En un momento crucial para la movilidad urbana y la sostenibilidad, México da un paso firme hacia la descarbonización del transporte de carga. C40 Cities, The Climate Pledge (TCP) y Vemo –empresa mexicana de tecnología limpia– anunciaron una alianza estratégica para acelerar la transición justa hacia la electrificación del sector logístico, uno de los más contaminantes del país.
Como primer paso tangible, Vemo inauguró en la Ciudad de México el centro de carga multipropósito público más grande del país, diseñado para atender tanto a vehículos de última milla como a camiones de servicio pesado. Este centro será la base para un proyecto de demostración, desarrollado en conjunto con C40 y The Climate Pledge, que permitirá probar y perfeccionar la operación de flotas eléctricas en condiciones reales.
“Marca este paso una evolución en el trabajo conjunto entre Vemo y Climate Pledge, del cual somos signatarios desde 2024. A través de esta alianza, buscamos garantizar que las empresas con flotas eléctricas tengan acceso a infraestructura de carga confiable y asequible”, afirmó Constantino Rodríguez, director comercial de Vemo. “Queremos eliminar barreras en las operaciones diarias para acelerar la transición hacia una movilidad más limpia y eficiente”, agregó.
Pero el reto no es menor. Según el más reciente inventario de emisiones de la Ciudad de México, el transporte representa el 45% del consumo energético metropolitano y es la principal fuente de contaminación del aire. De ahí la relevancia de este esfuerzo conjunto, que se propone no solo reducir emisiones, sino también mejorar la calidad del aire y la salud urbana.
En el mismo sentido, Sarah Dimson-Tararuj, jefa de proyectos estratégicos del Climate Pledge –impulsado por Amazon–, destacó la importancia del compromiso empresarial: “El involucramiento de signatarios como Vemo subraya el poder de la colaboración intersectorial para cumplir la meta de cero emisiones netas de carbono para 2040”.
También, busca el proyecto Laneshift-Ciudad de México generar señales de demanda que impulsen nuevas inversiones y políticas públicas efectivas, necesarias para la expansión de vehículos eléctricos en el transporte de carga.
Más que un piloto tecnológico, la alianza pretende construir un ecosistema: infraestructura, incentivos, capacitación y confianza para un cambio estructural.