El reto actual del urbanismo es acomodar la diversidad y densidad poblacional para generar proximidad entre los ciudadanos, por lo tanto, un modelo de planeación urbana impactaría en la calidad de vida de las personas mediante soluciones simples, en pequeña escala, de baja tecnología y bajo costo.
Lo que ayudará a hacer más fácil, atractiva y confortable la vida, sostuvo el urbanista David Sim, de la firma danesa Gehl Architects, en entrevista con Real Estate Market & Lifestyle, a propósito del lanzamiento de su libro ‘Ciudad Suave’.
El especialista definió a una ciudad 'suave' como la que considera que la organización y el diseño del entorno deben ser construidos para tener un movimiento y comodidad más fluidos, una gama de diferentes tipos de edificios y un diseño que garantice un entorno urbano sostenible.
“En lugar de desarrollar nuevas tecnologías complejas para resolver los desafíos de la creciente urbanización, se pueden buscar soluciones simples, lo más suave puede ser más inteligente”. En este sentido, señaló que México y Latinoamérica son zonas de ideas, que están abiertas al cambio.
Ya que ha trabajado en proyectos en Buenos Aires y Sao Paulo, cree “que hay oportunidades tanto culturales como naturales en América. Existe una fuerte cultura ‘latina’ de ser muy sociable” y saber cómo disfrutar usando el espacio público; esta es una gran base para una ciudad centrada en las personas.
La región tiene un clima que permite a las personas pasar tiempo al aire libre, “algo que no tenemos en Escandinavia”; el clima permite que la vegetación florezca, lo que es vital para reducir la temperatura, la contaminación y el ruido, cuando estamos rodeados de vegetación, hay enormes beneficios para la salud física y mental.
A pregunta expresa de si lograr este cambio ¿sería un trabajo entre la Iniciativa Privada y el gobierno? Sim señaló que “hay un rango de soluciones, la ciudad suave no tiene solo una respuesta. Desde el punto de vista de la arquitectura, del urbanismo, de la política y de la economía, hay un desafío para todos.
“Quienes toman decisiones tienen que ser conscientes de que con muy poco se puede incrementar la calidad de vida y el valor de los barrios. Algunas sillas, banquetas más anchas, más árboles, más parques, incentivar los negocios locales, todos son elementos sencillos que cambian los espacios”, afirmó.
Sea cual sea la solución para cada desafío, dijo, debe ser relevante para las personas: es primordial que los ciudadanos se sientan implicados, pues todos compartimos la ciudad, no importa la ideología o grupo social, “es mejor tener una ciudad agradable para todos” y no hace falta gastar mucho para conseguirlo.