Como en un juego de naipes, el tercer impago de un bono en formato de pagaré de 10. 5% con un interés combinado con vencimiento en 2024 de la inmobiliaria Evergrande vencido ayer por un monto 148 millones de dólares, apunta a una nueva política inmobiliaria en China.
Actualmente, la mayoría de los desarrolladores inmobiliarios en ese país dependen de las “preventas”, en las que los compradores pagan por adelantado los apartamentos sin terminar.
Esta práctica, que brinda efectivo a las constructoras y su disponibilidad de crédito, potencialmente deja a los compradores sin apartamentos terminados en caso de que los desarrolladores fracasen, por lo que los especialistas afirman que esta crisis estaría por acabarse con una nueva política.
En análisis, las preventas
“Las preventas y acuerdos similares fueron la mayor fuente de financiamiento del sector (inmobiliario) este año, al menos, hasta agosto”, destacó la Oficina Nacional de Estadísticas de China.
Aunque las autoridades no han hecho declaraciones públicas claras sobre sus planes para tratar con los desarrolladores más endeudados, muchos economistas creen que el gobierno no tendrá más remedio que mantener la presión a las constructoras, como primera medida.
En esencia, las autoridades renovarían el modelo impulsado por la deuda y la especulación como parte de los esfuerzos más amplios del presidente Xi Jinping para desactivar una crisis que podría desestabilizar a la sociedad frente a las reuniones del Partido Comunista para 2022, cuando el mandario extienda su gobierno a un tercer mandato, por lo que tendría que enviar mensajes de seguridad de su liderazgo.
Crece el problema
Según Infobae, el saldo pendiente de los desarrolladores chinos es asombrosa, ya que es superior a los 5 billones de dólares en deuda asumida al menos, hasta 2016 cuando había mejores tiempos, según economistas de Nomura Holdings.
Esa deuda, en referencia a hace cinco años, representaba más que toda la producción económica de Japón, que es la tercera economía más grande del mundo, al menos hasta 2020.
Ola de impagos
Actualmente, los mercados globales se preparan para una posible ola de impagos, con señales de advertencia sobre la deuda de aproximadamente dos quintos de las empresas de desarrollo chinas que deben pagar los bonos de inversores internacionales.
Otra señal de inquietud en el mercado fue la desaceleración de los productos chinos de fideicomisos inmobiliarios, que cayeron 40% en septiembre respecto a agosto, informó el diario oficial Shanghai Securities News.
Los productos fiduciarios inmobiliarios recaudaron 16.200 millones de yuanes (o 2,500 millones de dólares) en septiembre, monto 44.8% menos que agosto, dijo el periódico, citando datos de Usetrust.
Otra salida
Posterior a los impagos de las desarrolladoras, las empresas ya luchan en medio de las restricciones a los préstamos del gobierno y por el aumento del costo de la emisión de bonos.
Los especialistas afirman que si el mercado de productos fiduciarios inmobiliarios se contrae, podría apretar más el financiamiento de un sector que sufre una ralentización de las ventas de departamentos.
Por el contrario, los productos fiduciarios que canalizan dinero hacia los mercados de capital experimentaron un aumento en popularidad y recaudación de fondos, dijo Shanghai Securities News.
Evergrande tiene una deuda superior a los 300 mil millones de dólares a corto plazo. Con su liquidez comprometida, ha incurrido en algunas prácticas de venta, cuando menos, dudosas. Según la prensa especializada, otra alternativa que tendría el gobierno chino a través de su Banco Central, sería la intervención de la inmobiliaria, tema que ha insinuado la institución y que de ocurrir, no representaría una novedad, pero sí podría brindar algo de estabilidad a los mercados.
Con información de Infobae, El Economista de España y Reforma.