Tras desaparecer el Covid-19 del cuerpo, muchas personas no consiguen recuperarse completamente y presentan una gran variedad de síntomas crónicos, ya sean neurológicos, cognitivos o psiquiátricos, que se pueden prolongar durante semanas o meses después de la infección.
A ese conjunto de síntomas se le conoce como covid persistente o síndrome poscovid, que se define como la persistencia de síntomas que aparecen durante o después de la enfermedad, permanecen en el paciente por un tiempo no menor a tres meses y no se explican si se hace un diagnóstico alternativo.
En las 12 semanas posteriores al contagio, se han registrado hasta 62 signos diferentes de covid persistente, y según una investigación de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid (URJC), la fatiga es el síntoma persistente más común, independientemente de la variante con la que se contagiaron (wuhan, alfa o delta).
"Al mantenerse constante a través de las variantes, puede ser uno de los criterios clínicos clave para la definición de esta enfermedad”, expresó César Fernández de las Peñas, catedrático del Departamento de Fisioterapia y Terapia Ocupacional de la URJC.
Las causas de la fatiga
De acuerdo con varios estudios científicos, la causa de la fatiga como de otros síntomas, se debe a un proceso de neuroinflamación (inflamación del cerebro). Se suman evidencias que indican que el covid afecta, entre otros órganos, al cerebro, donde se han observado partículas víricas; en las autopsias que se realizaron, se apreció una inflamación con diversas lesiones: hemorragias, microinfartos o trombosis.
Además, se cree que la neuroinflamación también está relacionada con enfermedades como el síndrome de fatiga crónica o la fibromialgia. La diferencia está en que en la COVID se sabe que es el virus el que lo ha producido, mientras que en las otras patologías se desconoce la causa.
Sus síntomas
Tanto el covid persistente como la encefalomielitis miálgica (mejor conocida como síndrome de fatiga crónica) presentan síntomas similares que, en ambos casos, impiden la realización de tareas cotidianas y empeoran la calidad de vida de los pacientes.
Algunos de sus síntomas son:
-Desorientación y cansancio mental.
-Problemas para dormir.
-Dolores musculares.
-Ardor de garganta
-Faringitis recurrente y adenopatías
-Irritabilidad
-Mareos
-Nódulos linfáticos sensibles (ganglios)
-Problemas de memoria o dificultad para concentrarse
-Sensibilidad al frío
-Malestar o fatiga después de un esfuerzo; los síntomas empeoran después de realizar actividad física o mental
¿Cuál es el tratamiento?
El tratamiento que recomiendan los especialistas para la fatiga crónica se centra en aliviar los síntomas, y para ello, junto con el tratamiento médico que dependerá de las características individuales de cada caso, recomiendan un estilo de vida saludable:
-Hacer actividad física aunque sea mínima
-Tener una alimentación equilibrada
-Evitar, dentro de lo posible, el exceso de estrés y las preocupaciones
-Unos buenos hábitos de sueño, con medidas como acostarse y levantarse a la misma hora todos los días y no abusar de los fármacos para dormir, que pueden empeorar las dificultades cognitivas.
/Con información de ondacero.es/