Para tomar una buena decisión financiera y entrar al mundo de los bienes raíces como inversionista, es importante conocer las posibilidades, alcances y esquemas disponibles.
Como el esquema de pool de rentas, que permite generar rendimientos sin la necesidad de comprar una propiedad en su totalidad y por lo mismo, ha cobrado notoriedad entre la comunidad de inversionistas.
La principal ventaja de este modelo de inversión consiste en que las personas pueden invertir en cualquier tipo de inmueble, desde una casa, departamento u oficina, hasta un centro comercial. Cabe señalar que las ganancias son equivalentes al monto de inversión y porción del inmueble adquirido.
“Quienes invierten en estos modelos no requieren de grandes sumas de recursos. Esto puede resultar atractivo porque fomenta la participación en proyectos que podrían estar fuera del alcance de algunas personas en condiciones ordinarias”, comentó Alberto Martínez, CEO de DIAM.
De acuerdo con la desarrolladora inmobiliaria, las razones principales para invertir en un pool de rentas son:
- El acceso
Brinda acceso a diversas propiedades que, en algunas ocasiones, resulta imposible invertir debido a su alto costo, a menos que se cuente con un gran capital. “Probablemente, una casa, departamento, local u oficina puede tener un valor muy alto, por lo que a través de un pool de rentas es posible bajar ese ticket con un recurso menor y obtener ganancias de propiedades que se encuentran en grandes ubicaciones sin necesidad de comprar un inmueble en su totalidad”, explicó el CEO.
- Diversificación
Al invertir en un pool de rentas se puede diversificar la cartera y con ello reducir riesgos, ya que no se depende de una sola unidad para obtener ganancias. Esta estrategia también puede ayudar a mitigar el impacto negativo de un bajo rendimiento en un activo específico, ya que el rendimiento en otras inversiones pueden compensarlo.
- Seguridad jurídica
Como el pool de rentas se desarrolla principalmente bajo una figura de fideicomiso, al momento de participar en la inversión se adquiere un activo que posteriormente puede venderse tras un tiempo. Además, la propiedad queda bajo la administración de una persona experta, la cual se encarga de tomar las decisiones que considere adecuadas para que la operación se desarrolle por buen camino. Existe otra forma de seguridad jurídica, además del fideicomiso, denominada copropiedad, en donde varios inversionistas son copropietarios de uno o más inmuebles y acuerdan rentarlos a una tercera persona. Este esquema es benéfico para quienes se conocen entre sí, ya que las rentas se plantean durante una fase prolongada de tiempo.