Tras más de medio siglo sin nuevos desarrollos aeroportuarios a gran escala en Australia, el Aeropuerto Internacional de Western Sydney marca un hito. Localizado en el barrio de Badgerys Creek, al oeste de Sídney, la terminal ha sido concebida para operar las 24 horas y dar servicio como el segundo aeropuerto de la ciudad, con apertura prevista para finales de 2026.
La propuesta arquitectónica destaca por un techo ondulante de listones de madera que filtra la luz solar de forma natural, evocando la manera en que el sol incide sobre la corteza del eucalipto, una referencia directa al ecosistema de la llanura de Cumberland.
Responde la arquitectura tanto a la funcionalidad operativa como a una experiencia sensorial del viajero. Se trata de un edificio modular y escalable, con integración fluida entre espacios interiores y exteriores, además de una paleta de materiales cálidos que refuerzan la sensación de bienvenida.
Desde el enfoque de sus creadores, la luz natural fue un componente clave en el diseño. “La gran luz australiana ha sido central en nuestro pensamiento”, comentó David Holm, director de Cox Architecture. Por su parte, Cristiano Ceccato, de Zaha Hadid Architects, subrayó la ambición de generar una terminal “arraigada en su entorno y competitiva a nivel global”.