Pese a que la nueva disposición oficial del Consejo de Salubridad General considera a la construcción una actividad esencial en el país, las Micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes) relacionadas a esta industria no tienen un buen panorama; ya que podría desaparecer un 30% de estas compañías en un mes y en dos, 50% cerraría definitivamente por los efectos de la pandemia del COVID-19.
Así lo señala Eduardo Ramírez Leal, presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC); debido a que 96% de las 12 mil empresas agremiadas a la CMIC son Mipymes y de ese porcentaje, 80% son microempresas que facturan menos de 4 millones de pesos al año y que no tienen más de 10 trabajadores.
Cabe indicar que las labores de estas compañías dependen de un contrato público o privado y generan 5 o 6% de utilidades; monto que reinvierten o utilizan para un nuevo proyecto, porque en la mayoría de los casos, el pago es 45 o 60 días después. Y en el caso de las micro empresas, usan las utilidades para vivir o tener el equipo necesario para las obras.
Es así que para mantener la continuación de estas Mipymes se requiere un programa de apoyo para diferir pagos, mientras dura la contingencia. “Buscar un financiamiento para las Mipymes; pero de nada le servirán a una microempresa 20 mil pesos para pagarle a los trabajadores, es difícil que con ese dinero pueda asumir los sueldos y mantener su negocio cerrado”, indica Ramírez Leal.
Añade que los empresarios están preocupados porque no quieren fallar a sus trabajadores. De acuerdo con El Economista, en el 2019 el sector no generó 150 mil empleos por la caída de la industria de la construcción; y este año, por el COVID-19 el número puede ser de hasta 500 mil trabajadores en un mes.