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La nueva tienda insignia de Cartier en el Miami Design District, diseñada por Diller Scofidio + Renfro y la interiorista Laura González, combina una fachada inspirada en una joya vintage con interiores que evocan el paisaje tropical de la ciudad.

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El estudio neoyorquino Diller Scofidio + Renfro (DS+R) ha completado la ampliación de la tienda insignia de Cartier en el corazón del Distrito de Diseño de Miami, creando un edificio que combina sofisticación artesanal y lenguaje contemporáneo.

 

Su envolvente fachada de cristal ondulado —inspirada en un broche Cartier de 1909— convierte la joyería en una pieza arquitectónica luminosa y escultórica.

 

 

Situada en la esquina de NE 39th Street y Paseo Ponti, la tienda se presenta como un volumen semitransparente que busca mantener el equilibrio entre visibilidad y misterio. La superficie de vidrio, grabada con un delicado patrón vintage, permite entrever los interiores sin exponerlos completamente, evocando la dualidad entre exclusividad y apertura.

“Concebimos la fachada envolvente de vidrio ondulado para atraer a los transeúntes y, al mismo tiempo, integrar la tienda con la calle”, explicó Elizabeth Diller, socia fundadora del estudio.

El diseño interior estuvo a cargo de la reconocida diseñadora Laura González, quien transformó el espacio en un viaje sensorial inspirado en el paisaje natural de Miami.

 

La escalera central de mármol verde camelia, con pasamanos dorados, actúa como eje visual y simbólico del recorrido. A su espalda, un mural vibrante que representa corales, palmeras y el horizonte de Miami refuerza la conexión con el entorno tropical.

 

Cada detalle refleja una interpretación arquitectónica del lujo: formas orgánicas, luz natural tamizada y materiales nobles. La terraza en la azotea, acondicionada con vegetación y mobiliario hecho a medida, refuerza la conexión entre el diseño y el clima de Miami.

 

 

“Imaginé la tienda como una sucesión de paisajes destinados a despertar la curiosidad y el asombro”, señaló González. Esa filosofía se traduce en un espacio que celebra la identidad de Cartier a través de la arquitectura sensorial, donde cada curva, textura y reflejo encarna la esencia de la joya como obra de arte.