La siguiente, no es una cuestión de moral y mucho menos se trata de inclinarse por su verdad o falsedad: Usted y yo somos naturalmente depredadores. Su familia también lo es y esos hijos que aún espera, lo serán. Todos en conjunto estamos acabando con el planeta.
Desde su llegada a este mundo, el hombre comenzó a consumir una cantidad de recursos que con el paso del tiempo, han ido creciendo de acuerdo al aumento en sus "necesidades". Muchas de ellas en realidad no lo son, aunque así se crea. El problema, no se confunda, no está en nada de lo anterior. El problema es? ¿Qué haremos con ello?
Así pues, los efectos de nuestro paso sobre la tierra ya generan estragos muy visibles al medio ambiente. La capacidad de regeneración del planeta ha llegado a un punto en el que sólo mediante nuestra acción inmediata, podrá asegurar un mejor devenir para futuras generaciones, puesto que el avance "civilizatorio" hace imposible dar marcha atrás en la mayoría de nuestras acciones como especie.
Una de ellas fue dada a conocer el 12 de septiembre de 2003 en Estados Unidos. Se trató de la versión 1.0, de una norma de construcción habitacional denominada LEED-HOMES (Leadership in Energy and Enviromental Design), desarrollada por una serie de expertos en varias ramas, pertenecientes al United States Green Building Council (USGBC), la cual sentó las bases para construir viviendas de la forma más inocua al medio ambiente.
La misma va más allá de ser sólo un compendio de buenas intenciones, sino que se estableció como una certificación otorgada a todos aquellos constructores que verdaderamente superaran al máximo su compromiso medioambiental al utilizar los materiales, las especificaciones, las técnicas y las tecnologías más avanzadas para este propósito.
Los pros
César Ulises Treviño, presidente del Consejo Mexicano de Edificación Sustentable (CMES) -la institución homóloga del USGBC- dijo en entrevista a Real Estate Market & Lifestyle que las ventajas de contar con una vivienda certificada LEED, son muy grandes y revelan una diferencia significativa con aquellas que sólo se ostentan como "verdes".
Treviño comentó que los principales objetivos de una vivienda LEED recaen en implementar sistemas de vanguardia, de la mano de un diseño superior a lo comercialmente existente hasta ahora.
La certificación LEED en ese sentido es punta de lanza y busca promover a futuro la manera en que se construyen casas y, desde luego, cambiar las prácticas de las vivienderas que las construyen, sin olvidar incentivar una evolución en la mentalidad de sus ocupantes.
El sistema LEED se rige bajo el siguiente rating dividido en ocho categorías:
1) Innovación y diseño de procesos: Se refiere a un diseño que esté encaminado al ahorro de materiales y, por consiguiente, el desempeño de estas estructuras en su uso cotidiano.
2) Ubicación y conectividad: Se vincula al emplazamiento de los inmuebles en condiciones social y ambientalmente responsables con relación al resto de su comunidad.
3) Sitios sustentables: Tiene que ver con la ubicación de la propiedad en un sitio donde sea lo más inocuamente posible para el medioambiente.
4) Eficiencia en uso de agua: Comprende prácticas de ahorro del vital liquido, tanto al interior como al exterior de la propiedad.
5) Energía y atmósfera: Vinculado al uso, diseño y eficiencia de los sistemas de calefacción y aire acondicionado.
6) Materiales y recursos: Concerniente a la utilización y eficiencia de los insumos empleados en la construcción y la minimización de los desperdicios durante la construcción.
7) Calidad ambiental en interiores: Mejoramiento de la calidad del aire al
interior de inmuebles mediante aire acondicionado y su inhibición ante la exposición a contaminantes.
8) Conciencia y educación: Comprende los tópicos necesarios para que el propietario opere una vivienda de estas características, bajo la estricta normatividad LEED.
La certificación LEED es un sistema de construcción que lejos de lo que aparenta, es, hasta cierto punto, flexible. Por ello cuenta con diferentes niveles de certificación, que van desde el punto básico hasta un nivel denominado platino y desde luego, es el que se apega de mejor forma a los planteamientos diseñados, para que la construcción sea lo más inofensiva con el medio ambiente.
Cada una de las ocho categorías anteriores cuenta con una puntuación, la cual sumada de forma total al momento de realizar la inspección -por cuenta de un profesional LEED-, dará por resultado el nivel de certificación a que se haga acreedor.
