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Un análisis de Bright MLS y la Universidad George Mason reveló que el Covid-19 cambió la asequibilidad, el suministro y las preferencias de vivienda en el futuro previsible.

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La pandemia de Covid-19 no solo cambió temporalmente cómo y dónde vive la gente, ya que las acciones gubernamentales de los últimos tres años, junto con una mayor libertad para trabajar de forma remota de forma indefinida, afectarán la asequibilidad, la cantidad disponible para la venta y las opciones de vivienda de las personas en los próximos años.

Así lo dio a conocer Bright MLS en dos informes, investigación que se llevó a cabo en asociación con la Universidad George Mason, la cual examinó las transacciones de venta de viviendas dentro de la región del Atlántico Medio entre 2018 y 2023 para evaluar el impacto a largo plazo de la respuesta del gobierno al Covid-19 y el trabajo remoto en el mercado inmobiliario de Estados Unidos.

"Para muchas personas, la pandemia trastocó el mercado inmobiliario, abrió nuevas oportunidades de propiedad de vivienda e impulsó a otros a reevaluar dónde querían vivir y qué querían en una casa", señaló la doctora Lisa Sturtevant, economista jefe de Bright MLS.

De acuerdo con la investigación, los pagos de estímulo federal y la política monetaria de la era de la pandemia, junto con el trabajo remoto, permitieron que más personas se convirtieran en propietarios de viviendas, especialmente personas y familias con tasas de propiedad de vivienda tradicionalmente más baja.

 

Sin embargo, “esas mismas políticas tuvieron un impacto importante en la asequibilidad, la oferta y preferencia de vivienda que dará forma al mercado inmobiliario durante los próximos tres a cinco años", destacó la economista.

 

Asequibilidad de la vivienda

Las bajas tasas y el aumento del ahorro impulsaron la demanda, lo que provocó que los precios de las viviendas en todo EU aumentaran rápidamente.

En el Atlántico Medio, los precios de las viviendas subieron más del 40% entre 2020 y 2022, un ritmo de crecimiento de precios más rápido que durante la burbuja del mercado inmobiliario de 2005-2007. Como resultado, la asequibilidad de la vivienda se encuentra ahora en su nivel más bajo registrado; por ejemplo, un hogar necesita un ingreso de más de 120 mil dólares para comprar una casa típica en la región.

Para Sturtevant, los precios más altos, junto con las tasas hipotecarias que finalmente subieron, están dejando fuera del mercado a muchas personas, particularmente a los compradores de vivienda primerizos. “Retrasar la propiedad de una vivienda demora la creación de riqueza. Aunque algunos se beneficiaron durante la pandemia, aquellos que perdieron la oportunidad se están quedando cada vez más atrás”, enfatizó.

 

Oferta de vivienda

Las acciones de la Reserva Federal, que primero llevaron a que las tasas hipotecarias alcanzaran mínimos históricos y luego las hicieron aumentar al ritmo más rápido de la historia, crearon un nuevo obstáculo para la oferta: los propietarios de viviendas se abstuvieron de mudarse porque querían mantener a sus actuales tipos hipotecarios bajísimos, de acuerdo con el informe.

"Tanto la demanda como la oferta del mercado inmobiliario fueron bloqueadas por la política de tasas de interés. El inventario en la región del Atlántico Medio es menos de la mitad de lo que era antes de la pandemia y las nuevas listas mensuales están en su nivel más bajo en dos décadas", indicó Sturtevant.

Este bajo inventario, dijo, es lo que ha mantenido los precios de las viviendas en aumento, incluso cuando las tasas hipotecarias más altas han desacelerado la demanda. La perspectiva es que el bajo inventario continúe al menos durante los próximos 12 meses a 3 años.

 

 

Prioridades de los compradores

Al demandar más espacio y la voluntad de alejarse del núcleo urbano durante la pandemia, hicieron que los precios de las viviendas subieran más rápidamente en los mercados suburbanos de la región del Atlántico Medio.

La investigación mostró que las tendencias de los precios de las viviendas variaban según los tipos de trabajos en el área metropolitana. Cuando el trabajo desde casa sigue siendo una opción, es probable que persistan las tendencias de los precios de las viviendas que surgieron durante la pandemia.

"Dado que el trabajo desde casa sigue siendo muy común para algunas empresas e industrias, las preferencias de vivienda son muy diferentes hoy en día de lo que eran para millones de estadounidenses antes de la pandemia", comentó la economista.

Como los desplazamientos ya no son un factor, muchos pueden sentirse cómodos intercambiando la proximidad a un área urbana por asequibilidad y más espacio.