Después de una semana de intentos, el buque se logró alejar 102 metros de su posición de encallamiento y se rectificó 80% de su posición original.

Sin embargo, todavía no se sabe hasta cuándo podría reanudarse la comunicación marítima por esa vía de infraestructura, cuyo embotellamiento marítimo afecta a más de 367 embarcaciones en el Mar Rojo, que se suma a la presión por las rutas marítimas mundiales, afectadas ya por el Covid-19.

Joanna Konning, experta en Comercio Internacional destacó que el cierre afecta al comercio mundial, ya que “todos querían volver a la normalidad y satisfacer una demanda de mercancías a nivel mundial. El bloqueo pone en relieve lo delicado del equilibrio mundial económico”.

Ante la espera, decenas de embarcaciones que llevan mercancías, alimentos, manufactura y otros bienes a Europa y otras partes del mundo, tienen que hacer recorridos de hasta más 3 mil kilómetros para bordar al continente africano y cumplir con los compromisos económicos.

Se estima que más del 10% del comercio mundial pasa por el Canal de Suez. El estimado del bloqueo provocado por un fuerte viento que afectó al Ever Given, hasta ahora involuntario, le cuesta al comercio internacional cerca de 10 mil millones de dólares cada día.

Mientras, continúa la labor de un equipo internacional de dragado para desencallar al buque, que tiene un peso superior a las 200 mil toneladas.

Se maneja la opción de retirar la carga para poder mover al barco, “pero si hay un error, la maniobra podría acabar en tragedia. Si la maniobra no se hace adecuadamente, el buque podría quebrarse por la mitad y provocar un derramamiento de combustible importante en África, con lo que el Canal podría quedar inutilizad, incluso, durante años”, calculó el especialista marítimo Sal Mercogliano.

Con información de Deutche Welle, El País e Infobae.