A agosto de 2021, y según datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), en México hay cerca de 80 millones de contribuyentes activos registrados, de los cuales, más de 2 millones son personas morales y 77 millones son de personas físicas.
De éste monto, 7 millones son personas físicas con actividad empresarial y los restantes 69 son de contribuyentes que no tienen actividad empresarial.
Por otro lado, el robo de identidad ha sido un delito que ha ido al alza. El Gobierno Federal en marzo de 2020, a través de la Procuraduría de la Defensa del Contribuyente (Prodecon), dio a conocer que se habían detectado diversos casos de contribuyentes a los que se les ha usurpado o suplantado su identidad, “provocándoles consecuencias negativas con la autoridad fiscal, viéndose afectada su esfera jurídica y quedando en riesgo su patrimonio”.
Entre estos delitos, destaca la emisión y/o recepción de comprobantes fiscales (CFDI´s) de operaciones en las “que el contribuyente no llevó a cabo ciertas operaciones de compras o servicios que no solicitó”.
Por otro lado, el Gobierno Federal busca estar al día en las tendencias globales sobre impuestos. En 2022 se llevaron a cabo varios cambios a las reformas fiscales, que tomaron por sorpresa a propios y extraños. No solo fueron las modificaciones estructurales relevantes, como la nueva fase de la factura electrónica, sino ahora, sería la incorporación masiva de jóvenes.
“Los jóvenes, a partir de los 18 años, ya tienen la obligación de incorporarse al régimen fiscal, de darse de alta ante el Servicio de Administración Tributaria (SAT), con la finalidad de llevar una prevención y control ante las empresas fantasma. Había empresas que robaban la identidad de los jóvenes, para hacer precisamente este tipo de operaciones. Pero yo veo que la única finalidad del fisco es justo eso: llevar un control de todas aquellas operaciones fantasma y que se perjudique a los jóvenes”, destacó en charla con Real Estate Market & Lifestyle Sandra Labra, contadora y fiscalista del despacho alLabra.
Dijo que al registrarse y contar con un número de Registro Federal de Contribuyentes (RFC), “no se les genera ningún tipo de obligación. No están obligados a pagar ningún tipo de impuesto, ya que se están registrando como contribuyente sin actividad, para que no les genere ningún tipo de obligación fiscal”.
Labra estimó que podrían sumar varios millones a la nueva disposición: “Estimo que serían alrededor de 2 millones de jóvenes. Pero el objetivo es que, si tienen que respaldar con alguna factura un ingreso, ese ingreso sea lícito, emitiendo una factura a través del Régimen de Confianza por temas de algún servicio profesional”.
Cuestionada precisamente sobre los diversos regímenes para impuestos, dijo que aunque ya estaba el llamado RIF (régimen de incorporación fiscal) vigente desde 2014, ya se apresta su desaparición que actualmente va a desaparición.
El otro régimen, dijo, para personas físicas, es el Régimen de Actividad Empresarial y Profesional, que contempla a su vez el de plataformas digitales, para los jóvenes que realizan actividades de delivery a través de Uber Eats, Didi, Rappi y otras, las cuales se tendrían que hacer de manera mensual y una anual.
Para el caso del Régimen de Confianza, solo se deben dar de alta y mantenerse activos, con posibilidad de generar algún ingreso, pero que al mismo tiempo están libres de actividades, “ya que la mayoría se encuentra estudiando o haciendo otros tipos de actividades”.
Finalmente, dijo que para darse de alta, solamente se tiene que ingresar a la plataforma del SAT y hacer el registro del RFC con el CURP, su nombre completo, y la fecha de nacimiento, “para el cual te llevas aproximadamente 20 minutos”.
“Realmente, no lo veo como una obligación, sino como una protección para aquellos jóvenes para que corran menos riesgo de ser robada su identidad para hacer operaciones que no corresponden”, finalizó la contadora.