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Construirán un desarrollo residencial de alta gama, que buscará la certificación de Living Community Challenge del Living Future Institute.

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Con una inversión de 5 mil millones de pesos (mdp), en una extensión de 195 hectáreas, ubicadas entre los Valles de la Ciudad de México y de la ciudad de Toluca, se inició un proyecto inmobiliario que generará 2 mil empleos directos que se planea sean trabajadores de las comunidades vecinas al mismo.

Es un proyecto residencial sustentable que planea que el 86% de la superficie sean áreas verdes y el 14% restante para la construcción de vivienda residencial.

A través de un comunicado, indicaron que con el objetivo de crear un proyecto residencial caracterizado por su valor social y ambiental en el municipio de Lerma, Estado de México, Reserva Santa Fe arrancó su edificación en un espacio de 195 hectáreas, de las cuales 110 son área boscosa protegida bajo la figura de reserva nacional privada.

Describieron que es una iniciativa inmobiliaria que conjunta a las comunidades locales, a las autoridades y a la iniciativa privada para conservar el corredor boscoso que divide los Valles de la Ciudad de México y de Toluca.

Se le considera como el primer desarrollo inmobiliario con huella ecológica positiva, es el único proyecto en América Latina y uno de los 24 en todo el mundo registrado para obtener la certificación de Living Community Challenge del Living Future Institute, el estándar de calificación más riguroso en cuanto a construcción sustentable.

La primera etapa del proyecto se realizará en un periodo de tres años, sin embargo, los trabajos de construcción se mantendrán activos por siete años más, una vez que se concluya la edificación de las viviendas. El proyecto contempla la construcción de 500 casas de nivel premium, aunque el uso de suelo les permite hasta mil 500, pero optaron por  un desarrollo de baja densidad.

Algunos de los datos ecoeficientes que se estiman durante su edificación y operación son la captación de agua pluvial para uso y recarga de mantos acuíferos; descarga cero, manejo y tratamiento de aguas residuales totales; diseño de irrigación pasiva del paisaje y colocación de paneles solares en las viviendas para la generación de toda la energía eléctrica que se consuma. También se planea la existencia de una estación de monitoreo, en la que investigadores especializados levantarán variables de evaluación que registren la evolución de la salud del bosque.

Rafael Díaz Leal, secretario de Desarrollo Urbano y Obra del gobierno del Estado de México, señaló que el proyecto “tiene un impacto positivo en el medio ambiente a diferencia de los demás proyectos residenciales, porque tiene un potencial de regeneración de los bosques, de recarga de los mantos acuíferos, en la captación de agua de lluvia y más elementos que en términos de sustentabilidad lo hace un proyecto redondo”.