A lo largo del tiempo, las últimas cuatro décadas, el país ha experimentado diversos momentos económicos que lo han catapultado hasta volverse en el centro de la atención global.
Después de los periodos conocidos como crisis recurrentes, de los años 70, 80 y principios de los 90, México inició un cambio en su estructura económica abriendo su economía, primero por el ingreso al GATT (Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio) y posteriormente al negociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
Desde la negociación del tratado hasta su inicio en 1994, arrancó un momento económico nunca antes visto, con una gran atracción de Inversión Extranjera Directa (IED).
El primer Momento
La negociación y entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en 1994, propiciaron una serie de cambios significativos en la economía de México. En primer lugar, el TLCAN eliminó gradualmente las barreras arancelarias entre México, Estados Unidos y Canadá, lo que facilitó el comercio y la inversión entre las tres naciones. Esto llevó a un aumento en el flujo de bienes, servicios y capitales, impulsando la integración de México en la economía global.
Además, el TLCAN atrajo una oleada de IED a México, ya que las empresas internacionales buscaban aprovechar las ventajas de costos y la ubicación estratégica del país. Esta inversión contribuyó al crecimiento económico, la creación de empleos y la modernización de sectores clave, como la industria manufacturera y el sector automotriz.
Durante la administración de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), México captó flujos de capital productivo del exterior por 28 mil 934 millones de dólares (mdd), que significaron un promedio anual de 4 mil 822.4 mdd. Si bien fue durante esta administración federal cuando se negoció el TLCAN y durante su último año entró en vigor, realmente fue en el sexenio siguiente cuando se reflejó el creciente interés de inversionistas foráneos en México.
A pesar de que el sexenio de Ernesto Zedillo (1994-2000) inició con una crisis devaluatoria que derivó en una fuerte recesión, la captación de IED se incrementó a un total de 68 mil 950 mdd, que significó una media anual de 11 mil 491.7 millones de dólares.
Dichas cifras representaron un incremento de 138% en el flujo de capitales externos que llegaron a sectores productivos con respecto al sexenio anterior. Duplicar la IED fue directamente atribuida al inicio del TLCAN.
Por otro lado, la competencia generada por el tratado comercial también obligó a las empresas mexicanas a volverse más competitivas y eficientes para poder sobrevivir en un mercado más abierto y exigente. Esto condujo a una mayor productividad y mejoras en la calidad de los productos y servicios ofrecidos por las compañías nacionales.
En resumen, la negociación y entrada en vigor del TLCAN en 1994 transformaron a la economía mexicana al promover la integración regional, estimular la inversión extranjera que se duplicó, mejorar la competitividad empresarial y contribuir al crecimiento económico del país.
Mexican Moment 2.0
En las administraciones de Vicente Fox (2000-2006) y Felipe Calderón (2006-2012) se mantuvo la inercia positiva de la IED, ya que pasó a acumular 144 mil 453 mdd y 154 mil 339 mdd en cada periodo, respectivamente.
Pero fue con las reformas estructurales propuestas por la administración de Peña Nieto (2012-2018) que generaron una visión internacional positiva sobre México, debido a la expectativa de que estas medidas impulsarían el crecimiento económico y la competitividad de la nación. Estos ajustes abarcaron diversos sectores clave como energía, telecomunicaciones, educación, financiero y laboral, con el objetivo de promover la inversión, aumentar la productividad y fomentar la inclusión social.
Entre las expectativas asociadas con estas reformas estaban la apertura del sector energético a la inversión privada, lo que se anticipaba que incrementaría la producción de petróleo y gas, así como la modernización y expansión de la infraestructura energética. Además, se esperaba que la liberalización del sector de telecomunicaciones se optimizara la calidad de los servicios y redujera los costos para los consumidores.
En el ámbito laboral, las reformas buscaban aumentar la flexibilidad y la formalización del empleo, lo que se consideraba que impulsaría la creación de puestos de trabajo de calidad y reduciría la informalidad laboral. Asimismo, se esperaba que las modificaciones en el sector financiero fortalecieran el sistema bancario y facilitaran el acceso al crédito para las empresas y los individuos.
