En caso de mantenerse el pronóstico actual del 50% de reducción en el tráfico aéreo para 2020 respecto al 2019, debido a la pandemia del COVID-19, los aeropuertos de Latinoamérica dejarán de ingresar aproximadamente 5 mil millones de dólares (mdd), estimó el Consejo Internacional de Aeropuertos en América Latina (ACI-LAC).
En el primer semestre del 2020, los aeropuertos a nivel mundial registraron una actividad 51% por debajo de lo que se gestionó en el 2019 y la región llegó a tener una caída del 96% durante abril y mayo. Así, Rafael Echevarne, titular del organismo, indicó que “en los dos primeros trimestres de este año, calculamos que los aeropuertos de América Latina han dejado de ingresar mil 400 mdd por la falta de actividad. Es una situación muy preocupante”.
Cabe indicar que México no ha impuesto restricción alguna al tráfico aéreo durante la pandemia. Brasil y Chile mantuvieron sus espacios aéreos abiertos pero con restricciones, prohibiendo la entrada a personas que no tuvieran residencia en sus territorios. Y algunos países, como Ecuador y Perú reiniciaron sus operaciones comerciales. Por lo que ACI-LAC, en colaboración con la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) y la Asociación Latinoamericana y del Caribe de Transporte Aéreo (ALTA) han estado en constante comunicación con los gobiernos latinoamericanos.
Entre las peticiones que ha hecho ACI-LAC a las autoridades de la región está el diferimiento de pagos, así como postergar ciertas obras de infraestructura que eran urgentes antes de la pandemia, debido a la saturación de algunas terminales aeroportuarias pero que, ahora, ya no son tan primordiales. También pidió que se respete el uso de la regla de slots tanto por las aerolíneas como por los gobiernos.
“El transporte aéreo no es un lujo para América Latina, es una necesidad. Reactivar la industria es el gran reto. En Estados Unidos y Europa tienes la opción de ir en carro o en tren. Esa opción no existe en nuestra región: Ir en auto de Cancún a Ciudad de México no es concebible. En Colombia, por ejemplo, ir de Bogotá a Medellín en avión toma una hora y en carro son diez, atravesando carreteras peligrosísimas por infraestructura y orografía”, señaló Echevarne.