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En cambio los fideicomisos privados equivalen al 91.6% que han detonado a la economía.

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Toda la información que se ha estado manejando en torno a la aprobación de la Cámara de Diputados en cuanto a la desaparición de fideicomisos se refiere solamente a los fideicomisos públicos sin estructura, pero necesariamente a todos, ya que son diversos productos variados de acuerdo a su naturaleza.

“Estoy de acuerdo en la extinción de estos fideicomisos que muchas veces tenían el dinero ocioso o dinero que no necesariamente se estaba invirtiendo para generar cosas positivas en México; lo que sí creo, es que a través del modelo del Estado, se puede invertir de manera adecuada”, destacó en plática con Real Estate Market, el Presidente del Consejo de Administración de TMSourcing, Adolfo González Olhovich.

Olhovich agregó que cuando se “habla de fideicomisos públicos, el Estado, la 4T, ha respetado mucho la propiedad privada. No se está atacando a los fideicomisos privados, no se está atacando a la propiedad privada, lo que se está viendo es cómo dispersar el gasto público de otra manera”.

Desaparición, mínima

Dijo que este instrumento ha sido benéfico para el desarrollo del país, por la naturaleza de su formato debido a que si el gobierno de las mismas emplea las mejores prácticas en el mercado, no se presenta conflicto de interés, e incluso, atiende los temas de lavado de dinero, anticorrupción, transparencia y rendición de cuentas.

Sobre el impacto de la desaparición de los 109 fideicomisos que se dieron a conocer recientemente, González Olhovich aclaró la importancia económica de los mismos así como su mínima afectación:

“Tenemos 9.8 billones de pesos de valor de activos administrados en fideicomisos. De los cuales, 91.6% son privados, y 8.4% son fideicomisos públicos; y de los fideicomisos públicos sin estructura, —que son algunos de los que se extinguieron—, estamos hablando del 0.7% lo que desaparecieron. No se trata de un tema sistémico”.

Figura debe seguir vigente

Agregó que esta figura debe proseguir por el bien del país:

“Unir intereses a través de un fideicomiso es un acto que debería seguir y proseguir. Las sociedades, que tienen su complejidad, que son entes muy versátiles, pero muy estáticos en cuanto a su constitución y terminación, y el fideicomiso, es algo que muchos eligen para hacer asociaciones. Sin duda es una forma que seguirá funcionando en México”.

“Lo más importantes es que los vehículos fideicomisos igual que los demás vehículos, cuenten con un órgano de gobierno robusto, y sin conflicto de interés”.

“El Estado tiene muchas reglas y el gasto público tiene muchas formas de hacer las cosas que deben de funcionar; se debe trasmitir simplemente la manera correcta de cómo hacerlo”, concluyó.