Las consecuencias de la guerra entre Rusia y Ucrania en el mercado global del petróleo y gas ya se sienten con fuerza, alertó un reciente análisis elaborado por la consultoría Bain & Company.
Desde el inicio del conflicto, los precios del crudo europeo (Brent) superaron la barrera de los 139 dólares, mientras que el petróleo de referencia de Estados Unidos (WTI) subió a 130 dólares por barril, cifras únicamente comparables con los índices registrados durante la crisis económica de 2008.
Según el documento, incluso antes del inicio de las confrontaciones, el mercado ya se encontraba en una situación de desequilibrio como consecuencia de las restricciones de gasto en exploración y producción en Occidente, así como de la demanda tras la crisis sanitaria.
Para Bain & Company, “en este escenario, un ciclo de caída rápida podría ser el clavo en el ataúd de la inversión en energía térmica, ya que la situación podría exacerbar los desincentivos a la inversión preexistentes en el largo plazo en la medida en que la globalización ha flexibilizado el mercado”.
Finalmente, advierte el informe, se trata de un escenario calificado como “preocupante”, toda vez que de continuar la situación actual, se podría conducir a un ciclo de recesión inducida por la inflación en el corto plazo. El resultado: precios que se desplomen en medio de la recuperación moderada del impacto de la pandemia de Covid-19.