La expectativa en el desempeño de la economía de México presenta pronósticos favorables.
A pesar de la situación derivada de los precios del petróleo, los pronósticos para el Producto Interno Bruto (PIB) de México, respecto a 2014, son de crecimiento, con niveles de entre 3 y 4 por ciento.
En este sentido, durante el seminario Perspectivas Económicas 2015: Reformas en Acción, organizado por el ITAM –donde se concluyó que México tendrá un mejor desempeño económico–, el gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, señaló que el reto del país no sólo está en generar un crecimiento económico superior al 3%, sino que éste se dé sin provocar presiones inflacionarias, debido a los riesgos ante la volatilidad externa. Es por esto que resulta vital poner atención en los efectos que puedan tener las constantes caídas en el precio del petróleo y una apreciación del dólar frente a otras monedas.
“Existe una alta probabilidad de que las tasas de interés tengan que aumentar y se debe cuidar que haya una correcta implementación de las reformas, lo que generará un crecimiento económico mayor sin generar presiones inflacionarias”, indicó Carstens.
Asimismo, informes de organismos como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), instituciones financieras y análisis de especialistas coinciden en una mejoría en el avance de la economía mexicana durante 2015, a pesar de los petroprecios; siempre y cuando se cumpla con una adecuada implementación de las reformas estructurales, con el objetivo de atraer mayor inversión al país; principalmente derivada de la reforma energética, con lo cual la Inversión Extranjera Directa (IED) podría alcanzar en 2018 los 50,000 millones de dólares (mdd).
Según un reporte de Grupo Financiero Santander, la economía nacional se verá favorecida por el sector exportador no petrolero y la expansión de la economía estadunidense; igualmente, prevé un panorama de crecimiento debido a la implementación de la reforma energética en su fase inicial, así como el incremento en los salarios reales y el empleo. Sin embargo, pone énfasis en que se debe estar al tanto de la variación en los precios del petróleo y de la producción petrolera, además de posibles escenarios de volatilidad financiera, asociados a la normalización de la política monetaria de Estados Unidos.
Por su parte, Ernesto Cervera, director general de Grupo de Economistas y Asociados (GEA), durante una conferencia en el seminario Cerrando Filas, Nuevos Retos Inmobiliarios, llevado a cabo por la consultora Softec, señaló que si bien durante 2008 y 2009, México, además de una caída de 7.7% en su PIB, fue criticado por su dependencia económica de Estados Unidos, actualmente dichas críticas se pierden al ver a la economía nacional en uno de los puntos más importantes de crecimiento en su historia.
En este sentido, el secretario general de la OCDE, José Ángel Gurría Treviño, estimó que la correcta implementación de las reformas estructurales contribuirá a elevar el nivel de productividad en el país, con lo cual se puede incrementar el crecimiento económico de México entre 1 y 1.5% adicional cada año, durante la próxima década. Asimismo, agregó que la caída en el precio internacional del petróleo es una oportunidad para “despetrolizar” las finanzas públicas del país; también recordó que el crecimiento previsto por la OCDE para la economía mexicana durante 2015 es de 3.5%, nivel –dijo–, cercano al estimado por el gobierno cuyo rango fluctúa entre 3.2 y 4.2 por ciento.
Crecimiento con cautela
La recuperación de Estados Unidos que proviene de la fortaleza de su sector manufacturero es una ventaja competitiva al darle una posición favorable en cuanto al precio de los energéticos, con prácticamente un 40% por debajo de cualquier competidor a nivel internacional; hecho que también impulsa el crecimiento de México.
“Estamos concatenados a la economía americana, tanto que si ésta crece 3.5% en vez de 3% nuestro país enfrentaría pérdidas en el sector energético por 6,700 mdd, debido a la disminución en la exportación petrolera, que no compite con el bajo costo de los energéticos en Estados Unidos; pero, por otro lado, si el crecimiento se da de esta manera se ganarán 12,000 mdd en exportaciones manufactureras, compensando y trascendiendo las pérdidas que se tengan por el lado del petróleo”, señaló Cervera.