Es importante mencionar que para que una vivienda pueda recibir la certificación de la que hablamos, deberá seguir una serie de pasos que estarán encaminados a otorgarle o no, la misma al inmueble en cuestión. Y es que la inscripción de las viviendas ante el USGBC para que les sea otorgada la certificación LEED, no es desde luego, una garantía de que serán favorecidas con ella. Así pues, los pasos para que un desarrollador o viviendero pueda ostentar sus inmuebles con la certificación LEED, más allá de decir que están inscritos ante la institución norteamericana, es la siguiente:
1) Reclutamiento y registro del proyecto ante la autoridad (en este caso es el USGBC).
2) Coordinación y supervisión por green raters (profesionales certificados LEED).
3) Certificación de la vivienda (según si es otorgada y dependiendo del nivel adjudicado).
4) Calidad y aseguramiento de la certificación.
5) Coordinación con el USGBC y los capítulos locales (sólo en EU).
Desde luego, tanto la USGBC como un LEED Authorized Professional (AP), son las únicas entidades que podrán otorgar la certificación, según sea el caso.
Leed Y La Realidad Mexicana
Para el arquitecto Jorge López de Obeso, director del área de Responsabilidad Ambiental para el estudio de arquitectura JSa y LEED AP, la realidad de nuestro país impone limitantes para la estricta aplicación de la norma LEED-HOMES, ya sea por los reglamentos de construcción con los que cuenta México o por la disponibilidad de algunos materiales o insumos con características especiales. Sin embargo, comentó que aún así es posible cumplir con la gran mayoría de los parámetros necesarios, pues en gran medida sólo requieren de buena voluntad.
"Aplicar la metodología es difícil en toda la extensión de la palabra, ya que es una metodología que se creó para los Estados Unidos y guardamos muchas diferencias con respecto a esa nación, sin embargo, procuramos que una vez diseñado un proyecto, se cumplan con todos los objetivos establecidos, dijo López de Obeso en entrevista con esta casa editorial.
Para comenzar, la norma es voluntaria, por lo que no impone ninguna obligatoriedad y en realidad el seguimiento de las condiciones para que le sea otorgado el certificado, son de buena fe, así que se requiere de mucha conciencia y educación para llevarlas a cabo.
En este sentido, el arquitecto de JSa explicó que más que "tropicalizar" la norma, lo que en realidad deberíamos hacer, es crear una certificación propia que ya de antemano prevea las limitantes que guardamos como país, sin que relaje los márgenes de calidad con que cuentan otras metodologías extranjeras.
Y es que más allá de cuestiones técnicas o de suministros, condiciones inalterables como las diferencias en cuanto al clima no son poca cosa, aseveró el experto. Allá, en Estados Unidos, agregó, todo el tiempo dependen del aire acondicionado, ya sea porque hace mucho frío en invierno o porque hace demasiado calor en el verano, pero son dependientes de esa circunstancia. En muchas regiones de México eso no es aplicable mientras que hay estados como Chiapas (o cualquiera de los del sureste) en los que el calor tropical está presente por todo el año.
El mismo caso se vería para estados como Chihuahua, donde la presencia de frío extremo es una cuestión que difiere con estados del centro, por lo que llamó no sólo a la conformación de una norma nacional -con características como la LEED-, sino que además puntualizó que esta norma debería de contar con un perfil regional, que incluyera las diferencias inherentes a cada estado.
Un asunto más que causa dificultades para la aplicación estricta de la LEED, es la referente al agua, ya que en nuestro país hay estados con seria escasez mientras que existen otros como los del sur, que incluso tienen problemas por su abundancia. Aquí desde luego no es cosa de unificar criterios, sino de diseñar una serie de parámetros que en lo general alcancen a cubrirse por la mayoría de ellos, pero por otra parte, respeten características particulares de Otro de los aspectos a cuidar es la forma de construir. Como se sabe, en la Unión Americana las técnicas de construcción para casas-habitación son radicalmente opuestas a las que se aplican en México. Aquí la madera, en la mayoría de los casos, sólo es para acabados o cuestiones superficiales mientras que allá (en Estados Unidos) los sistemas constructivos dependen en enorme medida de la madera para casi el total de las viviendas, entonces ese es un rubro más que hace diferencias muy grandes a la hora de querer aplicar normas como la LEED en estas latitudes.
López de Obeso comentó que ya desde hace tiempo, están esperando una homologación de la norma, por parte del Consejo Mexicano de Edificación Sustentable, sin embargo, ésta aún no ha llegado.
