Con unas elecciones bien llevadas disminuyeron los factores de incertidumbre; pero al presidente electo y al nuevo gobierno les aguardan diversos retos ante los nuevos escenarios económicos.
Una vez definido el proceso electoral que determinó el triunfo del movimiento de izquierda en México, encabezado por Andrés Manuel López Obrador, algunos elementos de incertidumbre sobre la economía nacional se han disipado, pero otros se mantienen vigentes y ahora habrá que sumarle nuevos retos que deberán enfrentar.
Philippe Waechter, economista en jefe de Oustrum Asset Management, filial de Natix IM, señaló que se puede presentar una importante divergencia entre la estabilidad económica —donde el gobierno debe mantener el crecimiento— y la aplicación del programa político propuesto durante la campaña.
A través de un análisis, indicó que esta situación es algo natural, especialmente cuando un gobierno cambia de estilo y dirección. El proceso puede ser más brusco cuando el presidente electo representa a un partido que no ha estado en el poder por un largo periodo.
Ejemplificó que esto se vio en Francia durante el gobierno de François Mitterrand que inició el 1o mayo de 1981, cuando la izquierda llegó al poder y sus partidarios —incluidos los ministros y presidente—, querían un cambio rápido en todas las áreas. Se aprobaron muchas leyes, pero se generó un desequilibrio en materia económica que causó tres devaluaciones del franco en dos años. No fue sino hasta 1983 que el gobierno cambió de opinión.
Garantías e implementación
Sobre México en particular, indicó que el nuevo gobierno debe ofrecer garantías para su electorado y asegurar que el cambio político es más fácil de implementar que un cambio profundo en el aspecto económico.
Agregó que el lado positivo para nuestro país es que este proceso político se verá limitado por la negociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Esto significa que el riesgo de una divergencia fuerte y duradera es también limitado. “Esta es también una razón para pensar que el presidente electo no asumirá un estilo Chavista de gobernar”, afirmó Waechter.
Ahora bien, dos de los mayores factores de incertidumbre de la economía mexicana para 2018 precisamente se concentraron en el proceso electoral y la renegociación del Tratado. La primera se disipó parcialmente con el amplio triunfo electoral de López Obrador.
De hecho, un elemento positivo que se presentó de inmediato fue que al no haber conflicto postelectoral, no hubo personas en las calles protestando o provocando saqueos, al predominar un sentido de responsabilidad de derrotados y triunfadores. Lo anterior se reflejó en una ligera apreciación del peso frente al dólar durante la primera semana posterior a la elección.
Sin embargo, la nueva administración federal que entrará en funciones el primero de diciembre de 2018 asumirá diversos retos.
Mariana Ramírez Montes, subdirectora de Análisis Económico de Ve por Más (BX+), comentó en entrevista con Real Estate Market & Lifestyle, que con el resultado de la elección, tenemos más claridad y más certidumbre en torno a lo que podría suceder en materia económica. “Esto es un elemento que permite dar mayor certeza en la toma de decisiones, pero todavía tenemos otros temas que no se han resuelto, como es el caso de la renegociación del TLCAN, donde muchos inversionistas siguen a la espera de cambios en las reglas del juego, sobre todo porque se han sumado otros elementos, como es el tema de una guerra comercial”.
Agregó que “hasta el momento, se han dado las condiciones necesarias para entender que esto se llevará a cabo mediante una transición ordenada, pero todavía hay expectativa sobre lo que realmente se va a ejecutar. A ello le sumaría la rapidez del cumplimiento de las promesas en campaña, que será clave para determinar la economía hacia adelante”.
¿Rumbo económico?
Por su parte, Gabriela Siller, directora de Análisis Económico y Financiero de Banco Base, destacó que por el largo periodo del proceso de transición (cinco meses), se puede generar cierta incertidumbre —por ser un partido de izquierda— que impacte en la expectativa de inversión y que ésta disminuya.
También considera que los retos del nuevo gobierno estarán centrados en qué sucederá con las finanzas públicas y la renegociación del TLCAN. En este último tema coinciden todos los analistas, aunque Waechter dijo que por lo impredecible del vecino americano, existe un riesgo de divergencia entre las intenciones del presidente electo y el gobierno conservador actual.
En este mismo sentido, la calificadora Fitch Ratings señaló en un análisis que la victoria de AMLO “podría indicar cambios en la política fiscal, económica y energética, aunque el grado de cambio bajo la nueva política de gobierno y el Congreso sigue siendo incierto. Esta incertidumbre podría pesar sobre la inversión hasta que surja una mayor claridad sobre la orientación de la política de la nueva administración”.
Un elemento adicional es que al no presentarse conflicto postelectoral, la confianza del consumidor podría mejorar. Al respecto, Gabriela Siller afirmó que el consumo representa 66% del Producto Interno Bruto (PIB), que es la partida más importante, misma que “podría incrementarse como consecuencia de una mejora en la confianza del consumidor, e incluso, incrementar la expectativa del ingreso del mexicano promedio”.
Mejora confianza del consumidor
De acuerdo con información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el consumo privado en el mercado interior reportó un aumento de 4.4% en abril, y acumuló un ritmo de crecimiento de 2.7% de enero a abril, ligeramente por debajo del mismo periodo del año pasado, cuando crecía a ritmo anual de 3.08 por ciento.
