A partir del 5 de octubre y por los próximos quince días, la capital de Francia entrará en zona de alerta máxima por Covid-19, lo que significaría un confinamiento y con restricciones similares a las que se vivieron en marzo.
Lo anterior, luego de que, desde el pasado jueves, Olivier Verán, ministro de Sanidad parisino, comunicara que la ciudad ya había superado los indicadores establecidos respecto a los nuevos casos de contagios. “Estamos en una fase de agravamiento […] El número de contagios por Coronavirus se duplica aproximadamente cada 15 días”, sostuvo.
De acuerdo con lo establecido por las autoridades francesas, en París las universidades restringirán al 50% la asistencia física de estudiantes; los centros comerciales operarán con un aforo que cumpla con la asistencia a un cliente por cada cuatro metros cuadrados de superficie; quedan prohibidas las reuniones de más de 10 personas. Asimismo, los gimnasios, pabellones deportivos y piscinas permanecerán cerrados.
En cuanto a la industria restaurantera, ésta podrá seguir operando, siempre y cuando cumplan con el protocolo sanitario. Al respecto, Anne Hidalgo, alcaldesa de la capital de Francia, explicó que se tomarán “todas las medidas” con la finalidad de evitar los cierres y los despidos.
En este mismo sentido, el gobierno pidió a las empresas recurrir al Home Office y el teletrabajo “siempre que sea posible”.
Cabe mencionar que, a nivel nacional, la tasa de los test en cuanto a positividad es de 8.2 puntos porcentuales; el pasado sábado 3 de octubre, se registró en el país un nuevo récord al contabilizar 16 mil 972 nuevos contagios y 49 muertes.
Marsella, considerada como la segunda ciudad más grande de Francia, entró en esta fase de ‘alerta máxima’ desde el pasado 28 de septiembre, lo que obligó a los pobladores a cerrar bares y restaurantes, desatando olas y protestas entre los principales de la industria.