A pesar de las lecciones pasadas, como por ejemplo el brote de SARS de 2003 o el tsunami de Fukushima durante el 2011 que expusieron debilidades ocultas en las cadenas de suministro, las empresas enfrentan hoy en día el desafío de gestionar las diferentes inquietudes y necesidades logísticas derivadas de las estrategias de abastecimiento y la gestión de riesgos ante la actual crisis sanitaria global por el COVID-19.
John Chen, vicepresidente Asia, de C.H. Robinson, indica que “si bien los eventos globales como la pandemia de coronavirus son imposibles de predecir, es posible amortiguar sus impactos aumentando la preparación de la cadena de suministro. Las empresas deben mantener sus contingencias en su lugar antes de que ocurra una crisis. Y cuando ocurran estas crisis, estas empresas volverán a crecer”. A continuación, se mencionan lecciones que la industria de la logística y las empresas puede extraer de la pandemia en curso sobre el manejo de su cadena de suministro:
1. Evaluar el diseño de la cadena de suministro. Las organizaciones deberían apuntar a optimizar la capacidad de producción y distribución en la cadena tomando en cuenta capacidades operativas dinámicas, en lugar de estáticas. Por ejemplo, diversificar las instalaciones de producción con fuentes locales de suministro en cada uno de los principales mercados, en lugar de depender de una sola fuente. Las empresas deben investigar a los proveedores en diferentes ubicaciones geográficas antes de desviar los envíos de los países afectados o considerar tener una fuente secundaria fuera de la región primaria para mitigar el impacto.
2. Aplicar los principios de gestión de riesgos de forma anticipada. Las empresas pueden gestionar proactivamente las posibles vulnerabilidades en cada etapa. Por ejemplo, tener una evaluación precisa del inventario es un hecho, pero también es fundamental comprender cómo las restricciones a las importaciones de China o a cualquiera de los países afectados afectarán el inventario actual y la cadencia de envío regular. Las estrategias de gestión del riesgo de interrupción, incluidos el mapeo y el monitoreo de proveedores, deben aplicarse al desarrollo de un plan informado en torno al inventario.
3. La estrategia de las personas primero. La salud y la seguridad de los empleados y clientes deben priorizarse en medio de esta situación en evolución. Siempre que sea posible, se deben activar las contingencias para arreglos de trabajo remoto en los casos que sea posible e implemente un plan de comunicaciones claro dentro de la organización. Hacerlo contribuirá en gran medida a mantener informados a los empleados y garantizará que las operaciones comerciales se vean mínimamente interrumpidas. Se debe involucrar a los proveedores alineando la preparación operativa, incluidos los números de personal adecuados y la planificación de instalaciones para sobretensiones y variaciones en el volumen.