El país es extremadamente dependiente de las finanzas petroleras, sin embargo se olvida que también es una nación manufacturera, industrial y de construcción, por ello, el que bajen los precios internacionales de los energéticos y que no se refleje en menores costos para las empresas mexicanas es un problema serio; en ello radica parte de la importancia de las reformas estructurales: que se traduzcan en una mayor competitividad para el sector industrial, de la construcción y las manufacturas, complementa el especialista de GEA.
En tanto, el análisis de Santander coincide en que la rentabilidad de México se verá principalmente influenciada por el crecimiento de la estadunidense, además de una posible mejora de otras economías, tanto desarrolladas como emergentes.
Aunque la problemática de la zona del euro y una eventual desaceleración no prevista de la economía de China, pueden ralentizar el crecimiento; igualmente, la persistencia en los bajos precios del petróleo y las presiones sobre el tipo de cambio podrían tener implicaciones negativas. En este sentido, nuevamente, se pone como tema primordial el diagnóstico del crecimiento económico, pues en los dos últimos años, el desempeño del país ha resultado por debajo de lo esperado, indica la institución financiera.
Progresión conjunta
El crecimiento del PIB en Estados Unidos se sustenta en factores como el consumo, que lleva cinco años consecutivos de crecimiento, así como de los ingresos familiares los cuales presentan un ritmo de desarrollo de 4.5%; la compra de bienes duraderos muestra una tasa de incremento de 8%, lo que además, impulsa la economía mexicana, por un lado con la exportación de automóviles y por el otro se refleja en las remesas, rubro que aumentó 8% en los primeros 11 meses de 2014. Otro aspecto favorable de la economía estadunidense es su sector exportador, el cual se ve fortalecido tanto en materia productiva como de consumo.
“Las remuneraciones y el empleo impactan favorablemente en el consumo, pues este último –el empleo– pasa por una fase friccional; es decir, personas que están cambiando de trabajo o buscando otro, que representa el 5% del total, por lo que prácticamente hay empleo pleno. Adicionalmente, el sector privado genera lo que requiere el mercado: 220,000 plazas formales urbanas, todos los meses. En este plano, se puede hablar de una economía que no solamente muestra fortaleza actual, sino prospectiva de crecimiento, lo que beneficia a México”, indicó Ernesto Cervera.
Los claroscuros del PIB
Entre 2010 y 2012 la economía mexicana se encontraba casi a la par de la estadunidense, pero en 2013 registró una caída que continuó hasta mediados de 2014; cuando sumós tres trimestres consecutivos en los que creció, aunque muy por debajo de su tasa natural (de por sí baja) de 3%; asimismo, al tercer trimestre del año hubo un aumento del 2.2% lo que da aliento en materia de crecimiento.
Dicha desaceleración fue producto de diversos factores: se contrajo el gasto corriente del sector público en 2%, se cambiaron las reglas de la vivienda, lo cual ocasionó un cambio estructural muy importante en el sector –sobre todo entre los desarrolladores de vivienda del país–, se contrajo la inversión pública 8.5% y los Estados Unidos, aunque crece en promedio al 4%, en 2013 creció solo 1.7%; “esas cuatro causas, incidieron en la economía mexicana y lo que según diversos artículos a nivel internacional, especialmente en The Economist, The Financial Times, y The New York Times, consideraban The Mexican Moment, terminó como el ‘instante mexicano’ debido al bajo crecimiento por debajo de las expectativas”, indicó el especialista de GEA.
Durante el primer semestre de 2014, la reforma fiscal, junto con un crecimiento y una dinámica relativamente baja, estuvo por debajo de las expectativas que se tenían, aunados a la caída en el volumen de producción de petróleo y lo que conlleva en materia de inversión para Pemex.
En contraparte, el empleo formal mostró un aumento visible, aun cuando dicho acontecimiento presenta controversia por parte de los analistas, ya que algunos afirman que el crecimiento se debe a las nuevas condiciones del seguro social, que incentivaron el registro de empleos que ya existían pero que no se encontraban inscritos en dicha institución. Bajo este contexto el empleo puede considerarse como un precursor del consumo, aunado al incremento real de los salarios de 0.7%, a pesar de que la inflación se encuentre en una cifra superior al 4 por ciento.
