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Una ceremonia original e inolvidable fue la que preparó París para la 33ª edición de los Juegos Olímpicos de Verano.

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París, sede olímpica en 1900 y 1924, aprovechó el escenario para mostrarse y a la vez contar su historia con música y canciones, teniendo como escenario el río Sena, donde parte de los 10 mil 500 atletas de las 205 naciones representadas surcaron las aguas en embarcaciones de diversos tamaños.

 

Todo inició con Zinedine Zidane, quien recibe la antorcha olímpica y la lleva en el metro parisino, donde la entrega a unos jóvenes, quienes la “pierden” ante un misterioso personaje encapuchado. Mientras eso sucedía, iniciaba el recorrido con los representantes de Grecia –como es la tradición por ser los iniciadores de los antiguos Juegos Olímpicos– y a continuación la delegación del Equipo de Refugiados, una historia iniciada en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016.

 

La música de la belle époque interpretada por un acordeonista se hizo presente al “desfilar” las delegaciones en el Sena. La flama olímpica es llevada por los techos parisinos por el protagonista enmascarado, hábil practicante del parkour.

No faltó el cancán bailado por hombres y mujeres, con sus atrevidas contorsiones a orillas del Sena. Mientras eso sucedía, el intrépido disfrazado cruzaba de lado a lado el río a través de un cable.

La catedral de Notre Dame, devastada en 2019 por un incendio, fue escenario de una exhibición musical en los andamios, donde actualmente se labora en su reposición. Y a continuación el héroe cubierto apareció en los talleres de Louis Vuitton, y de ahí pasó a la Casa de la Moneda, donde se fabricaron las medallas, las cuales llevan incrustado un fragmento de la Torre Eiffel original de 1889.

 

En su trayecto, el personaje llega al Museo del Louvre, donde descubre que el cuadro de la Mona Lisa (o Gioconda), desapareció.

 

Hubo un detalle simpático con los Minions, los pequeños personajes de la saga Mi Villano Favorito, quienes fueron los que secuestraron el famoso cuadro, pero por sus travesuras provocan un accidente en el submarino en el que viajaban y el famoso cuadro de Leonardo Da Vinci es recuperado mientras flota en el Sena.

Después de la interpretación de La Marsellesa, fueron presentadas las “Diez heroínas doradas”, representando a mujeres francesas que han hecho historia, incluyendo a la atleta Alice Milliat; la abogada Gisèle Halimi; Paulette Nardal, escritora y periodista; Jean Barret, exploradora y botánica; Christine de Pizan, escritora; Louise Michel, activista; Alice Guy, directora y guionista; Simone Veil, política; Olympe de Gouges, escritora, y Simone de Beauvoir, escritora y filósofa.

México ¡presente!

 

La delegación mexicana, conformada por 109 atletas, desfiló en la embarcación 120, con la clavadista Alejandra Orozco y el pentatlonista Emiliano Hernández como sus abanderados. Mientras surcaban los navíos, iniciaba una pasarela de moda incluyente con algunos modelos vestidos como drag queen, con la DJ Barbara Butch y el rapero Rim’K.

 

Por su parte, los atletas rusos y bielorrusos desfilaron bajo la bandera olímpica, Australia fue la penúltima delegación en presentarse, por ser sede de los Juegos Olímpicos de Brisbane 2032, y Estados Unidos al final, como sede olímpica en Los Ángeles 2028. Desde Tahití, a 13 mil km de París, los surfistas olímpicos mandaron un saludo.

Juliette Armanet y el pianista Sofiane Pamart pusieron la parte emotiva al interpretar Imagine de John Lennon. A continuación, una jinete montada en un caballo mecánico “cabalgó” sobre el Sena, mientras en la televisión se proyectaban imágenes de Pierre de Coubertin, fundador de los Juegos Olímpicos modernos. Al llegar al Trocadero, el rocín metálico se convirtió en un corcel blanco y la jinete recibió la bandera olímpica, misma que es izada bajo las notas de un coro y una orquesta que interpretaron el Himno Olímpico. En una breve ceremonia, Filippo Grandi es reconocido con el Laurel Olímpico por la creación del Equipo de Refugiados para darles la oportunidad de convertirse en atletas.

 

 

La bienvenida olímpica estuvo a cargo de Tony Estanguet, presidente del comité organizador, y de Thomas Bach, titular del Comité Olímpico Internacional. La inauguración oficial fue realizada por el presidente francés Emmanuel Macron, seguido del juramento olímpico de atletas y jueces.

 

Después, Zinedine Zidane recibe del hombre anónimo el fuego olímpico, mismo que le cede al tenista Rafael Nadal, y continúa el espectáculo de rayos láser desde la Torre Eiffel. En una embarcación, Nadal se encuentra con la también tenista Serena Williams, el velocista Carl Lewis y la gimnasta Nadia Comaneci, con quienes lleva la flama olímpica.

 

 

Vendrían más relevos del fuego olímpico con la tenista Amelie Mauresmo, el basquetbolista Tony Parker, entre otros atletas olímpicos y paralímpicos. El ciclista Charles Gustave Léonce Coste, de 100 años de edad, medallista olímpico en Londres 1948, entrega la antorcha a la velocista Marie-José Perec y al judoka Teddy Rinner, quienes encienden el pebetero olímpico en forma de globo, el cual permanecerá elevado sobre las Tullerías hasta el 11 de agosto, mientras la cantante Celine Dion interpretaba Hymne A L’Amour de Édith Piaf, para así dar por finalizada la ceremonia de más de cinco horas de duración.