Después de que el comunismo más ortodoxo terminó con la muerte de Mao Zedong (1976), en 1979 China abrió sus puertas a la inversión extranjera.
La entrada de capitales fue creciendo exponencialmente en las siguientes décadas, a medida que el PIB chino se expandía a un ritmo promedio de más del 9% anual. Sin embargo, esa tendencia comenzó a revertirse.
Información publicada por la BBC señaló que en el primer trimestre del año, los inversionistas foráneos retiraron USD 150 mil millones en activos financieros en yuanes, principalmente bonos.
La fuga de acciones continuó en abril, de acuerdo con un informe del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF), entidad que pronosticó para este año una salida de activos de China de USD 300 mil millones, más del doble de los USD 129 mil millones en 2021.
A continuación, te compartimos una investigación de la BBC sobre las cuatro principales causas de dicha tendencia.
- La estrategia "COVID CERO".
En Shanghái, que acapara el 5% del PIB nacional, el gobierno impuso estrictos confinamientos, mientras que en otras ciudades endureció las medidas anticovid, reduciendo la actividad empresarial.
Dichas medidas hicieron que el desempleo en las ciudades superará el 6%, por lo que su economía se contrajo un 0.68% en abril y pocos creen que China logre el objetivo de crecimiento para este año del 5.5%, cifra modesta en comparación con las de años anteriores.
En opinión de Nick Marro, analista principal en Hong Kong de Economist Intelligence Unit (EIU), la estrategia de "cero covid" no invita a los capitalistas a apostar por China "ya que las reglas pueden cambiar sin previo aviso, lo que dificulta la planificación y aún más las decisiones sobre futuras inversiones".
- La crisis inmobiliaria.
En las últimas décadas, la construcción de viviendas ha sido uno de los motores de crecimiento de la economía china. Sin embargo, se encuentra en crisis desde el 2021 por el fuerte endeudamiento de los gigantes locales del sector, con Evergrande a la cabeza.
Aunque la crisis inmobiliaria empezó antes, los temores de los inversionistas extranjeros sobre sus consecuencias en la salud económica del país en combinación con los efectos de "covid cero" y otros factores, son recientes.
Al respecto, las autoridades chinas tomaron algunas medidas para revitalizar el mercado inmobiliario, entre ellas varios recortes de los tipos de interés de las hipotecas a golpe de decreto del Banco Central del país.
Situación que coloca a China como uno de los pocos países que van contra la corriente. Mientras el Banco Central Europeo y la Reserva Federal (FED) anuncian subidas de tipos para combatir la inflación, Pekín recurre a los estímulos para aliviar su crisis inmobiliaria y revitalizar su economía, una apuesta que muchos consideran arriesgada en plena escalada de precios a nivel global.
- Rusia, tensiones geopolíticas y derechos humanos.
La guerra ha llevado a muchos inversionistas a cuestionarse ¿qué ocurriría con sus activos en China? si Xi Jinping emprende una operación militar en Taiwán, sofoca por la fuerza un levantamiento popular en Hong Kong o decide resolver por las armas las disputas territoriales que mantiene abiertas con 5 de sus vecinos.
Juan Ramón Rallo, economista, académico y escritor, destaca la tendencia a la regionalización del comercio global con dos zonas principales de influencia: Europa-Estados Unidos por un lado, y por el otro están China-Rusia.
Para las empresas occidentales, "tener parte de su cadena de valor en el otro bloque se puede convertir en una desventaja", dijo, por lo que parte de ellas optarían por renunciar a esos mercados.
- La ofensiva contra el sector privado.
Tanto el "milagro económico" chino como la avalancha de flujos de capital que en gran medida lo hicieron posible, vinieron de la mano de reformas orientadas al libre mercado y al desarrollo de las empresas privadas.
Agregó que en varios sectores se observa la reciente tendencia al proteccionismo y la intervención, especialmente en el de la tecnología, donde las preocupaciones de seguridad nacional se imponen sobre todo lo demás.
Por último, el analista mencionó que el gobierno chino está dando cada vez más poder a las entidades estatales, lo que podría jugar en contra de su objetivo de reactivar el crecimiento económico.