Sobre la confianza del consumidor, analistas de Banorte prevén un incremento marginal durante los próximos meses. “Consideramos que la mejoría de la confianza del consumidor en junio se explicó principalmente por dos factores: (1) El dinamismo del mercado laboral mexicano, el cual se ha visto reflejado, tanto en creación de empleo formal, como en la disminución de la tasa de desempleo; y (2) la trayectoria descendente de la inflación y su subsecuente impacto sobre el consumo de los hogares.”
Para el segundo semestre anticipan que la confianza del consumidor podrá presentar un incremento derivado de la disipación de la incertidumbre asociada a la elección y el dinamismo del mercado laboral. Sin embargo, ésta podría ser mitigada por la volatilidad de la divisa mexicana —derivada de la renegociación del TLCAN, así como por otros factores de riesgo externos—.
En este mismo sentido, analistas de Invex señalaron que el resultado electoral podría apoyar las expectativas sobre el país tras reafirmarse una amplia voluntad popular, aunque las tensiones comerciales con Estados Unidos y la negociación del Tratado podrían pesar sobre la confianza en los próximos meses.
¿Finanzas públicas?
La calificadora Fitch Ratings dijo en un análisis que el programa económico de López Obrador incluye respetar la autonomía del Banco de México (Banxico), el tipo de cambio flexible y los regímenes de metas de inflación. Asimismo, que las políticas fiscales indicadas incluyen el mantenimiento de la disciplina fiscal, pero también la posible expansión y reorientación del gasto.
El análisis de la calificadora recordó que entre las propuestas del futuro presidente de México destacaron el aumento en los gastos en áreas como pensiones, nuevos subsidios para estudiantes universitarios de bajos ingresos e inversión pública, pero esto puede ser contradictorio para mantener la disciplina presupuestal, a menos que se compense lo suficiente con recortes de gastos o aumentos de impuestos. También propuso abordar la corrupción, las ineficiencias del sector público y reducir ciertas transferencias federales.
Sin embargo, Fitch agregó que las perspectivas de ahorro de tales iniciativas siguen sin estar claras, y la secuencia de expandir el gasto social versus las medidas de ahorros de costos, será importante para garantizar que los superávit primarios del sector público permanezcan intactos.
Calificaciones crediticias de México
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Rating |
Grado de inversión/ especulativo |
Perspectiva |
Último cambio de rating y/o perspectiva |
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Fitch |
BBB+ |
Inversión |
Estable |
03-ago-17 |
Standard & Poor’s |
BBB+ |
Inversión |
Estable |
18-dic-17 |
Moody’s |
A3 |
Inversión |
Estable |
11-abr-18 |
La carga de la deuda del gobierno general de México disminuyó en 2017 después de haber aumentado durante varios años y prevén los analistas de la calificadora una trayectoria de disminución gradual a condición de que se mantengan los superávit primarios.
Plantea que la forma de equilibrar la disciplina fiscal con el gasto social creciente en el presupuesto 2019, podría ser un importante indicador temprano en la dirección de la política de su administración. Asimismo, considera que la composición de su gabinete económico será otra señal temprana de cómo manejará las prioridades de la política económica y fiscal.
Fitch confirmó las calificaciones soberanas de México BBB + con una perspectiva estable a marzo de 2018. “Notamos que las calificaciones de México podrían verse negativamente afectadas por el debilitamiento de la consistencia y credibilidad del marco de política macroeconómica y/o el debilitamiento de las reformas estructurales en el proceso de implementación, un aumento de la tendencia en la carga de la deuda del gobierno y el deterioro de los vínculos económicos, comerciales y financieros del país con los Estados Unidos, lo que reduce la inversión doméstica y las perspectivas de crecimiento”.
Fundamentos sólidos
En Banorte sus analistas consideran que “se mantendrán fundamentos macroeconómicos. En nuestra opinión, el nuevo gobierno liderado por López Obrador mantendrá la solidez de los fundamentos macroeconómicos de nuestro país. En este sentido, en su mensaje como virtual ganador de la Presidencia de la República, AMLO declaró que mantendrá una política fiscal responsable, continuando con el proceso de consolidación de las finanzas públicas —sin necesidad de aumentar los impuestos ni la deuda—, así como respetar la autonomía de Banxico. En dicho mensaje también comentó que se revisarán los contratos en materia de energía asignados para evitar la corrupción”.
Asimismo, agregaron que se mantienen sus perspectivas macroeconómicas para 2018 y 2019. Continúan anticipando una tasa de crecimiento del PIB de alrededor de 2.5% para 2018 y de 1.8% para 2019, ésta última principalmente influenciada por la disminución significativa del gasto público, así como la conjugación del término de la inversión en proyectos del sector privado, con el efecto de la incertidumbre electoral, observada cada primer año de gobierno desde 1995. “Por su parte, mantenemos nuestra expectativa de inflación en 4.3% para fin de este año y de 3.5% para finales de 2019. Adicionalmente, esperamos que Banxico mantenga la tasa de referencia sin cambios en 7.75% en los próximos 18 meses”.
Mariana Ramírez, de BX+ afirmó que después del resultado electoral no han hecho ningún cambio en sus pronósticos, ni de 2018 ni de 2019. “No tenemos todavía argumentos para poder decir que se dé algún cambio importante. Estamos muy atentos a la velocidad de la ejecución de las propuestas de campaña. Tiene sentido: lo mejor que hay que hacer, o bueno, lo que nosotros estamos haciendo, es estar esperando a ver qué sucede”, concluyó.
Texto Real Estate Market & Lifestyle
Foto: TRIBUNA DIGITAL / NEWSWEEK / PRIVADO / CANACO