¿Una Leed Mexicana?
Cuestionado al respecto, César Ulises Treviño dijo que al interior del CMES se tiene conciencia de las limitantes de la aplicación de la norma estadunidense debido a las diferencias abismales con nuestro vecino país del norte; sin embargo, comentó que en este caso la LEED se aplica sólo como referencia para la construcción en México.
Comenzando por este punto, sostuvo Treviño, la norma LEED desde su surgimiento se enfocó a que pudiera ser aplicada tan sólo en el 20 por ciento de las viviendas en Estados Unidos y no más de eso, ya que en realidad el perfil del cliente de una casa con características LEED, es de nivel socioeconómico de medio alto a alto. En México esa situación no se modifica, dijo, ya que este tipo de construcciones son de calidad mundial, y además esta clase de certificaciones son mayormente conocidas en el ámbito de la construcción de oficinas corporativas, en donde en México ya existen como 30 proyectos aspirantes a dicha presea, mientras que en el terreno habitacional, apenas si es conocida.
Por otra parte, el dirigente de la CMES indicó que el primer paso para poder tener una norma con características como la LEED, es acercarnos a una legislación que nos ponga en una mejor posición para acercarnos a algo similar, ya que las normas de construcción en nuestro país ni son uniformes ni tampoco se adaptan a las realidades técnicas ni tecnológicas que vivimos hoy día. Y es que incluso, recalcó, en Estados Unidos sólo 20 por ciento de las construcciones podrían aspirar a cumplir con los parámetros de la LEED. Aquí en México, ese universo bien se podría reducir cuando mucho al 3 o 5 por ciento del total.
Por otra parte, Treviño explicó que no hay incentivos reales para que un constructor decida certificarse en este sentido, por lo cual se deberían de hacer esfuerzos desde el gobierno para fomentar este tipo de construcciones, mediante incentivos fiscales tanto para quien construye como para quien compra este tipo de propiedades.
Tanto Treviño como López de Obeso, aseguraron que los esfuerzos que hasta ahora se han llevado por el gobierno en torno a las "Hipotecas Verdes", son buenas pero no suficientes, debido a que éstas van dirigidas principalmente a la población de niveles socioeconómicos más bajos
El arquitecto de JSa dijo que ya no hay pretexto para que un desarrollador no implemente cualidades "verdes" a sus casas. Las construcciones de este tipo no pagan a largo plazo, sino pagan de inmediato, señaló, mientras que agregó que una construcción con certificación LEED en realidad no debería de ser más cara que una convencional, y aunque así fuera, esos beneficios no tardan más de 10 años en pagarse.
López de Obeso indicó que en este momento la empresa para quien trabaja, se encuentra desarrollando un proyecto habitacional que espera obtener la certificación LEED en alguna de sus modalidades, y estará ubicada en el área del Parque Hundido, en una céntrica zona de la Ciudad de México, la cual, aseguró será uno de los primeros proyectos habitacionales en México, con este distintivo.
Tanto César Luis Treviño como Jorge López de Obeso, hicieron hincapié en señalar que tanto para constructores como para compradores finales de vivienda, las cualidades de contar con una vivienda ambientalmente amigable también tiene que ver con los llamados beneficios invisibles, por ejemplo, contar con una casa con ubicación cercana a las fuentes de trabajo o escuela.
En el caso de una familia, no sólo se aumentará la calidad de vida por hacer menos tiempo en los traslados para estos desplazamientos sino que se tendrá más tiempo para descansar o hacer las cosas que se prefiera, además de que se contaminará en menor medida durante los traslados en automóvil.
En cuanto a los constructores, beneficios invisibles tienen que ver con allegarse lo más cerca de las fuentes de suministro, que de igual manera que al acortar los tiempos de traslado, se ahorra en consumo de energéticos, emanación de contaminantes fósiles y tiempos.
Es importante no olvidar que uno de los parámetros a supervisar en la norma LEED y quizá uno de los más importantes, se trata en crear conciencia en el habitante de la preservación del inmueble para que verdaderamente se opere de manera ecológica. Ya que si no se tomaran en cuenta o de plano se dejaran de lado las recomendaciones, carecería de sentido el gran trabajo que hay detrás de una casa como éstas. Así pues, la tierra nos exige tomar cambios sustanciales ahora mismo. De nueva cuenta la pregunta está en el aire: ¿Qué hará con ello?