Los organismos nacionales de vivienda dan una señal de continuidad con una focalización hacia la reconstrucción, donde el beneficiario estará al centro de la política.
Entre las directrices que estamos trazando durante 2019 para la Comisión Nacional de Vivienda (Conavi), el propósito será continuar acompañando el proceso de construir —junto con el resto de las instituciones— una Política Nacional de Vivienda en favor de los que menos tienen.
Actualmente Conavi está en un proceso de reestructuración. Su principal objetivo será acompañar el proceso a través del esquema del financiamiento, del subsidio, que impulsan el desarrollo de vivienda. Actualmente la Comisión tiene a cargo la instrumentación del Programa de Vivienda Social que contribuya a una eficaz atención al derecho de una vivienda adecuada. Lo anterior se ha afirmado a través de diversos foros y pactos internacionales, así como en la Organización de las Naciones Unidas (ONU), mismos que han sido ratificados por el gobierno mexicano.
En Conavi contamos con tres directrices principales:
- Atender a familias con un mayor rezago habitacional.
- Contribuir a resolver los desafíos nacionales en materia urbana y de bienestar social, así como a la población afectada por fenómenos físicos o que habitan en situación de riesgo.
- Incrementar las intervenciones que favorezcan la producción social de la vivienda.
El Programa de Vivienda Social está diseñado para articularse a través de cinco vertientes:
La primera, para intervenir zonas afectadas por los sismos de septiembre de 2017 y febrero de 2018, y diferentes fenómenos que han dejado a miles de familias sin vivienda. Actualmente se trabajan zonas en comunidades de Morelos, Nayarit y Oaxaca a través del Programa Nacional de Reconstrucción, además de Puebla, Veracruz, Estado de México y Guerrero, donde hay zonas con un rezago importante.
Como segunda vertiente, que es la vivienda para el mejoramiento del hábitat urbano, ésta acompaña a proyectos que también está impulsando la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) que propone la intervención en 15 polígonos prioritarios. De ésos, 10 están localizados en las zonas fronterizas y cinco en ciudades turísticas, con altos índices de rezago urbano y social.
La tercera vertiente es la de proyectos estratégicos, que atenderá los grandes proyectos de inversión del Gobierno Federal, como el Tren Maya, que requieren de altas inversiones.
La cuarta, que es construyendo hábitat, considera la participación de la población beneficiaria en procesos de adquisición del suelo, diseño y construcción, a través de recursos públicos para su refinanciamiento.
Finalmente, la quinta vertiente es la del cofinanciamiento, en la que se ha trabajado históricamente con la Comisión Nacional de Vivienda (Conavi) con la participación de diferentes fuentes de financiamiento con Infonavit, Fovissste, banca social o diversas instituciones financieras que se complementan con el subsidio que otorga la Comisión y el ahorro de la población beneficiaria.
Estas vertientes se trabajarán en las modalidades de vivienda en conjunto, vivienda en espacio edificable rural y urbano, adquisición de vivienda nueva y usada y el mejoramiento de unidades habitacionales.
Estos esquemas buscan apoyar a la población beneficiaria en problemas de hacinamiento o donde el deterioro ha impedido a las familias conseguir un hábitat como ellos lo merecen. Las anteriores acciones serán para atender a la población a lo largo de todo el territorio nacional a través de inversiones públicas y privadas.
Mayor cobertura social (**)
Con la idea de continuar con el mismo eje rector de la política habitacional en el país, en el que la Sedatu es el organismo rector de la política de vivienda, en ese sentido, la Comisión Nacional de Vivienda (Conavi) se mantiene como la institución que tiene que hacerse cargo de la población que actualmente no está atendida por ninguna institución.
Esto, en un marco donde 50% de la población no accede al mercado de la vivienda comercial, es en la que el Gobierno de México va a dirigir todos los esfuerzos de esta institución, a través de una estrecha colaboración con los organismos estatales de vivienda, la banca social, y con los organismos nacionales, pero a través de un esquema distinto, no de subsidios parejos ni en función de un desarrollo, sino en función de la población.
Ese será el nuevo paradigma que estaremos planteando, mismo que está abierto a una coordinación interinstitucional y a una focalización de los recursos públicos para dirigirse a la población de menores recursos, que es lo que hará la Institución con un presupuesto de poco más de 9,000 millones de pesos.
Aunque algunos medios cuestionan cómo es posible que se reduzca el subsidio, creemos que le están dando una lectura que no es. No se ha reducido. Si vemos, el presupuesto de Conavi en los años anteriores, éste es de los más altos y seguramente será mayor. La diferencia es que ahora estará focalizado en programas prioritarios como de construcción y de mejoramiento urbano para la población de cinco Unidades de Medida y Actualización (UMAs) y que no sea derechohabiente de un organismo nacional o que tenga una capacidad de 2.8 UMAs cuando sea derechohabiente.
También retomo que hay muchas cosas que están en manos del Gobierno Federal que estamos seguros ayudarán a mejorar las condiciones de la industria y de las propias políticas que son vitales para evitar una sobrerregulación.
* Extracto del discurso que ofreció el subdirector de Conavi en el marco del evento “Perspectivas 2019” que realizó el Banco Inmobiliario Mexicano (BIM).
** Extracto de la participación de la titular de Conavi, Edna Vega Rangel, en el evento de la Federación de Colegios y Valuadores A.C. en enero de 2019.
*Subdirector General de Fomento de Esquemas de Financiamiento y Soluciones de Vivienda de la Comisión Nacional de Vivienda (Conavi).
Texto Marco Antonio Guzmán Garcés
Foto: Residencial México, en Mérida, Yucatán. / San Jerónimo / coldwell banker