En París, donde las temperaturas se han disparado, se ha propuesto crear espacios verdes adicionales para enfriar la ciudad; un proyecto ambicioso, aunque suscita dudas. La "estrategia de enfriamiento urbano", presentada por la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, tiene como objetivo crear parques, jardines y hasta bosques para influir en las temperaturas.
Y es que se prevé la creación de 30 hectáreas de espacios verdes adicionales y la plantación de 20 mil nuevos árboles entre 2014 y 2020; la apertura al público a finales de este verano de nueve hectáreas de una antigua línea ferroviaria; la entrega para el año escolar 2019 de 28 patios de escuelas más ‘verdes’; así como cuatro ‘bosques urbanos’, cuya construcción podría comenzar en 2020, detalla Jean-Louis Missika, encargado de la planificación urbana en el ayuntamiento.
Para 2050, según un estudio de la Universidad de Zúrich sobre 520 grandes ciudades de todo el mundo publicado en la revista científica PLOS ONE, las ciudades de las regiones templadas experimentarán un cambio climático equivalente a su desplazamiento a mil kilómetros al sur. Los veranos y los inviernos se calentarán, respectivamente, de +3.5°C a +4.7°C. Ya en el verano de 2018, la temperatura medida en el suelo cerca del museo del Louvre se elevó a 65°C, señaló el ayuntamiento.
Las ciudades son particularmente sensibles a un aumento de temperaturas, ya que las superficies son muy impermeables y almacenan la energía solar. Estos microclimas "amplifican" el efecto de la canícula, explica Vincent Viguié, del Centro Internacional de Investigación sobre Medio Ambiente y Desarrollo. Ante esto, el ayuntamiento quiere crear "verdaderos refugios de frescura", con árboles detrás de la Ópera Garnier, en la plaza norte de la Gare de Lyon (al este de la capital), hierba en una de las dos riberas del Sena y un "bosque urbano" frente al ayuntamiento, en el corazón de París.