1. Visite el barrio en horarios distintos. Una colonia puede verse tranquila de día o ser un barrio de oficinistas que se paraliza el fin de semana, pero, en la noche puede estar llena de autos y de gente que sale de fiesta, advierte el sitio. En este sentido, Ernesto Altar, director de Gual Bienes Raíces, recomienda: “Antes de mudarme, haría dos recorridos: uno entre semana y otro en sábado y domingo. Por la cuestión laboral y por las escuelas algunos sitios están saturados de coches entre semana”.

2. Preste atención a las actividades del barrio. Es básico reconocer qué actividades realizan los vecinos o si es un barrio que atrae a visitantes, ya que esto afectará el valor del inmueble. Verifique si hay casas con usos distintos al habitacional, ya que de existir giros no autorizados, el valor de su vivienda disminuirá.

3. Infraestructura en el rumbo. Averigüe cómo operan los servicios de luz, agua, gas y recolección de basura. Eso se puede indagar con el vendedor, el casero o los vecinos. Para lo anterior, el Sistema de Aguas de la Ciudad de México (SACM) publica eventualmente cortes al servicio por zonas, lo que puede darle una idea. En cuando a estadísticas sobre seguridad, éstas se pueden encontrar en la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad de México.

5. Adapte su estilo de vida. Es necesario revisar si hay centros comerciales, tiendas de conveniencia, restaurantes, cines, centros deportivos o gimnasio, lo que evitará largos traslados y permitirá ahorrar en costos de transporte.