El pabellón diseñado por Bjarke Ingels consiste en un muro descomprimido, en el que a través de una línea recta de ladrillos tubulares de fibra de vidrio pultrusionado se divide en 2 partes ondulantes. Esto permite el paso de luz y las vistas al interior mediante cada uno de los muros. Al interior los pisos y muebles hechos de madera en contraste con los muros, genera un interesante juego de luces y sombras con un brillo cálido.
Bjarke Ingels explicó “La simple manipulación del muro, definiendo el espacio-arquetípico, crea una presencia en el parque que cambia a medida que el visitante se mueve alrededor y a través de él”.
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