La reactivación y reanudación de proyectos del sector inmobiliario y de la construcción depende, en gran medida, de contar con financiamiento para el desarrollo de las obras; la forma más común para el Real Estate es el préstamo puente, créditos a corto plazo que dan instituciones financieras a los desarrolladores que necesitan capital para iniciar las obras, aunque existen otros.
Como el instrumento que ha cobrado importante notoriedad en los últimos años, conocido como FIBRAS, Fideicomisos de Inversión en Bienes Raíces, que permite desarrollar un amplio portafolio de inmuebles con diferentes enfoques, como el industrial, comercial o de usos mixtos. No obstante, un tercer camino para el financiamiento de una obra es el fondeo colectivo, también llamado crowdfunding.
Éste va dirigido a los pequeños y medianos desarrolladores que no cuentan con todo el capital necesario para financiar sus obras y requieren de montos adicionales para continuar el desarrollo. Se trata de un modelo que crece en todas partes del mundo gracias a los beneficios que han encontrado tanto los inversionistas como las inmobiliarias. La consultora PWC prevé que a finales del 2020 este fondeo inmobiliario alcanzará inversiones acumuladas por 250 mil millones de dólares a nivel global.
La plataforma fintech de crowdfunding inmobiliario M2Crowd, señala que la flexibilidad para estructurar el crédito y su periodicidad son factores importantes que han hecho voltear a diferentes desarrolladores hacia esta opción. Por ejemplo, si un desarrollador todavía no está vendiendo puede diferir pagos y comenzar a hacerlos a partir de que comience a tener un flujo por parte de las ventas de unidades; o establecer pagos trimestrales en lugar de mensuales si eso es de mayor utilidad para su flujo de efectivo.
De acuerdo con Simon Dalgleish, director general de M2Crowd, “hay dos puntos donde el crowdfunding se vuelve particularmente relevante: Para desarrolladores experimentados, en la compra del terreno y mantener su flujo de efectivo; o aquellos que no son tan experimentados, pero ya tienen un avance importante en la obra y solo necesitan un más capital para terminar”.
Añade que este fondeo adicional o emergente ya existía en la industria, pero se limitaba a los amigos, conocidos y a la red más cercana de cada socio del desarrollo. En ‘la nueva normalidad’, la principal urgencia es la reactivación de las obras y el despegue de nuevos proyectos, menciona el directivo en un comunicado.