En general, la implementación de estas reformas estructurales generó optimismo entre los inversionistas y observadores internacionales, quienes veían en ellas un potencial para transformar la economía mexicana y mejorar su posición en el escenario global. Sin embargo, la percepción de los resultados de estos cambios varió según el sector y el tiempo transcurridos desde su puesta en marcha, con algunos logros destacados pero también desafíos pendientes en su ejecución y efectividad.
Todo ello propició un nuevo pico en la llegada de la IED que acumuló 213 mil 957 mdd en esos seis años, 39% superior al ciclo sexenal anterior, a pesar de que se cancelaron varias obras de infraestructura por recortes al gasto público, entre ellas el tren México-Querétaro que ya se le había asignado a una empresa de procedencia china.
Mexican Moment 3.0
Aunque en la presente administración federal (2018-2024) se vivió la severa crisis sanitaria mundial y transitamos por una fuerte recesión económica derivada de ella, los astros nuevamente se han ido alineando.
La batalla comercial entre Estados Unidos y China, primero, y posteriormente la crisis logística global propiciada precisamente por la pandemia y la posterior guerra entre Rusia y Ucrania, detonaron el fenómeno del nearshoring que volvió a poner a México positivamente en los ojos del mundo, con la atención de la IED de muchas regiones del planeta.
A ello le sumamos que por las dificultades por las que atraviesa el Canal de Panamá, una de las obras insignias del presidente Andrés Manuel López Obrador, el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec (CIIT), ha cobrado una importancia estratégica para las cadenas de suministro, pero no se pretende que solo sea un paso de mercancías provenientes de Asia y con destino al este de los Estados Unidos, sino que se convierta en un nuevo polo de desarrollo industrial con la creación de los Polos de Desarrollo para el Bienestar (Podebis).
¿Qué fortalece el concepto del “Mexican Moment 3.0” dentro del contexto actual del entorno empresarial y financiero? Podríamos agregar los siguientes elementos:
- Diversificación de las cadenas de suministro: La crisis logística global, exacerbada por la pandemia y otros factores geopolíticos, ha llevado a muchas empresas a replantearse la dependencia de las cadenas de suministro globales, lo que ha aumentado el interés en México como destino de inversión debido a su proximidad a los mercados clave como Estados Unidos, y su capacidad para ofrecer una alternativa viable para la producción y distribución de bienes.
- Estrategias de nearshoring: El fenómeno de la relocalización de las compañías, impulsado por la necesidad de acortar distancias y reducir riesgos en las cadenas de suministro, ha colocado a México en una posición privilegiada como destino preferido para la reubicación de operaciones de manufactura y servicios de empresas que buscan estar más cerca de sus principales mercados.
- Importancia estratégica del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec (CIIT): La crisis en el Canal de Panamá y el creciente congestionamiento de otros corredores comerciales han destacado la relevancia del CIIT como una alternativa viable para el transporte de mercancías entre los océanos Pacífico y Atlántico. Esto no solo impulsará el comercio internacional, sino que también podría convertirse en un motor de desarrollo económico para la región, especialmente con la creación de los Polos de Desarrollo para el Bienestar.
- Apoyo gubernamental y estabilidad macroeconómica: A pesar de los desafíos económicos y la incertidumbre global, México ha mantenido una política económica prudente y una estabilidad macroeconómica relativa, lo que brinda confianza a los inversionistas y empresarios extranjeros. Además, las políticas y programas de apoyo gubernamental para fomentar la inversión y el desarrollo empresarial han contribuido a fortalecer el atractivo de México como destino de inversión.
Durante los cinco primeros años de la administración de López Obrador, la IED acumula 167 mil mdd; si en 2024 se capta el promedio de los dos años previos (36 mil mdd), el balance sexenal arrojará 203 mil mdd de IED acumulada, muy similar al sexenio previo. Sin embargo, debemos recordar que el impacto del nearshoring en flujos de capital es a mediano plazo y se prevé pueda llegar hasta 50 mil mdd anuales si hacemos las cosas correctas.
Al agregar estos elementos, se refuerza la idea de que México está experimentando un "Mexican Moment 3.0", impulsado por una convergencia de factores internacionales y nacionales que lo posicionan como un destino atractivo para la inversión y el desarrollo empresarial en el contexto actual.
Texto:Ricardo Vázquez
Foto: PIXELCUT / armipikca / ibero / AT