Los espacios de convivencia serían móviles y totalmente autónomos, personalizados para la flexibilidad y confort de sus habitantes. Esto permitiría moverse libremente por la ciudad, dando a sus habitantes “la oportunidad de vivir dinámicamente”. El sistema modular ofrecería una amplia variedad de programas, desde espacios para huertos y cocinas hasta para zonas de trabajo y dormitorios.
Marquet prevé que los sistemas se ensamblen en instalaciones de fabricación automatizadas que también funcionen como centros culturales y educativos. Asimismo, cada módulo sería energéticamente eficiente y autosuficiente, informó Archdaily.