Petróleo y tipo de cambio
Las fluctuaciones que ha presentado el dólar a últimas fechas han resultado sorpresivas, sin embargo la política en cuanto al tipo de cambio en el país es flexible, puede subir o bajar de acuerdo con las condiciones que dicte el mercado; cabe recordar 2008, cuando el precio del petróleo pasó de 120 dólares por barril (dpb) a 33 dpb, entre julio y diciembre, lo que repercutió en el tipo de cambio que pasó de 11.50 a 15 pesos por dólar (ppd) ; sin embargo, en los seis meses subsecuentes se ubicó en los 12 ppd. Ante ello y debido a que actualmente no hay condiciones para que el tipo de cambio se quede estático es importante pensar a mediano plazo, en este sentido, los pronósticos que se tienen al respecto para 2015 fluctúan entre 13.10 y 14.70 ppd.
La actual caída del petróleo (mezcla mexicana en menos de 40 dpb), se da al mismo tiempo que Estados Unidos presenta 4% de crecimiento, ante lo cual los economistas afirman que para 2015, el precio de la mezcla mexicana del petróleo se estabilizará entre 60 y 65 dpb, lo cual, aminorará el impacto de la situación actual. En este sentido, un estudio de Actinver indica que los precios del petróleo tocarían fondo en el primer trimestre del año; sin embargo, prevé que la mezcla mexicana podría cerrar 2015 en 62 dpb. Si bien la baja actual en los petroprecios genera presión adicional en el tipo de cambio, aunada a la posibilidad de un aumento en la tasa de referencia por parte de la Reserva Federal (FED), el análisis de la firma financiera indica que los sólidos fundamentales de largo plazo de la economía mexicana, apoyados por las reformas estructurales, la disciplina fiscal y un correcto manejo de las reservas por parte del Banco de México darán un eventual soporte a la divisa.
Un margen de entre 59 y 60 dpb en el precio del barril, para el gobierno significa un costo de 3,700 millones de pesos (mdp). “Es aquí donde entran las coberturas de los petroprecios y el fondo de estabilización, pues por cada punto porcentual en la reducción del volumen del crudo, el gobierno pierde 1,100 mdp; por otro lado, por cada punto porcentual de fortalecimiento de la paridad peso-dólar, se genera una pérdida que le cuesta al gobierno. El peor escenario es que el volumen de la producción de petróleo presente una caída de 5% y la paridad peso-dólar sea 3% por debajo de los pronósticos, el gobierno mexicano tendría una pérdida de 27,300 mdp, que representa un 0.2% del PIB, lo que en perspectiva no representa una pérdida significativa”, señala Ernesto Cervera.
Panorama global
Ante el contexto mundial, tanto la economía mexicana como estadunidense presentan cifras aceptables, inclusive, el peso junto con la rupia india, son las menos devaluadas, sólo 15 por ciento. En contraparte, Europa tiene un crecimiento cero y la economía Rusa se encuentra muy afectada. Japón, por ejemplo, presenta una expectativa de crecimiento de 0.8%; “debido a la la recesión en la que se encuentra, presenta debilidad, tanto fiscal como monetaria. Su déficit público es de 7.5%, su deuda pública es del 243%, sus ingresos tributales totales son del 18% (con respecto al PIB) y el crecimiento de su base monetaria es de 35%; la etapa por la que atraviesa este país podría repercutir en muchos países asiáticos, incluido Corea. Un mayor debilitamiento con crisis bancaria en China es un riesgo latente, ya que de seguir así regresarían a las exportaciones para el fortalecimiento de su mercado interno, por lo que devaluar el yuan es una decisión a corto plazo, que si ocurre afecta a México ya que competiríamos de forma directa por el mercado norteamericano durante 2015, por lo que deben seguirse estos movimientos de cerca” apuntó Cervera.
Texto:Real Estate Market & Lifestyle
Foto: ORO NEGRO, WPS, ETTA, CLIND, ARTHA CAPITAL, AS FC, HDSCREEN, TRA, CTB, AMERICA ECONOMIA, EL HORIZONTE, ANDIDNA