El cielo de la movilidad urbana acaba de abrir una nueva ruta. Joby Aviation, una compañía dedicada al desarrollo de aeronaves eléctricas de despegue y aterrizaje vertical (eVTOL), completó su primer vuelo tripulado entre dos aeropuertos públicos en California, consolidando un paso clave hacia la transformación del transporte aéreo en las ciudades.
Cubrió el trayecto 10 millas náuticas (18.5 km) en aproximadamente 12 minutos, incluyendo una espera de cinco minutos para sincronizarse con el tráfico aéreo en Monterey. Lo notable no fue solo la eficiencia del vuelo, sino la integración fluida del taxi aéreo con otras aeronaves en espacio aéreo controlado.
Despegó el vehículo de Joby verticalmente, realizó la transición a vuelo aeronáutico y aterrizó también de forma vertical, replicando lo que en el futuro podría ser la experiencia cotidiana de un pasajero que se traslada desde un helipuerto urbano hacia un aeropuerto internacional.
Para Didier Papadopoulos, presidente de OEM de aeronaves en Joby, el vuelo tuvo un valor simbólico y práctico. “El exitoso vuelo de Marina a Monterey validó nuestras operaciones en la red de transporte más amplia y confirmó que estamos preparados para el servicio desde el primer día”.
También el ensayo proporcionó datos valiosos sobre factores humanos: Desde la experiencia de los pilotos en un aeropuerto controlado, hasta la interacción de los equipos de tierra que acompañaron la operación fuera de la base habitual de Marina. Estos elementos son determinantes para el futuro despliegue de una red comercial de taxis aéreos en zonas metropolitanas.
Busca el eVTOL descongestionar las ciudades mediante una alternativa de transporte rápido, silencioso y libre de emisiones. Con velocidades de crucero cercanas a los 320 km/h y autonomía suficiente para cubrir trayectos regionales, buscando convertirse en la columna vertebral de una movilidad aérea urbana que reduzca tiempos de traslado, integre zonas periféricas y eleve la conectividad de las ciudades.
El vuelo entre Marina y Monterey, aunque breve, mostró en la práctica cómo esta nueva generación de aeronaves puede convivir con la infraestructura aeroportuaria existente y ser un eslabón realista dentro de la movilidad multimodal. No se trata ya de un prototipo futurista, sino de un sistema que empieza a probarse bajo las mismas reglas que rigen la aviación comercial.