, producto del diseño y el estilo de esa época, tan valorado como algo muy significativo en esta ciudad de Barcelona.
Carecía de toda la estructura y forma de funcionamiento y de relaciones espaciales, proporciones y comunicaciones, entre espacios y requerimientos técnicos, sistemas de laboratorios, equipos médicos de última generación, y después- el nuevo Hospital de la Santa Creu i Sant Pau realmente sin quitar, ni afectar la arquitectura de Domenech y Muntaner, se convirtió en una obra que consta de 9 manzanas, típicas del eixample en un cuadrado de 300 metros por 300 metros, tal como está sembrado el hospital antiguo, dejando un triángulo muy ínfimo, para que fuera todo el nuevo hospital.
Así que la forma de sacarle el mayor partido al proyecto, fue que se hicieron sótanos habitables con base en técnicas de iluminación natural, con unos lucernarios diseñados por los arquitectos: Esteve Bonell, José María Gil, Silvia Barberá, José Luis Canosa y Francesc Ruis. Dichos arquitectos, además de pensar en ese uso debajo de la línea de tierra, acomodaron varios edificios en forma de abanico, dándole su individualidad a los edificios mas altos, al límite máximo de altura que se permite en la zona del eixample, de planta baja más cuatro, los servicios más grandes y estacionamientos nuevos se distribuyeron en las áreas de sótanos con unas soluciones especificas para cada caso.
Características básicas del nuevo proyecto
He recibido directamente del despacho de los arquitectos Bonell-Gil la siguiente información, por lo cual me agrada mucho expresar con gratitud su colaboración para que este artículo tuviera una descripción lo más fiel a la realidad.
Comentan los arquitectos que el proyecto del nuevo Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, plantea la resolución en dos cuestiones fundamentales:
1.- Una determinada por los fuertes condicionantes funcionales de un hospital.
2.- Por el peso que la nueva arquitectura tendrá que soportar debido a las condiciones urbanísticas y culturales del entorno.
El reconocimiento de los aspectos programáticos funcionales hace necesaria la definición de un edificio técnicamente incuestionable que cumpla con eficacia los requerimientos de un hospital moderno. Se trataba, por lo tanto, de construir un edificio complejo, con sectores diferenciados:
- Un sector público abierto al exterior, que acoge un gran numero de visitantes
- Un sector médico-clínico-hospitalario de profesionales de diferente condición que son el motor del edificio
- Un sector de pacientes con diferentes grados de enfermedad y que, por lo tanto, requieren diferentes curas, diferentes zonas de privacidad y tranquilidad.
- Un sector administrativo
- Un sector de consultas externas de gran movimiento de gente en un tiempo reducido.
Emplazamiento
El recinto histórico del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, ocupa y domina un espacio de la mayoría del cuadrado de los 90,000 m2 de las nueve manzanas del eixample, por las construcciones realizadas a principio del siglo pasado.
El nuevo hospital se sitúa en el triángulo norte del recinto. Su posición estratégica en el solar hace que se planteen dos escalas de lectura respecto a su entorno.
- En una visión amplia del territorio, será el final de un recorrido y de un espacio urbano insólito en la ciudad de Barcelona, que se inicia en la Sagrada Familia y finaliza en la Ronda Guinardó.
- Por otra parte está la visión que se produce dentro del ámbito del recinto del hospital. El nuevo edificio completa arquitectónicamente la parcela de forma cuadrada en la que la direccionalidad de un eje subraya la diagonal y organiza un orden interno, centrípeto, al cual se adosan las mejores piezas del antiguo hospital.
Objetivos originales del proyecto.
- Debe valorar y respetar el lugar privilegiado de su emplazamiento y tener en cuenta el orden de la edificación y la escala de los edificios existentes.
- Debe dar una respuesta sencilla a un programa complejo y asumir su carácter de edificio público.
- Debe asumir el carácter de edificio tranquilo, sosegado, limpio y luminoso; confortable tanto para el enfermo como para los trabajadores.
- Debe ser atractivo al visitante (tal como ya lo es el antiguo Hospital de la Santa Creu i Sant Pau) y debe ser fácil orientarse dentro de él, con los mínimos recorridos y permitir independencia entre las secciones.
- Debe ser flexible, para permitir cambios de distribución.
Organización del edificio
El edificio define con su volumetría las dos escalas de lectura, y la lleva al programa para crear dos zonas claramente diferenciadas. Una contendrá el programa destinado a servicios y la otra ocupará la zona de hospitalización.
Estas dos áreas estarán unidas por una “intermedia” que actuará como vestíbulo de relación.
El edificio “grande”, el de servicios y consultas, da fachada a la calle Canovas, asumiendo su papel de edificio límite de la parcela. Su posición respecto a la Ronda Guinardó lo convierte además en protector acústico y ambiental respecto a las unidades de habitación.
La zona hospitalaria se formaliza en una estructura de “dedos” de una mano que se introducen en el espacio verde que lo separa del antiguo hospital. Con esto se consigue una menor escala del edificio y una relación más sutil con los antiguos pabellones. El primer “dedo” sigue la dirección del eje, mientras que los otros tres se abren como un abanico para adecuarse al terreno hasta alinearse con la calle San Quintí.
Los lucernarios,luz natural
En el mes de julio de 2009, tuvo lugar la inauguración del nuevo Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona, después de nueve años de trabajo, que ha supuesto para mí, no una ampliación del antiguo hospital, sino la conceptualización de un moderno hospital compacto y totalmente nuevo en un área de terreno bastante reducida, aunque suficiente, ya que el anterior goza de un área muy espléndida y generalmente de pocos niveles, con plazas y jardines muy amplios.
El nuevo hospital se dice que fue una inversión de más de 300 millones de euros, cantidad más que grande, con los mejores equipos de medicina e investigación del mundo.
Se diseñaron y fabricaron unos lucernarios para ofrecer lo requerido por los arquitectos, “la luz natural” en espacios bajo el nivel del suelo, al interior de esos espacios; fueron hechos específicamente, como detalles esculturales en los jardines, los más grandes son unos volúmenes de prismas geométricos truncados con cristales a la mejor orientación del sol.
Dicho plano acristalado en vidrio laminado de seguridad, proporciona en su interior un nivel de iluminación bastante pareja y su duración durante el día es muy eficiente; por otro lado dota al interior de una cámara de anticondensación, pues eso permite que haya cambios de temperatura en el día, y en las diferentes estaciones del año.
Tres edificios i+d
Dichos edificios son parte de otros proyectos que están previstos para edificar tres centros de i+d, o sea innovación, investigación y desarrollo, lo cual próximamente será motivo de un gran reportaje; dichos edificios son parte del plan maestro del desarrollo del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau.
El primero en construirse será el ir-1, después el ir-2, y al final el ir-3, serán tres edificios dedicados a la investigación, dependientes del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, o sea que la evolución será muy integral, en la cual se concentrará a los 200 investigadores que en la actualidad trabajan dispersos en los edificios históricos; dichos inmuebles se prevé que se concluirán en el 2014, dedicándose a la vocación de investigación clínica, con la coordinación del área asistencial.
Un gran objetivo por concluirse ante tal proyecto de arquitectura hospitalaria y de investigación; por ello, respetuosamente el proyecto de Domenech y Muntaner, solo quedó como un edificio histórico, estético, pero no funcional a nuestros tiempos actuales y futuros, además, declaro que “la arquitectura que sólo se preocupa por la estética, la funcionalidad escueta, en estos momentos, queda fuera del contexto actual, de la realidad tecnológica, eficiente y energética“.
Texto:Arq. Esteban Molet
Foto: LLUIS CASALS