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La industria de la hospitalidad en México se encamina a 2026 como un año decisivo. La convergencia de tecnología madura, una demanda estructural en expansión y eventos globales de alto impacto, como la Copa Mundial de la FIFA, está redefiniendo el modelo operativo y de negocio del sector.

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De acuerdo con el reciente reporte “Tendencias de Hospitalidad Moderna 2026, una oportunidad de inflexión estratégica”, elaborado por Vingcard – Assa Abloy, el próximo año marcará el momento en que la innovación dejará de ser un diferenciador para convertirse en un requisito indispensable.

El primer gran eje es la adopción de ecosistemas inteligentes, que integran inteligencia artificial, análisis de datos, nube e Internet de las Cosas. Estas plataformas permiten optimizar operaciones, anticipar mantenimientos y mejorar la experiencia del huésped, con reducciones de costos que pueden alcanzar hasta 40%. En mercados como México, esta transformación representa una oportunidad para saltar directamente a soluciones de última generación, sin pasar por sistemas heredados.

El segundo punto clave es la brecha de personalización. Aunque 80% de los viajeros busca experiencias adaptadas a sus preferencias, solo 23% las recibe actualmente. Cerrar esta diferencia representa una de las mayores oportunidades de generación de ingresos para la industria, ya que los huéspedes están dispuestos a pagar más por estancias personalizadas en aspectos como iluminación, temperatura o servicios digitales.

La Copa Mundial FIFA 2026 se perfila como el tercer gran catalizador. México recibirá millones de visitantes internacionales y las tarifas hoteleras ya reflejan una fuerte presión al alza. Sin embargo, la exigencia no será solo de capacidad, sino de experiencia: soluciones sin contacto, llaves digitales y pagos digitales serán determinantes para la satisfacción del huésped y la reputación de los establecimientos.

El cuarto eje es el crecimiento de las estancias extendidas, un segmento que avanza a mayor ritmo que la hotelería tradicional. Impulsado por el nearshoring, el trabajo remoto y la relocalización de ejecutivos, este modelo ofrece ingresos más estables, menor rotación y mayores niveles de rentabilidad, especialmente cuando se apoya en tecnología para gestión energética y mantenimiento predictivo.

La sostenibilidad constituye el quinto pilar. En 2026, el cumplimiento regulatorio en materia ambiental coincidirá con la necesidad de reducir costos operativos. Tecnologías de gestión energética e IoT permiten ahorros de entre 30 y 50%, al tiempo que fortalecen la percepción de valor entre huéspedes cada vez más conscientes del impacto ambiental.

Finalmente, el reporte identifica al Build-to-Rent como un horizonte de alto potencial. Con una penetración aún incipiente en México, este modelo combina vivienda, tecnología y servicios, alineándose con nuevas formas de habitar y trabajar. Su desarrollo abre una vía adicional de crecimiento para la hospitalidad más allá del turismo tradicional.

En conjunto, estas seis tendencias confirman que 2026 será un año definitorio. La velocidad de adopción tecnológica y la capacidad de anticiparse marcarán la diferencia entre quienes lideren la transformación y quienes solo logren mantenerse a la par.